Cuándo empezó?

98 16 15
                                    

Marijois..

Ichiji..
Eran las 11:30 y ya casi terminaba el horario de la mañana para empezar el horario de los estudiantes de la tarde. Iba en camino hacia la conferencia de clasicos de la literatura, una de sus últimas materias y que esperaba con muchas ansias desde que leyó su horario académico.

Entró al salón y lo que más notó fue que el profesor aún no había llegado asique fue con calma hacia un asiento libre, dejó su bolso y unos cuantos cuadernos. Se sentía cansado, el haberse despertado en plena madrugada y encontrarse con un desconocido endemoniadamente guapo no lo había ayudado a recuperar el sueño, se le notaban unas voluptuosas ojeras debajo de sus ojos cristalinos.

Pasados unos minutos se topó con Violet Riku, una chica con la que había coincidido varias asignaturas anteriores, se sintio menos ansioso al encontrarla. Tuvieron que pasar otros 20 minutos para que el profesor de la materia al fin se dignara a aparecer, se llevo una gran sorpresa al caer en cuenta quien era él. El recuerdo de hoy en la madrugada golpeó su mente haciendolo recordar el nombre de ese sujeto.

– Charlotte, Katakuri Charlotte –

Una chispa de curiosidad cursó sus ojos. ¿Cómo era posible que se encontrara con el mismo hombre dos veces en un día? Era extraño. Cuando miró a su alrededor encontró a todos sus demás compañeros sentados en un completo silencio esperando las indicaciones del maestro, chicas lo veían con asombro, enamoramiento, esperando que su mirada se pose en alguna de ellas; chicos lo miraban con miedo, admiración y un poco de celos. Era increible el impacto que tenía sobre los demás su presencia.

Y de repente volteó hacia él, le dirigió una mirada rápida con el mismo extraño brillo en los ojos que la vez anterior, simplemente que este no se notaba tanto, probablemente era por que había luz solar. Su cuerpo de piel dorada, vestido con un elegante traje Dior, color azul cobalto y corbata negra, se apoyó en el escrito donde descansaban sus otras pertenencias; vió como la espesa bufanda Praga que cubría la mitad de su rostro se movia un poco dejando al descubierto un retaso de esa cicatriz que le llegaba un poco más abajo de la patillas, no era la misma bufanda blanco con negro que lo vio la otra vez, en esta ocasión era toda negra.

– Disculpen la tardanza, tuve un pequeño inconveniente al venir aquí – declaró con su grave [y sensual] voz que hizo que varias alumnas dieran un suspiro enamorado. Eso hizo que una profunda sensación de cringe inundara la boca de su estómago.

– Las chicas aveces pueden ser tan estupidas... – recibió un asentamiento de cabeza ante su comentario de parte de su compañera [y potencial amiga] de piel morena.

– Ni que lo digas.. – respondió de acuerdo la morena. Guardaron silencio cuando escucharon de vuelta la voz del profesor. Tendría que hablar con él después de clase.

.

.

.

Y así pasó. Ahora se encontraba al frente de la oficina del hombre de cabellos granates, la pequeña ventena de la puerta que dejaba ver un poco hacia dentro del cuarto ahora se encontraba bloqueada con una persiana. Se sintió extrañamente nervioso, casi nunca le pasaba, siempre había sido una persona de lo más serena y muy pocas veces se impresionaba o interesaba algo en específico, pero algo le decía que sería diferente con este hombre.
Tomó una larga y profunda bocanada de aire y la sostuvo en sus pulmones hasta que se vio en la necesidad de dejarla ir, calmó sus nervios y por mera precaución miró a ambos lados del pasillo buscando a otra alma, no había nadie.

Al fin tocó la puerta. Espero unos segundos hasta que escuchó un suave "pase.." que le dio autorización de entrar a la oficina. Allí estaba, con varios papeleos organizados en varias columnas de diferentes tamaños y otros más colocados en cajas arriba de un pequeño sillón. La oficina no era relativamente grande pero tampoco era pequeña, al fondo se encontraba el escritorio y frente de este estaban dos sillas negras, había un mueble mediano que servía como mini biblioteca y abajo había espacio para guardar los tipos de cajas que estaban en el sofá de cuero pegado a la pared contraria, arriba de éste se encontraba un cuadro de un hermoso paisaje de playa. Oficina minimalista al parecer.

Trabajo Familiar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora