1

744 59 156
                                    



Mi más grande tesoro.

"¡Con dos monedas y una copa de ron!"

"¡El viento a toda vela!"

Chillaban a coro, llenos de alegría, los hombres de mi tripulación.

"¡No hay lugar ni sitio mejor, que un océano de alcohol!"

Me uno a su danza escandalosa, haciendo rechinar las hebillas que adornaban mi calzado de tacón, robado hace dos años, a una reina.

"¡Con la Sirena por capitán y la muerte por bandera!"

"¡El horizonte es parte de ti y el infierno mi país!"

Danzábamos felices y embriagados. Habíamos saqueado un navío de comercio. Fue una emboscada táctica que había planeado durante meses, cuando el Rey Edmundo había anunciado en tierra firme ese viaje, para formar alianza política y proteger al continente.

Habíamos conseguido un dineral, una gran variedad de piedras preciosas y además, comida. Con estos tesoros adquiridos recientemente podríamos estar navengando tranquilos en alta mar, regocijándonos en riqueza y admiración. Pero somos Piratas, siempre deseamos más.

Me dirijo a la popa del barco, donde estaba situada mi cabina.

Solo ahí, en medio de la oscuridad, dejo salir a pasear mi debilidad. En un estante de madera enclarecido por la tenue luz de la ostentosa luna, yacía reflejado el rostro de mi difunto padre, estampado en una fotografía vieja, enmarcada en un artefacto de oro pulido.

—Padre mío, sé que si estuvieras aquí, estarías orgulloso de mí. —Dejo salir unas lágrimas rebeldes, mientras toco la fotografía con mis dedos.

Siento que tocan la puerta con un ritmo alegre, a lo cuál respondo con un: "adelante, maliante".

—¡Capitán, nuestra valiente capitán! Todos la estamos buscando para celebrar...

César, más conocido como mar picado, por su salvaje personalidad y aspecto desaliñado, que nunca debes molestar porque si no, a la furia del mar te has de enfrentar, se quedó absorto y sin palabras, mirando la fotografía de su antiguo capitán.

—Iré enseguida.

Silencio.

—Todos lo extrañamos. Capitán Altaír fue un gran líder. Y apesar de que se ha ido, nos ha dejado a su hija como buena capitán. Como el mismo decía: Mi más grande tesoro.

Mi más grande tesoro.

Lágrimas quisieron escapar de mis ojos al recordar cuando mi padre así me llamaba, en esas noches de tempestad, cuando la hambruna azotaba mi país, el frío nuestra empobrecida casa, y el dolor, nuestros corazones.

Era una niña muy pequeña, con una familia muy grande. Éramos muchos para tan poco. Los huesos sobresalían y los temores se ocultaban.

Mi padre partió siendo un marinero mal pagado. La pobreza, un mal innecesario y tormentoso, que amenazaba con eliminarnos. Él no quería eso. Él tuvo que salir adelante. Pidió ayuda de muchas formas, pero el aumento jamás llegó. La desnutrición y el hambre estaban quitando sus ideas. Hasta que decidió convertirse en un pirata. Robaría lo que necesitase, para salvar a su familia. Y entonces, haciéndose amigos en el bar de mala muerte, emprendieron un peligroso viaje marítimo, que pronto les haría ganar dinero, tesoro y además, codicia.

La Dama del Mar [GirlsLove] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora