"Lord, sᥲvᥱ mᥱ, mყ drᥙg ιs mყ bᥲbყ I'ᥣᥣ bᥱ ᥙsιᥒ' for thᥱ rᥱst of mყ ᥣιfᥱ."
Siempre de había considerado curiosa por naturaleza. ¿Hasta que punto el periodismo saciaba su curiosidad? No había nada interesante que descubrir en ese club, o eso creyó ha...
Tras aquella tarde entretenida llena de manualidades y una mañana llena de aburridas asignaturas, finalmente mi momento favorito del día había llegado. Me despedí de JungWon en cuanto llegó a la puerta de los pabellones cubiertos y yo me dirigí entonces a campo abierto para acompañar al club de fútbol americano otro día más. Mordisqueé mi labio al ver que volvía a haber otro grupo justo esperando en la puerta, esperando para hacer más preguntas o más fotos a los jugadores. Traté de pasar desapercibido para poder entrar al campo sin problema alguno, sin embargo, no todo podía ser así de fácil.
—¡Espera, espera! Tú debes ser la chica de la que están hablando. ¿Es cierto que Jay y tú sois familia? —¿Familia?—fruncí el ceño sorprendida, ya no sabían qué inventar para justificar que fuera parte del club. —¿No? Hay chicas que dicen que eres familiar suyo... ¿Entonces tú eres la novia de GeonHak? ¡Te han visto de la mano con él! —¡Me tienes que estar vacilando! ¡Sólo me llevó con el entrenador y fue ayer mismo! ¡Nunca he visto a GeonHak fuera de la universidad! —¡No puede ser real! ¡Entonces es verdad eso de que estás a dos bandos! —una de las chicas hizo una foto, dejándome algo cegata con el flash.— Para todo esto o difundiremos tu fotografía. —¿Parar el qué?—pregunté casi gritando.
Cuando estaba a punto de pasar a través de ellos de la forma más directa posible, es decir, empujándoles, un brazo rodeó mi cintura, frenándome justo a tiempo. Levanté mi mirada para ver de quién se trataba y, cómo no, volvía a ser Jay. Se le veía molesto. Ni siquiera llevaba la pequeña sonrisa en su rostro que solía vestir como parte de su apariencia. Miraba al grupo de chicas, completamente distinto al que había aparecido el día anterior.
—¿Hay algún problema o no quedó claro nada de lo que dije ayer? —¡Jay, nos advirtieron de ella en el club! Está jugando a dos bandas, ella- —Ella está haciendo su trabajo perfectamente en club, sin involucrar sentimientos con absolutamente nadie. Es momento de que paréis esto. Ya no tiene nada de gracia. Para una que vale la pena de ese podrido club y queréis echarla por pura envidia.
Jay caminó unos cuantos pasos al frente, tirando de mí por la cintura, abriéndose paso entre aquella pared de chicas que había justo frente a las puertas del club. Antes de entrar me dedicó una mirada a la que respondí ladeando la cabeza con curiosidad. Una pequeña sonrisa volvió a plasmarse en sus labios y se relamió antes de hablar.
—_______, tengamos una cita.
Me quedé congelada en ese mismo lugar. Las miradas de las chicas que habíamos dejado atrás se clavaban en mi espalda con una intensidad que juraría que sentía alfileres atravesándome. Pestañeé varias veces sintiendo mi cara arder; no podía creer lo que estaba diciendo y es por eso que le empujé suavemente. Si lo estaba haciendo por apartar a las chicas y me estaba usando de cebo, eso no tenía gracia. Él pegó más mi cuerpo al suyo y buscó unir su mirada con la mía.
—Por favor...
Ante aquella profunda mirada no pude decir que no. Asentí lentamente con la cabeza a sabiendas de que estaba jugando conmigo, supongo que la empatía ganó y algo de mí quiso ayudarle a quitarse a las fanáticas de encima. Un último click de una cámara se escuchó y un flash nos delineó antes de que escucháramos pasos alejarse. Este era el fin. En cuanto entramos por las puertas del club me separé de él por completo, adelantándome unos cuantos pasos con el corazón a cien por hora. ¿Cómo podía decir algo así tan a la ligera sólo para quitarse a esas chicas de encima? ¿Acaso no sabe que cuando un chico así de guapo dice algo así cualquiera se ilusionaría? Una mano tiró fuertemente de mi muñeca, frenando el paso rápido al que iba y sacándome de mis pensamientos.
—¡Lo de la cita es de verdad, ______, acepta salir conmigo!
Para nuestra grandiosa suerte, cierto rubio de amplios hombros pasaba por nuestro lado, observándonos fijamente. Miré a GeonHak por unos segundos y en cuanto hicimos contacto visual, siguió su camino adelante, chasqueando la lengua con molestia. Observé de nuevo a Jay, que esperaba una respuesta clara.
—Jay, si esto es para seguir con ese juego y que te dejen en paz... —No, voy en serio, de verdad. Vayamos a por un café después del entrenamiento, conozco una cafetería aquí cerca.
Con mis mejillas sonrojadas por la situación tan intensa a la que me había expuesto en apenas unos minutos, asentí de nuevo lentamente. Jay me sonrió de oreja a oreja por primera vez y salió corriendo hacia los vestuarios, dejándome tirada a mitad de camino completamente confusa.
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Durante el entrenamiento me encontraba algo confusa, ciertamente nerviosa e incluso... Sentía que algo estaba mal con GeonHak. Normalmente en el entrenamiento era una persona más abierta, divertida y activa que fuera del campo; sin embargo, hoy se encontraba serio, callado, disperso. El entrenador llamó su atención varias veces y las veces que hacía contacto visual con la cámara, no se reía como lo había hecho días antes.
Jay, al contrario que GeonHak, se encontraba completamente enérgico. Corría de un lado a otro, su voz se escuchaba por encima de cualquier otra cuando daba órdenes y no importaba la jugada que fuera, él siempre estaba en medio. ¿Estaría así por lo que pasó antes? No quería hacerme ilusiones, pero... esa era la única novedad que rondaba mi cabeza. Aproveché aquel momento tan brillante de Jay para plasmarlo en fotos.
—Hoy te has fijado más que nunca en Jay, eh.—comentó el entrenador. —Entrenador, hoy está brillante... ¡Hay que aprovechar!
El entrenador asintió incrédulo y fijó sus ojos en el torpe GeonHak. Sabía que estaba pasando algo, Hak no era de los que se distraía fácilmente, al contrario, siempre que necesitaba desahogarse, el deporte era su salida. Hoy... hoy era diferente, y la razón era ni más ni menos que yo. En ese momento no quería creerlo, pero sabía que en algún momento me lo haría ver explícitamente.