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Cuando volví al trabajo, comenzando a pasar todas las respuestas a ordenador mientras los chicos terminaban su entrenamiento, un cuerpo opacó la luz que estaba llegando a mí. Levanté la mirada para encontrarme con GeonHak justo frente a mí, con la mochila colgada a un hombro. Le miré con sorpresa y dejé el portátil a un lado, poniéndome de pie.

¿Dónde vas, Hak?
—A tutoría, te lo dije antes. Tengo una cita con el profesor de Principios del Aprendizaje en quince minutos.
—¡Ah! Es cierto, es cierto... —
no lo recordaba por haber estado observando a Jay.—Buena suerte en la tutoría.
—Sólo necesito que me explique mejor las teorías de Krashen.
—me guiñó un ojo divertido y dejó un beso en mi frente. — Te veré mañana.

Yo asentí y le observé marcharse antes de volver a sentarme en el lugar en el que estaba y seguir trabajando en las respuestas. En la gran mayoría destacaba el negro como su color favorito, pero el suyo era el morado. Sonreí con ternura, sintiéndome algo estúpida; a San también le gustaba el morado, pero saber ese dato tan genuino por parte de Jay se me hacía... ¿Lindo?

Observé la hora en el reloj, cerciorándome de que apenas quedaban 20 minutos para que acabara el entrenamiento, por lo que decidí apagar el portátil y dejarlo junto a las hojas de datos. Debía estar preparada para comenzar a recoger todo el material antes de irnos a casa. 

Los chicos estaban dándole un último sorbo a las botellas de agua antes de comenzar a recoger el material tal y como habíamos empezado a hacer el entrenador y yo

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Los chicos estaban dándole un último sorbo a las botellas de agua antes de comenzar a recoger el material tal y como habíamos empezado a hacer el entrenador y yo. Odiaba con toda mi alma aquellos sacos de placajes, pesaban demasiado para poder caminar cómodamente con ellos. Tomé uno en brazos, caminando torpemente como si fuera un pingüino. MinGyu se rió al verme teniendo tantos problemas para llevarlo, y yo le dediqué una mirada furtiva, achicando los ojos. Cuando estaba a punto de acercarse a mí para ayudarme, sentí el peso liberado de mis brazos. GeonHak se había ido, así que no quería hacerme la vana ilusión de que había sido Jay el que me estaba ayudando con ello.

Miré la espalda del que había sido el caballero que me había ayudado y, efectivamente, había sido nada más y nada menos que Park JongSeong. Miré a MinGyu unos instantes, encontrándole con una mirada llena de travesura mientras nos observaba a ambos. En el momento que vio que le había pillado, rápidamente volvió a ponerse serio y tosió un par de veces, acelerando su paso. Acabé por reír; a veces sentía que todos y cada uno de los miembros del club eran como GeonHak: parecían intimidantes, pero en realidad todos eran como cachorritos. Caminé hasta ponerme junto a Jay y palmeé su hombro un par de veces.

Gracias, Jay...
—No es nada.
—asintió dirigiéndome una sonrisa.

Terminé de guardar mis cosas en el bolso para ir de vuelta a casa, así que me despedí del entrenador y caminé lentamente hacia la salida. Ya que no tenía que esperar a GeonHak, podía volver antes; además, no haría a Hak dar mil vueltas innecesarias.

Al salir, me encontré de frente con una persona de pelo largo, no podía diferenciar si era chico o chica, pero creo que le había visto antes con Jay. Pasé de largo, pensando que quizá estaría allí esperándole. Sin embargo, el chico levantó la mirada cuando me vio y me saludó con la mano y una sonrisa amable. Imité el gesto de forma inocente y educada.

—Tú eres _____, ¿no?

Frené en seco y me giré para mirarle. Ladeé la cabeza confusa y volví a acercarme a él, manteniendo suficiente distancia entre ambos sin saber quién era o a qué venía. Estaba lista para gritar el nombre de Jay con fuerza si algo pasaba.

Soy BeomGyu, un amigo de Jay. —asintió y metió las manos en sus bolsillos.—No vengo a hacerte nada, tranquila, no tengas miedo... Simplemente, te vi por primera vez en la fiesta de llegada a la universidad y pues... Me pareciste muy bonita.
—Oh...
—mis mejillas se tornaron algo rosáceas al no estar acostumbrada a recibir halagos.— Muchas gracias, BeomGyu.
—Le pregunté a Jay por ti, pero no quiso decirme nada... Es algo celoso.
—rió suavemente.
¿Celoso?—negué con la cabeza varias veces.—No tiene que estarlo, de todas formas ni siquiera somos... Ya sabes, somos amigos y...
—Ya, ya, lo sé, entiendo lo que me quieres decir. Vengo a conocerte personalmente, ya que Jay tampoco me da tu número o cualquiera de tus redes sociales...

Reí algo aliviada, sintiéndome un poco más cómoda en la conversación. Aunque no conocía a ese chico apenas, había hecho el esfuerzo de venir por él mismo a pedirme mi número. No me fiaba realmente de nadie que apareciera después de todos los rumores que había con Jay; había muchos que me hablaban por el morbo de la situación, otros para sacarme información de Jay, otros ni me miraban, cansados de que Jay siempre se llevara a todas las chicas; había una mezcla de personalidades.

La calma se esfumó de un momento a otro, cuando el chico frente a mí desapareció en un brusco movimiento. Di un salto asustada cuando Jay se llevó bruscamente a BeomGyu del brazo lejos de mí. BeomGyu y él iban discutiendo algo que no estaba al alcance de mi comprensión. ¿Por qué Jay no confiaba en aquel chico? ¿Debería hacer lo mismo? Al fin y al cabo, si no quiso darle mi número... ¿Fue por celos de verdad, o fue por protegerme de él?

Don't Blame Me.- Park Jay y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora