Profesor o amante?

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Estaba nervioso. Esa sensación se le estaba haciendo muy frecuente y más en esta asignatura, y más con este profesor. Su porte impecable, su rostro impacible y esos ojos que te transmiten autoridad, terror y perfección al mismo tiempo si te pones a ir más dentro de ellos puedes llegar a ver soledad, melancolía e incluso resentimiento. Ese hombre era impredecible, por eso lo ponía nervioso, porque no sabría cual sería su próximo movimiento.

Claro que se acordaba lo sucedido el sábado, lo recordaba bien claro. No se enorgullecía por haberse abalanzado así como lo hizo, claro que no, pero ya no sabía que hacer. Seguramente lo había citado a su oficina después de clases para formarle un reporte, si le forma un reporte marcharán su expediente, si lo manchan quedaría como un lunático, y si pasa eso seguramente...

– Ichi, ya es hora de salida.. – la voz suave y serena de Violet lo sacó de su trance, solo se encontraban ellos dos solo en el auditorio.

– Eh, claro, claro. – tomó su bolso con un ligero temblor en las manos, bajó las escaleras con ella y se despidieron tan pronto como salieron.

Sus pies se movieron en modo automático ya que su cabeza no estaba en condiciones para darles ordenes. Estaba muy nervioso. No quería una mancha, en serio no la quería. Tocó la puerta un par de veces, de nuevo la ventana estaba bloqueada, le dieron permiso y entró.

Las mismas sillas, la misma biblioteca y el mismo puto cuadro. Ya le estaba cayendo mal ese cuadro, miró al frente y se encontró con esa mirada, mierda, como tenía ganas de cerrar esos ojos y que no volvieran a abrirse. No quería que lo vieran ya que lo hacían sentirse pequeño, débil y fragil, como a una pequeña chinchilla, pero él no era un puto roedor. Siempre, desde que tenía conciencia, ha sido el cazador, los demás eran sus lindos roedores, sus ratones. Puso la cara más seria y sin sentimientos que su cuerpo le podía dar.

– Oh, Vinsmoke, dale, adelante. – el dueño de la oficina lo invitó a entrar, acercarse, lo hizo, no mucho pero lo hizo. – Tengo una pregunta muy urgente para hacerte y si no la hago seguramente no me va a dejar en paz.

– Eh.. Em..Claro, hagala, profesor – dejó su bolso en el sillón de cuero pero aún se mantenía de pie ya que si se sentaba no iba a poder disimular el temblor en sus piernas.

– Ok, seré directo. ¿Tú usualmente haces eso? – su expresión no denotaba enojo, ni curiosidad, solo era neutro.

– ¿Hacer qué?

– Tener fantasías sexuales con tus profesores, claro. – fue como si le cayera un balde de agua fría en la cabeza, no se esperaba que fuera tan directo. – ¿Siempre seduces a tus profesores para sacar buenas notas? Si es así, no me sorprendería por como está tu expediente, Vinsmoke.

– Oh, si en esas estamos, ¿Tú también haces eso amenudo? Besuquiarte con tus estudiantes, darte un revolcón con ellos y luego ponerles la mejor nota como premio. Pues si es así, me sorprende el pago adelantado ya que desde antes era el mejor. – usó la misma técnica, notó como le salió una vena en el cuello al mayor, sonrió con suficiencia – No sabía que tenía tal fetiche, profesor, al parecer aún puede manter la máquina en funcionamiento...

Se detuvo en su oración ya que su espalda golpeó duramente contra la puerta de madera, miró al cuerpo que lo rodeaba, había tocado un punto sensible en el otro hombre pero ya no importaba, lo que ocurriría en esa oficina podía cambiar o no su vida.

– ¿Qué dijiste?

– Dije que me sorprende que aún la pueda mantener parada, señor Charlotte. Seguramente el revolcarse con sus estudiantes le ayuda muchísimo en mantener el ritmo-

Un golpe sonó a un costado de su cabeza – No creo que debas jugar en donde te puedas quemar... – susurró lentamente en su oreja, mantenía sus dos brazos alrededor de su cabeza.

Trabajo Familiar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora