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La voz que calmaba a la mar.

Una ola nos sacudió con fuerza en ese momento de súbita revelación, provocando que soltara mi espada por accidente, cerrara los ojos y me cubriera el rostro para protegerme del agua salada. Y entre medio de las olas, la mar me mostró una imagen vívida en mi cabeza. Un hombre. Vestido de traje oscuro y con mirada sombría. Él tenía a Corinne en sus brazos, ella dormida y sin signos de violencia. Pero luego, de sus ojos se desprendieron lágrimas, cada vez más grandes, que impregnaban en sus mejillas, y algunas caían. Luego, en su mirada que ocultaba dolor, se dirigía a mí, y pedía mi ayuda.

Despierto.

Estoy en la orilla de la mar. Coral ya no se encuentra aquí y es de día. Mi ropa está mojada y siento un intenso ardor en mi rostro, cuello y extremidades.

¿Qué mierda acaba de pasar?

Me devolví hacia el hotel con dolor de cabeza y posiblemente fiebre. En cuánto entré a la gran sala, donde servían las comidas, los vi a todos sentados y desayunando.

Aquellos me vieron pasar, y el primero en levantarse fue Baltazar.

—Capitán, ¿se levantó temprano hoy?

—Me quedé dormida en la playa. ¿Cuánto tiempo ha pasado?

Llevé mi mano hacia mi sien, sintiendo el intenso dolor y malestar general.

Todos me miraron algo sorprendidos, algunos se miraron entre sí, para después, enfocar su vista en mí otra vez.

—¿Está usted bien?

—No...

—¡Traigan a Mar picado, él sabe un poco de medicina!

El dolor físico era intenso, pero más me dolía el psicológico. No saber donde se encontraba Corinne, y si estaba viva, si solo fue todo un sueño, o si realmente la mar se había comunicado conmigo después de Coral, para darme la señal de que ella aún seguía viva, y estaba en peligro.

Mar picado aún dormía, debido a que fue el último en quedar en pie ayer. Algunos de mis hombres optaron por tomar un botiquín y otros llevarme a mi habitación para que pueda dormir un poco.

Pero no quería dormir.

Quería encontrarme bien físicamente para encontrarla.

Necesitaba encontrarla.

Tenía que pensar. Con un paño tibio en la cabeza, provocándome relajación, gracias a uno de mis piratas que tuvo la idea de bajarme la fiebre, me dediqué a pensar en la situación en sí. Corinne, todo este tiempo creí que había dejado de vivir, todo este tiempo sintiéndome como una basura cuando pude ir en su busca.

¿Por qué la mar no me dijo nada?

¿Por qué las sirenas tampoco?

¿Quién era ese mago tan poderoso que la tiene en su poder?

Muchas preguntas escurrían por mi mente, aturdiéndome cada vez más. Y entonces, pensé en la vida anterior de Corinne.

La Dama del Mar [GirlsLove] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora