Cap 7

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Despierto con la sensación de unos labios apoyados con cuidado sobre mi frente y me obligo a abrir los ojos.

El cielo que veo directamente sobre mí no es una ilusión que lleve imaginando toda la semana. El espacioso cuarto de Tom se encuentra en lo más alto del edificio de apartamentos, y deja entrar el sol de las primeras horas de la mañana. Su luz, brillante aunque todavía tibia, ilumina en ondas los pies de la cama.

La pared de enfrente desciende inclinada asía el techo.

Tom deja el balcón abierto y una brisa cálida entra en la habitación, trayendo consigo los sonidos de la calle.

Giró la cabeza, y mi cuello rígido protesta.

—Hola.

Mi voz suena como papel de lija frotado contra metal. Al ver su sonrisa, el corazón me da un salto.

—Me alegro de que por fin haya desaparecido la fiebre.

Lanzo un gemido y me tapo los ojos con una mano temblorosa cuando regresa a mí el recuerdo de los últimos días. Yo vomitando por todas partes, incluso sobre mí misma.

Tom llevándome en brazos a la ducha para limpiarme y, más tarde, para refrescarme.

—¡Madre mía!.

Murmuro.

—Y ahora viene la vergüenza.

Se ríe en voz baja y me da otro beso; esta vez, en la sien.

—Estaba preocupado. Has estado muy mala.

— ¿Queda alguna superficie del piso que no haya alcanzado mi vómito?.

Los ojos de Tom brillan, divertidos. Alza la barbilla e indica un rincón.

—Allí. Aquel lado del dormitorio se ha salvado.

Vuelvo a taparme el rostro y me disculpo a través de mi mano.

—Heiliger.

Dice, alargando el brazo para tocarme la cara. Retrocedo por instinto, sintiéndome repugnante. Al instante, deseo eliminar el destello de pesar que surge en sus ojos, pero desaparece antes de que tenga la certeza de que lo he visto.

—Hoy tengo que irme a una sesión de fotos. Antes de irme, quiero explicártelo.

—Ok.

Sus palabras suenan siniestras.
Bajo la mirada y veo que lleva puesta una camisa de vestir tipo mezclilla una pantalones de mezclilla deslavados y rotos y una botas. Tras hacer un rápido cálculo mental, comprendo que siente la necesidad de darme explicaciones porque es sábado.

—Cuando me hablaron por video llamada el jueves en la noche, la asistente personal de Bill y mío vio mi anillo de boda. Se quedó... disgustada.

Se me cae el alma a los pies. En este momento, la realidad de lo que estamos haciendo me golpea como una ola enorme. Sí, me invitó a venir, pero he entrado en su vida como un elefante en una pequeña jaula. Una vez más, recuerdo que sé muy poco de él.

—Dime Tom, tú y ella......¿Están.. juntos?.

Tom se queda paralizado. Parece horrorizado.

—¡Qué va! ¡Pues claro que no!.

Sus ojos cafés me observan entornados.

—¿Crees que me habría acostado contigo, que me habría casado contigo y que te habría invitado a venir si tuviese novia?, jamás e sido así está bien que siempre e sido amante de las mujeres pero por lo mismo jamás formalice con nadie, ni tuve relaciones serias por que savia como era. Hasta que te conocí.

 Mein Heiliger  ♰ (Tom Kaulitz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora