Galletas de avena [Part.2]

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Removia la mezcla a la vez que el peliverde partía los huevos. No quería admitirlo, pero terminaron haciendo un completo desastre en esa inmaculada cocina.

Había cascaradas de huevo regadas por todas partes, harina esparcida en el piso y utensilios usados acumulados en el fregadero. Mezcló con convicción la mezcla hasta que llegó la ansiada hora de moldear.

Dividió la bandeja en dos, un lado para Sanji, un lado para Zoro.

– En serio eres malo para esto – comentó el blondo al ver las horribles masas deformes que estaba haciendo el peliverde, éste le miró mal en respuesta y trató de hacerlo mejor.

Lindas galletas de avena. Para el equipo de esgrima, se tenían que hacer relacionadas a ese deporte, figuras de los concursantes, objetos, cualquier cosa. Por eso Sanji se burlaba de las galletas de Roronoa, parecían de todo menos de esgrima.

Colocó con delicadeza la última galleta de su parte y admiró el resultado, se mordió los labios oprimiendo una carcajada, miró de forma discreta al moreno, un aura decaída a su alrededor hizo que soltara un bufido.

– Dale, burlate, al fin y al cabo ya no importa... trataba de hacer un espada. – con el permiso otorgado, el francés estalló en una sonora carcajada, tanto fue la risa que se tuvo que agarrar del mesón y sobarse el estómago.

– JAJSJAJAJAJAJ.. no me la creo.. JASJAJAJAJ. – se limpió pequeñas lágrimas superficiales que se acumulaban en sus ojos, el peliverde le dedicó una mirada amenazante, pero no le hizo caso ya que se encontraba muy concentrado en las figuras en masa.

– Ya-ya, ya no me rio, lo prometo. ‐ detuvo sus carcajadas y el moreno lo vió con desdén – es solo que... pffff- SON HORRIBLES, JASJAJAJAJA.

Aún burandose del peliverde, sujetó la bandeja y la metió al horno. – Bien, ahora solo tenemos que esperar a que estén.

Giró sobre sus talones para ver al peliverde, éste se encontraba observando el desastre que habían hecho en esa inmaculada cocina.

– Ni pienses que voy a limpiar todo esto solo. – la idea de huida de Roronoa se esfumó rápido al sentir el fuerte agarre del rubio en su brazo, iba a negarse, pero no se pudo resistir al ver el aura tan positiva que tenía el francés a su alrededor. ‐ Ay, vamos, va a ser divertido.

El blondo sacudió con una sonrisa el cloro y el desinfectante que tenía en sus manos, Zoro suspiró cansado aceptando los productos de limpieza. Ya que, Sanji ganaba.

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– Estoy cansado... – se tumbó en el frío piso, algunas gotas de sudor bajando por su frente, con las manls y pies abiertos de para en par.

– No seas dramático. – Sanji se quitó el sudor de la frente con sus guantes de limpieza amarillo pollito, se los quitó y los dejó arriba del mesón. – Zoro, parate, hay que supervisar las galletas.

– No... tengo fuerzas...

– Ya, levantate. – pateó ligeramente una de las piernas del peliverde mas éste ni se inmutó, entonces agarró una de sus manos tratando de jalarlo, pero el tiro le salió por la culata cuando terminó cayendose en cima del cuerpo del mayor. – ¡Mierda!

Por suerte pudo poner ambas manos para no terminar enterrando su cara en el fuerte abdomen de Roronoa, básicamente estaba en cuatro arriba del marimo. Sus mejillas se calentaron ante la posición tan... íntima. No se atrevía a ver la cara de Zoro, la pena era mucho con él.

– Sanji... – la voz del moreno lo llamó en un susurro, levantó lentamente la cabeza así encontrandose con los radiantes ojos marrones observandolo.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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