27

261 24 29
                                    






Barco fantasma

Me remuevo entre las sábanas, cambiando de posición. Soy presa del sueño que me envuelve, no abro mis ojos, me acurruco aún más en mis sábanas, sintiendo relajación. Toco la parte helada de la almohada obteniendo el placer de la vasocontricción, y luego poso mi mano hacia el lado, donde siento un pecho subiendo y bajando de manera lenta.

Quito mi mano rápidamente. Abro mis ojos, y la veo.

Ella duerme plácidamente a mi lado. Me percato de que está desnuda y en su forma humana, por su pierna encima de la sábana.

—Corinne —susurro en su dirección.

Me percato de que me encuentro en mi cabina. Siento alegría. Estoy en mi hogar nuevamente. En mi barco, con mi tripulación, y mi sirena.

—Corinne...

No recibo respuesta.

Me acerco a ella, y la abrazo, sintiendo su calor. Cierro los ojos, e intento volver a dormir.

Y en cuánto cierro los ojos, ella se sienta encima de mí, con sus piernas a mis costados.

—Corinne... ¿p-por qué no estás con ropa?

—Se dice buenos días.

La miro con incredulidad mientras me rio al recordar que fue una de las primeras cosas que me dijo en cuánto nos estábamos conociendo.

—Buenos días, ex señora Lightfoot.

Ella se acomodó encima de mí, rozando mi cuerpo contra el suyo, provocándome calor  instantáneamente. Y lo más divertido y excitante de todo es que ella sabía lo que estaba haciendo.

Se acurruca en mi pecho, mientras suspira largamente, volviendo a quedar inerte.

—Es muy temprano aún. Podemos dormir un poco más.

Vuelvo a tener esa sensación extraña, exquisita, embriagadora, al estar debajo de ella. Es una sensación que me mareaba, era tan intensa que no podía ser pasada por alto.

—Corinne... Creo que me estás hechizando.

Ella rio, sin tomarlo con seriedad—. Se llama estar enamorada.

—No. —Dije firme—. O sea... sí, también... pero... Tengo una sensación distinta a veces, que es más fisiológica. Me marea.

Tenía dudas.

Si es que ella sabía que me podía hechizar ahora y lo hacía a propósito, o si lo ignoraba completamente, y también le resulta extraño de que ahora pudiera hacerlo.

¿Por qué?

¿Por qué ahora?

¿Por qué antes no?

—No lo comprendo —sonrió, mirándome.

—Hagamos la prueba. Sométeme, y yo intentaré resistirme.

La Dama del Mar [GirlsLove] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora