Problemas [Part. 2]

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Todos se encontraban en la estancia del local, algunos meseros estaban limpiando y su abuelo les estaba haciendo algo para cenar. Ya estaban cambiados y con el pijama puesto, solo faltaba que pudieran comer e ir a acostarse.

– ¡¡Tengo hambree!! – el segundo de los cuatrillizos gritó hacia la cocina desde el frío piso de la estancia. Un fuerte golpe sonó desde la puerta, todos giraron en la dirección del ruido.

– ¡BUENAAAS!

– ¿Qué carajo? Kid ¿por qué no estás en tu casa? – la pelirosa se levantó de un sofá ante el fuerte ruido.

– Tengo asuntos con el señor Redleg – sin dar muchas explicaciones lo vieron pasar entre las mesas y desaparecer por la puerta hacia la cocina.

- ¿Ustedes creen que vaya a pedir aumento? – Yonji se sentó arriba de una mesa comiendo un regaliz.

– Sería un estupido si no lo ha hecho – Ichiji respondió mientras miraba su teléfono muy concentrado.

– Pues para tu información, lo es. Ayer lo vi retirar una miseria y eso que le cobra extra al abuelo – comentó en la conversación Sanji.

– Tal vez vaya a renunciar – volvió a sugerir Yonji.

Hubo silencio, la mayor miró al segundo cuatrillizo, esperaba que la conversación que tuvo con Kid no lo haya espantado y decida irse. Se escuchó otro fuerte golpe pero esta vez provenía de la puerta de la cocina.

– ¡¡Deja de golpear las putas puertas!! – el fuerte grito de Patty hizo reir a unos cuantos meseros y a los hermanos.

– ¡Jodete! – pasó su brazo derecho por la puerta y lo más probable es que le haya mostrado un seña obsena al cocinero porque se escuchó una olla siendo golpeada.

El pelirojo caminó de nuevo entre las mesas pero cuando iba a jalar la manija para salir, se detuvo. Se devolvió sobre sus pasos y paró a los pies de la única persona tirada en el piso.

– ¿Qué? – aunque se encontraba mirando el techo sintió los pasos del mayor acercándose a él y el momento exacto cuando se detuvo.

– ¿Qué es lo que haces?

– ¿Qué no ves? Estoy muriendo de hambre y trato de que mis organos no se coman entre sí.

– Entonces no estás haciendo nada.

– Exacto.

El estadounidense se calló un momento, pensó en cómo haría su siguiente pregunta y la manera de que no sonara raro.

– Estoy seguro de que tu abuelo se va tardar bastante con la comida, Patty le marcó una olla y ahora anda hundida.

– ¿Y eso qué? Al menos me reconforta que regañe al idiota ese – un gruñido sonó de él y se agarró el estómago con una mueca en el rostro.

Kid se quedó procesando un poco la poca habilidad de captar las cosas del chico, Reiju estaba peor, tenía unas ganas tremendas de meterle un puñetazo a su querido hermano menor.

‐ Err...Okey, como veo que las indirectas no van a funcionar contigo voy a ir al grano – pasó sus manos por su rostro, se puso de cuclillas quedando a la altura del contrario, éste lo miro confundido – Te quiero sacar a comer, eso es lo que trato de decir.

– ¿Qué? ¿En serio? – los ojos azules brillaron con esperanza, el pelirojo soltó una risa.

– Si sigues vacilandome tanto estoy tentado a negarme.

– ¡No! Llevame – demandó.

– Esta bien, vamos – se paró y tendió su mano para levantar al otro, éste aceptó. Se aproximaron a la puerta hasta que un grito en protesta los frenó.

Trabajo Familiar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora