Capítulo 7: Pijamas y fotos.

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🗓️Sábado 7 de Agosto.🗓️

Narra Kazutora:

Una semana ha pasado desde que vivo con mis hijos y es algo hermoso.

Cuando llego de trabajar ambos me reciben con un abrazo, preguntan cómo están los animalitos y si he curado a muchos. Es una sensación hermosa y que no quisiera dejar de sentir.

Rubí comenzó a trabajar desde casa, asi que hay días que los niños están con ella y otros conmigo en el trabajo, cuando no me toca estar en la caja atendiendo.

Las cosas con Rubí.. van bien, no hablamos aún sobre volver pero no importa, así estamos bien, creo. Bueno la verdad si estamos bien como estamos pero yo si quiero que esté a mi lado como antes pero como dije le daré su tiempo.

Hoy haremos la pijamada que los niños querían hacer y como yo gané la apuesta, que por cierto ya sabía que iba a ganar, pues compré los pijamas para esta noche y me encantan, se que a los niños también les gustará. También elegí las películas bueno los niños me ayudaron y escogieron varias películas de Disney. Rubí se encargaría de la comida asi que no falta nada más que llegar a casa con mi familia..

Que bonito.

Al entrar al departamento Ciel me recibe y me ayuda con las bolsas dónde van los pijamas.

—¿Y mamá?— pregunto y toma de mi mano llevándome a su habitación donde me encuentro con Rubí sentada en el piso y a Ami de pie pintándole el tatuaje del hombro con pinturas y pincel, Ciel se une y le pinta las mariposas. —¿Yo también puedo?— me gano la mirada de Rubí y asiente con una sonrisa.

Ami besa mi mejilla al sentarme a su lado y pinto el tatuaje de la espalda. —Los dibujo de mami son muy bonitos ¿velda papá?—

—Si, son bonitos, pero el mío es mejor.— Rubí ríe negando con su cabeza, y me gano la mirada de Ami en mi cuello y los ojitos brillantes me piden permiso para pintarlo. —¿También quieres pintarlo?— 

—Chi.— asiente y dejo que lo pinte mientras sigo pintando la espalda de Rubí, bueno no pinto, realmente le escribo "te amo" y noto sus orejas rojas haciéndome reír. —Quédate quieto papá.— me regaña mi hija.

—Ya ya perdón.— dejo que siga con su trabajo mientras le pinto las orejas de color rojo a su mamá. —Ese color te queda bien.— me burlo y solo ríe negando.

Ambos niños terminan de pintar y Rubí se voltea mirándome con esos ojos azules que tanto me gustan. Y tratando de aguantar la risa.

—Quedalon muy bonitos.— comenta Ami y Ciel asiente sentándose a su lado.

Ambos estamos llenos de pinturas de todos colores, Ami se aprovechó y pintó también mi cuello, el rostro y la camiseta.

—Si, muy bonitos.— agrega Ciel y Rubí me hace una pequeña seña con sus cejas y asiento disimuladamente.

Cuento con mis dedos hasta tres y tomamos un niño cada uno. —Ahora les toca a ustedes.— decimos a la vez y ambos intentan safarze de nuestras manos riendo.

—No quelo. No quelo.— Ami se retuerce pero en vano ya que Rubí le pinta la naríz de rojo. —Noo.— ambos reímos por su drama, y yo también le pinto la naríz a Ciel quien se deja caer en mis piernas.

—¿Así de fácil te rindes?— asiente con una sonrisa haciéndome reír.

Así pasamos las últimas horas de la tarde, pintandonos de todos colores, riendo y tomando fotos graciosas de los cinco pues Sirius también quiso jugar asi que también lo pintamos.

Esta Vez Para Siempre - Kazutora Hanemiya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora