Al salir del baño, después de tomar una relajante ducha en casa, me tiré en la cama. Me estiré como si no hubiera suficiente cama para envolver mi cuerpo y, de la postura más incómoda del mundo, descansé apenas unos segundos para entonces alargar mi mano hacia la cámara que había estado usando toda la tarde. Con más calma me dediqué a revisarlas mejor, cuidando la imagen de todos los jugadores, puesto que a veces por los bruscos movimientos no salían tan favorecidos. Todos ellos parecían realmente musculosos, menos Jay. No es que Jay no tuviera músculo ni mucho menos, pero en comparación a los demás jugadores se le veía incluso pequeño.
La espalda de GeonHak era enorme. Tenía unos hombros muy amplios y abiertos, su aspecto era intimidante. Una enorme sonrisa se plasmó en mis labios al encontrar una foto de aquel intimidante chico riendo por algo que había pasado en el entrenamiento. Ni siquiera recordaba qué era, pero sus ojitos se habían vuelto completamente pequeños y su sonrisa era contagiosa incluso a través de una foto. Otro de los jugadores que me intimidaba era HaRin. Era muy serio, no tan ancho como GeonHak, pero sí lo suficiente para saber que de un golpe podía mandarte de vuelta a casa. Sus pobladas cejas le daban un aspecto de enfado, acompañadas de dos pequeños ojos inexpresivos y una piel morena... Lo mínimo que esperabas escuchar de él era una voz demandante y ronca. Sin embargo, al encontrarle en varias de las fotos que había hecho, se le veía muy cercano a GeonHak y ambos parecían estar todo el rato bromeando el uno con el otro.
En realidad, no había ningún chico malo en ese club, por mucho que las miradas que yo había recibido no eran precisamente de bienvenida. Debía buscar la forma de entenderles también. Habían sido acosados durante años por personas con la misma labor que yo. Les habían robado fotos sin consentimiento, les habían hecho preguntas que no tenían relación alguna con el deporte, habían difundido sus números de teléfono... Era normal que estuvieran cansados y que no tuvieran ninguna expectativa. Esperaban lo peor de mí directamente, por eso se protegían en esa burbuja que habían creado entre ellos para denotar distancia entre el equipo y yo.
Elegí las mejores fotos y me las mandé al ordenador para comenzar a editarlas. Quería que los colores se vieran vivos, quería que cada uno de los miembros tuviera un rótulo con su nombre justo debajo de su foto y quería darles una breve introducción a todos. Probablemente me iba a llevar más de lo que esperaba, pero no me importaba si con ello me ganaba la confianza de los chicos y les demostraba que no estaba ahí para dañar su imagen, sino para llevarlos al estrellato.
Al terminar de editar, comencé a revisar todos los errores de ortografía que pudiera haber. Revisé que estuvieran todos los miembros del club: Christopher Bang Chan, Choi MinHo, Choi San, Joo HaRin, Kim GeonHak, Kim Matthew, Kim MinGyu, Lee HoSeok, Lee MinHyuk, Park Jay y Seo ChangBin. Sonreí satisfecha de mi trabajo que había dado para unas tres páginas y se lo envié a ChaeIn en busca de su aprobación para el periódico de la universidad.
Por supuesto, yo no lo sabía, pero la reacción de ChaeIn fue dar saltos y gritos mientras lo veía todo. Me había encargado de todo y les había quitado gran parte del trabajo a Felix y a ella. Sentía que había hecho bien mandándome a ese club por la importancia que le había dado a todos y cada uno de los miembros sin que Jay tomara todo el protagonismo. Respondió mi correo al instante: "¡¡Perfecto!! ¡Está casi listo para que lo publiquemos este mismo viernes! ¡Muchas gracias y buen trabajo!"
Una enorme sonrisa estaba dibujada en mi rostro ante su felicitación y esperaba recibir la misma reacción de todos los miembros cuando vieran que no me había olvidado de ninguno de ellos, ni del entrenador. Volví a tirarme sobre la cama rodando sobre mi cuerpo, llena de ilusión por saber lo que me deparaba el día siguiente. Estiré mi mano hasta encontrar mi móvil y casi como si fuera ilegal, tecleé lenta y tortuosamente el nombre de Jay con curiosidad sobre él. ¿Estaría mal que me interesara así también? Me sentía culpable deslizando mi dedo en la galería de fotos que había de él en Google, pero... Era un chico demasiado apuesto y muy atractivo. Había fotos de competiciones y campeonatos en los que él siempre llevaba una medalla colgada al cuello, ya fuera primer premio o segundo, nunca menos que eso. Definitivamente, podía corroborar que el talento lo tenía en las venas.
Había encontrado una foto en específico que había hecho que abriera mis ojos como platos. Llevaba puestas unas gafas, su rostro estaba serio, sereno. Su cabello estaba bien peinado, no completamente despeinado, como solía verle en el entrenamiento. Pude detallar mejor las facciones de su rostro en las que no me había fijado, como lo marcada que tenía la mandíbula, que sus labios no eran exageradamente grandes e incluso descubrí que tenía pendientes. Pestañeaba repetidas veces sin poder entender cómo existía una belleza tan simple como esa. Ni siquiera era consciente del tiempo que llevaba mirando la misma foto.
De repente volví en mí misma, incorporándome rápidamente en la cama y lanzando el teléfono a un lado. No quería convertirme en una de ellas ni pretendía serlo, pero... Entendía el porqué Jay era tan famoso. ¿Quién no iba a fijarse en un chico así?
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Don't Blame Me.- Park Jay y tú.
Fanfiction"Lord, sᥲvᥱ mᥱ, mყ drᥙg ιs mყ bᥲbყ I'ᥣᥣ bᥱ ᥙsιᥒ' for thᥱ rᥱst of mყ ᥣιfᥱ." Siempre de había considerado curiosa por naturaleza. ¿Hasta que punto el periodismo saciaba su curiosidad? No había nada interesante que descubrir en ese club, o eso creyó ha...