Capítulo 4: Paciencia.

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Narra Kazutora:

El sonido de la alarma me despierta y la mujer arriba mío se queja al moverme para apagarla.

No quiero despertarla ya que extrañaba mucho el tenerla así. La abrazo con cuidado disfrutando de la bonita calidez de su cuerpo. No se en que momento terminó abrazándome pero que bueno que lo hizo.

Siento húmedo el pecho que al tocarme y tocar sus labios me doy cuenta de que babea mientras duerme.

—¿Desde cuándo babeas mientras duermes?— pregunto en un susurro.

—Desde el embarazo.— responde levantándose y acostándose a un lado.

¿Por qué tuvo que despertar?

—Perdóname por eso.— se disculpa sonrojada y limpiando sus labios y mejilla. —A Hanma también lo llenaba de baba cuando dormía con él.—

—¿Dormías con él?— pregunto molesto.

Da un suspiro mirando sus manos. —Ha- había noches que no podía dormir por- por pesadillas y.. bueno.. no quería molestar a Lucy ni a mi tío asi que iba con Hanma.—

¿Dijo pesadillas?

—¿Pesadillas de qué?— pregunto olvidando mis celos.

—De todo, tenía miedo de que les pasara algo a mis bebés y todo lo que pasó ese año. Volvieron a atacarme las pesadillas.— noto como una lágrima baja por su mejilla asi que la limpio con cuidado ganándome su mirada con los ojos cristalinos.

—Déjame abrazarte.— susurro y asiente lentamente.

La estrecho contra mí de inmediato, aún acostados, acaricio su cabeza y siento como comienza a humedecerse mi camiseta otra vez pero ahora por sus lágrimas, se que necesitaba un abrazo ya que se aferra a mi camiseta.

—Perdóname.— susurra con la voz entrecortada. —Se que.. se que quieres tener tu-..—

—Oye tranquila.— la interrumpo. —Si quieres que seamos amigos lo aceptaré siempre y cuando me dejes tener tus besos como antes.— bromeo y levanta su mirada a mis ojos.

—No debes ignorar así el-..— comienzo a besarla para que no siga hablando y para mi sorpresa me lo sigue.

No quiero darle vueltas al asunto. Se lo que quiero y es tenerla a mi lado. A ella y a los niños.

Seco sus lágrimas con cuidado sin dejar de besarla, de a poco me coloco encima suyo y bajo mi mano a sus pechos donde comienzo a bajar de a poco el tirante del pijama pero lo vuelve a subir, muerdo su labio inferior al separarme del beso y comienzo a bajar con besos por su cuello llegando a sus pechos donde con mis dientes aparto la tela y de paso también la muerdo ¿Por qué? porque si.

—Kazutora..— susurra tratando de detener que le deje unos bonitos chupones pero la ignoro.

—¿Qué?— pregunto prendiendome de su pecho como hace años. Extrañaba esto.

—Ha- hay niños en la casa.— me recuerda separándome de ella y vuelvo a sus labios sin dejar de tocar sus pechos.

Baja sus manos por mi abdomen para meter sus manos debajo de la camiseta y acariciar mis abdominales, se separa del beso sin dejar de acariciarme.

—Creí que mamá te había engordado.— dice con una sonrisa burlona.

Es chistoso porque si lo hizo, a la señora Eli le encanta cocinar cosas dulces y cuando viví con ellos me daba de comer y no podía rechazarle nada, fue así hasta que engordé un poco y me metí al gimnasio. Y cuando me fui de su casa pues venía casi siempre a verla y me daba de comer por eso no dejé de ir al gimnasio.

Esta Vez Para Siempre - Kazutora Hanemiya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora