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Jay's POV:

En cuanto reanudaron el entrenamiento, me quedé sentado, sin ganas de volver a salir al campo, mientras observaba cómo el equipo volvía a su labor. El entrenador no me obligó a volver al campo, supongo que por mi nefasta actuación hasta el momento. Sin embargo, sí se acercó a mí para pedirme que me quedara con él en cuanto terminara el entrenamiento. Eso significaba que no podía irme tal y como hice el día anterior en busca de Jake.

Me crucé de brazos, moviendo mi pierna de arriba a abajo rápidamente. Estaba cerca de ella, de hecho, lo suficiente como para poder ver la forma en la que fruncía los labios intentando buscar el ángulo perfecto y que los jugadores no salieran borrosos por el movimiento. Inconscientemente, tal y como hice el día anterior, al tomar mi teléfono de la canasta donde los guardábamos antes de salir al campo, abrí la cámara de fotos. Enfoqué disimuladamente a la chica que estaba delante de mí y capturé un par de instantes en los que la comisura de sus labios se alzaba levemente. Sin poder evitarlo, aquella sonrisa se me contagió rápidamente y acabé mirando a cualquier lugar menos a ella, mientras que mi sonrisa se torcía hacia abajo intentando ocultar la verdadera sonrisa que se plasmaba en mis labios.

Miraba la hora una y otra vez, esperando que el tiempo pasara más rápido para poder irme cuanto antes. Estar allí no me hacía bien, y menos sabiendo que en cuanto terminara el entrenamiento, GeonHak y ______ se irían de nuevo juntos a casa... Y eso me ardía en lo más profundo de mi alma sin entender exactamente por qué. A unos 20 minutos de que acabara el entrenamiento, me levanté y me dirigí al vestuario para tomar una ducha y cambiarme de ropa antes de hablar con el entrenador. En cuanto los demás terminaran, vendrían a hacer lo mismo y quizá podía tardar más mientras esperaba tener una ducha libre.

Dejé que el agua templada cayera desde mi cabeza hasta mis pies, intentando despejar mi cabeza. Me sentía como un adolescente haciendo berrinche por no conseguir lo que quería, y mi comportamiento estaba afectando al entrenamiento y al equipo... Jamás un quarterback había sido tan torpe como lo estaba siendo yo ahora.

Salí justo a tiempo antes de que comenzaran a entrar en el vestuario a empujones y bromas

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Salí justo a tiempo antes de que comenzaran a entrar en el vestuario a empujones y bromas. Sacudí mi pelo para dejar escapar el agua sobrante y lo peiné hacia atrás mientras buscaba al entrenador con la mirada. Estaba junto a _____, que parecía estar entregándole unos papeles y explicándole cosas sobre estos. El entrenador asentía una y otra vez a lo que le estaba diciendo y me miró por encima de su hombro al ver que simplemente me mantenía estático a la distancia. Ella se apartó para terminar de recoger sus cosas y se giró para dirigirse a la salida, encontrándonos de frente. La miré, ella me miró, fueron unos breves segundos para que luego ella bajara la cabeza y caminara por mi lado sin decir nada más. Era de esperar.

Me dirigí entonces con paso más firme hasta el entrenador y me hizo tomar asiento en el banquillo junto a él. Le observé por unos segundos, algo nervioso por lo que tuviera que decirme. Tenía miedo de que me echara del equipo por no ser útil, que me mantuviera en el banquillo durante el próximo partido o que me suspendiera el entrenamiento por unos días.

Jay.—comenzó a hablar él.— ¿Qué es lo que te pasa? ¿Qué tienes? ¿Qué pasa por tu cabeza? ¿De qué huyes?
—Entrenador...
—No, Jay, no hay excusa que valga. Estás así desde que _____ llegó al club y ella no está aquí para distraerte; está haciendo su labor como periodista.
—levantó los papeles que le había dado.
—No, entrenador, escúcheme... Sé que ella está aquí haciendo su trabajo y lo está haciendo mejor que nadie, por supuesto. Es sólo que...

El entrenador rió, dejándome un poco confundido. Me dio una palmada en la espalda y un apretón en el hombro mientras se inclinaba hacia delante para ver mi rostro. Negó un par de veces.

No te estoy riñendo, sólo quería asustarte un poco... A ti lo que te pasa es que te molesta lo que hay entre GeonHak y ella, ¿verdad?
—No, no, no, claro que no... Ella tiene su vida y yo la mía y...
—JongSeong, a mí también me han preguntado por vosotros las cuatro gatas que se quedan en la puerta esperándote... Sé todo sobre los rumores.

Me quedé en silencio sin saber qué responder. ¿Qué iba a decirle? Gracias a esos rumores habíamos acabado así. El entrenador suspiró, poniéndose en pie justo frente a mí.

Jay... Antes la defendías de las malas miradas del equipo y ahora ni eres capaz de mirarla tú mismo... ¿Qué ha pasado?
—Por culpa de esos rumores ella me ha pedido que me aleje. No hice nada para pararlos, al contrario, la puse en el punto de mira pidiéndole una cita...

El hombre mayor torció su boca y suspiró. Miró hacia el vestuario, despidiéndose con un gesto de cabeza de cada uno de los chicos que salía de allí. Buscaba las palabras perfectas para mí, para que no me sintiera culpable de lo que había pasado; sin embargo, en su cabeza solo resonaba un "puberto insensato" y podía verlo en su mirada.

¿A ti ella te gusta?
—Yo... No lo sé, no sé nada, entrenador...
—Si no te gustaba, ¿por qué la invitaste a una cita delante de la gente errónea?
—No lo sé...

El entrenador volvió a negar con la cabeza, cruzándose de brazos mientras me observaba fijamente. Yo jugaba con mis manos, nervioso, sin ser capaz de levantar la mirada del suelo.

Si ella te ha pedido eso... Supongo que es lo mejor para ella... Pero veo que para ti no.
—Me siento mal, entrenador... Da igual si está conmigo, con GeonHak o con quien sea. Después de haberla invitado a salir conmigo, la cosa sólo ha empeorado...
—me llevé las manos a la cabeza.— Y la tachan de cosas que no son por juntarse con GeonHak, porque todos asumieron que era algo conmigo... ¡Ni siquiera puede estar tranquila en clase y todo por la gilipollez de pedirle una cita!

Apreté mis puños frustrado, enredando hebras de mi cabello entre mis dedos mientras negaba una y otra vez. El entrenador dejó escapar una suave risita y se alejó un par de pasos con la intención de terminar la conversación allí mismo.

JongSeong... Tú has hecho todo esto, tú mismo tienes que solventarlo. Sólo puedo decirte... Que ella siempre ha tenido un ojo en ti hasta que todo esto de los rumores ha explotado.
—Fuck... I messed everything up...

El entrenador se fue a paso lento, dejándome con mis propios pensamientos carcomiendo mi mente. ¿Había tenido un ojo en mí de verdad? Había sido yo mismo el que la había lanzado a los brazos de GeonHak, y a quién quería engañar, GeonHak era todo un caballero... Lo raro sería que una chica no cayera por él.

Te rogaría de rodillas que te quedaras.

Don't Blame Me.- Park Jay y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora