Y todo fue en desgracia

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Hacía una muy bonita mañana en Francia, el sol comenzaba a salir y los pajaros hacían sus típicos cantos matutinos, la mansión Vinsmoke permanecía en total calma. Arriba en el segundo piso, se encontraban cuatro chicos de 18 años dormidos cómodamente [ o casi tirados en el piso en el caso de un chico peliverde]  hasta que de repente se escucha el sonido de la melodiosa voz de su hermana mayor llamandolos que mucho cariño a que bajaran al comedor.

– ICHIJI, NIJI, SANJI Y YONJI! IDIOTAS, SI NO BAJAN EN CINCO MINUTOS LOS VOY A OBLIRGAR A BAJAR LAS ESCALERAS AGARRADOS DE LAS GREÑAS!! — gritó una cansada chica de 21 años, pelo rosa chicle, cuerpo bien tonificado y unos preciosos ojos azules en su bello rotro, claro herencia de su madre — MAMÁ TIENE UNA NOTICIA, ASIQUE APURENCE IDIOTAS!!

— Rei, cariño, cuando te dije que vallas a despertar a tus hermanos me refería a que fueras a sus cuartos y se los dijeras de una manera "decente" no como si estivieramos en un ejercito — le reprocho con dulzura su bella madre, una rubia mujer que a pesar de los años se seguia manteniendo joven

— Lo siento mamá — se trató de escusar— pero aún si iba a llamarlos uno por uno, no me iban a hacer caso y eso tú lo sabes bien.

— Pues creo que tienes razón — dijo negando un poco con la cabeza y mirando hacia el piso de arriba, de donde provenía bastante ruido a partir del grito que dio su hija mayor.

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Después de que se oyera tremendo grito, se escuchó un fuerte golpe como su hubieran dejado caer algo eso provocó que un rubio de unas ensortijadas cejas se despertara, éste se levanta de la cama con gran pesar, a pasos lentos sale de su habitación y se dirige a la del frente que era la de su hermano menor, adentro se hallaba un peliverde echo bolita agarrandose fuertemente la cabeza, el rubio solo dio un suspiro, a veces su hermanito tenía la manía de caerse de la cama y hoy era una de esas ocasiones.

— Jaja, que imbecil — se burló un peliazul recargado en  la puerta de la habitación al lado de la del rubio  — No puedo creer que seas tan pendejo Yonji, en serio.

— Cierra la puta boca, Niji — le insultó de vuelta el menor — Me das más dolor de cabeza

— Si yo fuera ustedes mejor voy bajando o ahí si va a venir Reiju a bajarlos por la fuerza — les aconsejó el último que faltaba de los cuatrillizos, el mayor de los cuatro hermanos, un pelirojo de piel pálida y marcadas ojeras causadas, tal vez, por las varias noches de insomio leyendo sus tan raras novelas

— Buenos días para ti también, Drácula — se burla el segundo mayor de los cuatrillizos

— Cállate Niji — se defiende el mayor — de todas formas bajen, por lo que oí de Rei, mamá tiene algo que decir — y sin esperar una respuesta, el pelirrojo desapareció de la vista de sus hermanos

— Yo también voy bajando, necesito un café después de estar escuchando tus películas porno durante toda la madrugada, en serio es que acaso no te cansas o qué? — les avisa el rubio mirando feo al azul mientras este solo se ríe, satisfecho de haberle jodido la noche a su hermanito menor

Después de que bajó el tercero de los hermanos le siguió el segundo y luego más tarde bajó el último, aunque aún estaba un poco adolorido por la caída que se dio debido al susto.

El pelirrojo, peliazul y el peliverde se sentaron en la mesa mientras que su mamá y su hermano Sanji les iban pasando sus respectivos desayunos.

— Ahora que estamos todos, que es lo que tenías que decir mamá? — preguntó la mayor, ni siquiera ella sabía el motivo de esa reunión. Cuando ya todos estuvieron sentados en la mesa ahí fue  cuando al fin la matriarca de la familia comenzó a hablar.

Trabajo Familiar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora