Que somos?

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Llegaron del depósito a las 10:30pm, su abuelo los recibió afuera y le agradeció a Katakuri por haberlos traído, como Kid no apareció despues de la carrera se tuvieron que ir en el auto de uno de los amigos del mayor, que para su sorpresa no le importó que lo tomaran. Subieron, sus dos hermanos se dirigieron a sus respectivas habitaciones dandole sus buenas noches, ella les devolvió la despedida.

Lo primero que notó al entrar a su habitación fue que no estaba sola, un cuerpo hecho ovillo se encontraba acurrucado con una manta en su cama, se acercó lentamente para no despertar a la persona pero se sorprendió cuando la figura se removió y una cabeza color arándano salió de debajo de la cobija.

Se miraron, Niji parecía molesto, sus ojos se encontraban varios tonos oscuros y su entrecejo estaba tan junto que parecía un blanco para dardos, eso le dió un poco de risa, pero se le quitó cuando notó que agarraba el pedazo de tela con un ligero temblor. Tal vez la adrenalina aún recorría sus venas o solo fuera frío, pero su hermano no se encontraba bien a lo cual no preguntó, no le reclamó [aunque tenía muchas ganas de hacerlo] y tampoco le felicitó, solo le dió una mirada de compasión y lo abrazó, y él solo se dejó abrazar.

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– Bueno... ¿Ahora qué? – Reiju rompió el silencio que se formó en la habitación, se encontraban acostados en la cama de la mayor y solo miraban el techo, llevaban haciendo eso durante unos 10 minutos hasta que la pelirosa se hartó y decidió hablar. A veces la actitud cerrada de sus hermanos la fastidiaba de sobremanera.

La cabeza contraria volteo en su dirección, la mirada era vacía, el enojo de antes ya no estaba y el rostro era pacífico, ligeras ojeras se hacían presentes bajo sus ojos luceros [producto de noches de insomnio jugando videojuegos o alguna mierda así] y ese flequillo que cubría la mitad de su cara a diario ahora se encontraba movido dejando a la vista la otra mitad. Se miraron unos momentos, los labios del menor se movían continuamente tratando de encontrar las palabras adecuadas para iniciar la conversación.

– Que pasaría si... – comenzó a hablar, los ojos de la pelirosa se intensificaron, esperando una respuesta – ...La he cagado muy feo?

– Explicate

– Digamos qué... – Se acomodó en la cama sentandose en posición de indio, la chica lo miró desde su lugar – Quieres conocer a una persona... y por mucho que te acerques, siempre hay algo que es incómodo entre ustedes. Digamos que esa persona siempre te ha cuidado y se preocupa por ti y... un día, le dices cosas que probablemente no debiste decir y se jodio... porque ese algo se hizo más grande y no puedes hacer nada. Ahora seguramente no te quiere volver a ver a la cara pero no puedes evitarlo ya que comparten la misma carrera y te tendras que encontrar con esa persona todos los días, en los mismo pasillos del mismo edificio hasta que él al fin se gradúe y solo quedará la incomodidad de que trabaje en tu casa...

Cuando el peliazul terminó de hablar tomó un respiro, calmando sus latidos que en el algún momento comenzaron a descontrolarse, miró a su hermana, ésta se encontraba atónita con los ojos bien abiertos y la boca ligeramente separada, parpadeo varias veces. El silencio se hizo de nuevo, simplemente que ahora un poco más relajado o eso creía el menor, se sentía mejor después de desahogarse con alguien, lo iba a hacer con Ichiji pero como él siempre fue una pasa seca para los consejos además de que era la virgen María [exageradamente], decidió que la mejor opción era Reiju [alguien que claramente ya no era virgen]. La muchacha se removió a su lado y se sentó en la cama, se agarró la cabeza con las manos y se masajeo sus sienes tratando de analizar la situación, tal vez no debió preguntar.

– Okey, dejame ver si entendí... – se hecho sus rizos para atrás y miró un lugar fijo en el suelo – Mandaste a la mierda a Kid y ahora no sabes como remediarlo, ¿es eso? – recibió un asentamiento de cabeza apenado de parte del contrario – Wow, nunca pensé que tendría una  charla sobre chicos con alguno de ustedes, menos contigo – señaló al peliazul.

Trabajo Familiar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora