Cap 16

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En algún punto de mi subconsciente noto que Tom se mete en la cama y se cierne sobre mí bajo una manta calentada por el sol. Me despierta con la presión de su mirada.

Me froto los ojos y frunzo el ceño al ver su ropa vien planchada sobre la silla.

—¿Te vas?.

Pregunto con voz adormilada

—Espera.

Añado una vez que la conciencia se abre paso hasta la superficie.

—Es martes. Claro que te vas.

Me da un beso en la nariz y pasa la cálida palma de su mano por mi hobro y uno de mis senos, hasta llegar a la cintura.

—Solo me quedan unas semanas para que termine esta locura amor.

—A mí también.

Digo, y me echo a reír. Pero mi sonrisa se desvanece de repente y me pongo a hacer pucheros.

—¡Vaya! ¿Cómo se me ocurre decir eso?. Ahora me entran ganas de tragarme mis palabras en forma de enorme Bratwurst.

—Bratwurst.

Repite, y me da un beso antes de susurrar:

—Esta vez lo has dicho mejor, Heiliger.

Me toca el labio con el indice. Sonrío y le muerdo la punta del dedo. No quiero que se sienta frustrado por mi inminente partida. Ambos somos mucho más felices cuando fingimos que no existe.

Aparta la mano y vuelve a pasarla por uno de mis senos.

—Estoy convencido de que que serán mis últimas grabaciones.

—Ojalá no tuvieras que irte.

—Ja . Yo tampoco quiero marcharme.

Me da un beso tan suave y serio que algo se hincha dolorosamente dentro de mi pecho. No puede ser solo el corazón, porque mi cuerpo entero se queda sin aire. Tampoco pueden ser únicamente los pulmones, porque se me acelera el pulso. Es como si Tom hubiera fijado su residencia dentro de mi caja torácica, desbaratándolo todo "Amor Scarlett, eso se llama amor" . Y si efectiva mente estoy enamorada completamente de este hombre.

—¿Tienes planes de aventura importantes para hoy?.

Pregunta. Niego con la cabeza.

—Pues hoy te dedicarás a practicar el Alemán.

Dice, muy decidido.

—¿Con quién?

—Con Mister Bill, mi hermano vendrá a su departamento está en el noveno piso. Le caes muy bien y cree que vas a tener un bebé.

Abro mucho los ojos y me llevo las manos al vientre.

—No he ganado tanto peso.

Me miro las manos y pregunto:

—¿O sí?

Se echa a reír y se inclina para darme un beso y tocar mi vientre.

—Estás muy distinta de cuando llegaste sin duda este platillo Alemán que te has estado cenando todos los días te está engordando deja de comerlo.

Me dice picarona mente, y es que si, si e ganado algo de peso pero es por la comida que pruebo fuera ¿No?. Dios y si de verdad mi subida de peso es por ese tal motivo.

—Dime como se dice no estoy embarazada en Alemán.

Cierro los ojos, reflexionando.

—ich bin nicht schwanger.

 Mein Heiliger  ♰ (Tom Kaulitz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora