¿La cague, verdad?

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Al día siguiente..
Sanji..

Estaba confundido. Su conversación con Reiju ayer lo dejó con muchas dudas en la cabeza, ¿le gustaba a Zoro? Si lo que decía su hermana era verdad, y ayer tuvo una cita con el peliverde eso significa que el ya lo estaba viendo como posible pareja. Pero no era así ¿o si? No lo sabía. Toda su vida le habían gustado las mujeres y nada más que las mujeres, nunca se le pasaría por la cabeza enamorarse de un hombre.

Recordó los sucesos de ayer y cómo se había sentido, nunca antes la había pasado tan bien con alguien, ¿Tal vez le gustaba Zoro? Imposible. Sacudió la cabeza tratando de sacarse esos pensamientos.

Solo eran amigos. Simplemente amigos y nada más que amigos. Y se quedarían así.

La clase terminó, se despidió de todos sus compañeros y empezó su camino hasta el área deportiva de la universidad, minutos después de salir Nami le mandó un mensaje para que se encontraran allí. Casualmente, el peliverde seguía entrenando y tenían que esperarlo.

Llegó a un edificio algo apartado y encontró a sus amigos observando desde una ventana el interior, se acerco a ellos en silencio y se acomodó en una esquina a observar.

Estaban un pelinegro y un peliverde, ambos en posición de pelea, los dos se veían en muy buena forma. Era esgrima, pelearon un poco más hasta que el pelinegro derribó al otro. Zoro se quito enojado el casco, su contrincante le tendió la mano y éste aceptó.

Su contrario también se quitó la máscara y se sorprendio al ver que se trataba de una mujer, ésta lo abrazó con cariño y le revolvió el cabello, Zoro se molestó más, se vió como ambos se aproximaron a la salida, todos se dispersaron. Salieron.

– Tus técnicas no están mal, pero necesitas cuidar tu lado derecho, siempre terminas perdiendo porque lo descuidas – la chica salió acompañada del peliverde, Zoro rodó los ojos con molestia.

– Hoy tambien cuide mi lado derecho y aún así ganas. ¿Qué más tengo que hacer?

– Yo no creo que lo hayas hecho tan mal, Zoro – opinó Luffy metiéndose en la conversación, recibió un zape de parte de Sanji y Nami. Ellos no tenían que saber que los estaban espiando.

– ¿Ves? Hasta tus amigos dicen que no lo hiciste mal, es solo que aún te falta práctica – la azabache le dió la razon al monkey – Me voy a cambiar. ¿Vienes a cenar esta noche?

– Tengo que preguntar. – el moreno se revolvió el cabello.

– Bien. Nos vemos entonces. – le dió un beso en la frente y se fue. Todos se acercaron a Zoro arrastrandolo.

– ¿Quién era ella? – preguntó con un deje de molestia en su voz, por alguna razon el ver el trato tan cariñoso de esos dos lo puso de mal humor.

– Ella es mi prima, Kuina. – eso alivió algo en el interior de Sanji, pero aún si fueran algo más no tendría que molestarse o si? – Su padre es mi padrino, por eso a veces ceno en su casa.

– Claro, claro. Mucha charla y poca acción – Nami se metió en el medio de ellos dos tomandolos del brazo – Ahora tenemos que ir a la cafetería, allí están Franky, Usopp y Chopper esperandonos.

– Espero que sea rápido, ya me está dando hambre... – el estómago de Luffy gruñó y los demás se rieron. Corrieron en dirección a la cafetería a comer.

Ya allí, todos se sentaron en una mesa apartada solo para ellos, era su territorio. Comenzaron hablando de cosas que les pasó durante las clases hasta que Usopp sacó a la mesa un extraño tema de conversación.

– Si te gustara una persona del sexo opuesto que estuviera en nuestro grupo... ¿quién sería? – apoyó su barbilla sobre sus manos a la vez que miraba juzgon a todos los presentes.

Trabajo Familiar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora