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Me quedé con el entrenador mientras los chicos se cambiaban. Ayudaba a reponer las bebidas isotónicas en las neveras llenas de hielo, doblaba las toallas antes de meterlas en el cesto, revisaba que la memoria de la cámara tuviera espacio aún para las fotos de aquella sesión... Todo esto hasta que los chicos comenzaron a salir del vestuario. Les hice fotos entrando al campo desde un ángulo completamente opuesto al de la sala de la que salían y cuando escucharon el "click" de la cámara, varios se giraron para posar con sus pulgares hacia arriba, sacando una "v" con sus dedos, un corazón con el pulgar y el índice. Era sorprendente el cambio que habían dado de la noche a la mañana y yo no entendía el porqué.

Me dedicaba a hacerles fotos mientras entrenaban, lista para tener material suficiente para un nuevo artículo o simplemente... De repente una idea brillante llegó a mi cabeza, ya tenía planes para esa tarde. Seguía capturando las mejores fotos que podía, tanto que la memoria de la cámara no tardó en llenarse al completo, haciéndome chasquear la lengua molesta. El entrenado pareció entender lo que pasaba y al tiempo hizo sonar el silbato del descanso. Ayudé de nuevo al entrenador llevando las toallas y poco a poco iba escuchando un par más de "gracias" escapando de sus bocas.

Aprovechando el descanso, me acerqué hacia los chicos que estaban sentados en el césped mientras tomaban algo de aire y secaban su cuerpo. Su mirada recayó en mí, dejándome nuevamente sin palabras, por lo que opté por usar gestos, levantando mi libreta con timidez. Todos parecieron tensarse al saber que iba a entrevistarles, por lo que me senté frente a ellos para poder observar a todos y así hablar con cada uno sin que se sintiera excluido. Carraspeé para que mi voz fuera más clara y leí la primera pregunta del cuaderno.

¿Habéis sufrido alguna lesión recientemente? ¿Cuál creéis que es la parte del entrenamiento más complicada? ¿Creéis que el estar en el club os afecta académicamente? ¿Hay algún campeonato al que os presentéis este año?

Al levantar la cabeza de las preguntas, todas las miradas, llenas de un brillo especial, se dirigieron de mí a Jay. JongSeong tenía una enorme y tierna sonrisa en su rostro mientras miraba a sus compañeros de equipo y se dejó caer hacia atrás en el césped descansando. Yo les observaba con cierta confusión, pero todos comenzaron a contestarme uno a uno y por supuesto yo anoté todas y cada una de sus respuestas. 

En cuanto llegué a casa, tiré mi mochila a alguna esquina de mi habitación, corriendo al ordenador que tenía sobre mi escritorio

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En cuanto llegué a casa, tiré mi mochila a alguna esquina de mi habitación, corriendo al ordenador que tenía sobre mi escritorio. Saqué la tarjeta de memoria de la cámara y la introduje en la ranura del portátil, abriéndose automáticamente una carpeta donde se encontraban todas las fotos que había hecho ese día. Le subí el brillo al máximo a la pantalla para poder observar todas las fotos y así seleccionar sólo las mejores.

Encontré una de Jay y GeonHak que me hizo frenar mi revisión en seco. Los observé por unos segundos. ¿Cómo es que la gente sólo era capaz de fijarse en Jay habiendo otros chicos como GeonHak en el club? Decidí destacar esa fotografía para darle un buen uso y seguí con la criba de fotos. Estiré mi mano hacia la impresora que había al final de la mesa del escritorio para que fuera iniciándose y conectándose con el ordenador y mandé las fotografías que quería imprimir.

Mientras salían de la impresora, tomé las llaves de casa y fui a una tienda que había apenas a cinco minutos en busca de un álbum de fotos, pegatinas y bolígrafos de colores. Definitivamente me había equivocado de carrera y debí haber escogido magisterio. Sonreí ante mi estúpido pensamiento y tras pagar volví a casa. Por supuesto, cuando subí de nuevo a mi habitación, las fotografías ya estaban impresas y me encargué de revisarlas para que no tuvieran fallos de impresión. Todo estaba listo ya.

Comencé a recortar las fotografías y a colocarlas en el álbum de fotos que me había encargado de comprobar que fuera adhesivo. Las colocaba como si fuera un marco de fotos con pegatinas de animalitos alrededor y los nombres de cada uno debajo de cada foto. Puse la fecha de aquellos dos días que había registrado y miré mi obra de arte satisfecha. Era algo feo, simple e infantil, pero... El detalle es lo que cuenta, ¿no?*

Mi vista iba de una página a otra de forma recurrente, comprobando que el cambio que habían dado en un día era bastante notable. Pasaron de ser indiferentes y desconfiados a posar frente a la cámara. Quizá era una señal de que lo estaba haciendo bien y de que debía seguir así.

*Lo hice lo más preescolar core que pude, el cerdo en ChangBin le da el punto pero no estamos listos para esa conversación. ✊😞

Don't Blame Me.- Park Jay y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora