La luna estaba en su punto máximo.
La ciudad de Nakagyō-ku, ubicada en Kioto, estaba bastante iluminada, debido a la cantidad de luces encendidas por los edificios, calles y casas. Los ciudadanos estaban haciendo lo suyo antes de irse a descansar, u otros haciendo trabajos nocturnos sin importarles desvelarse con tal de ganar dinero para pagar lo que debían, por su familia o comprar lo que querían.
En lo que eso pasaba, en un lugar de la ciudad, una figura se podía distinguir en uno de los techos, caminando por encima de ellos como si nada, caminando con cuidado para no hacer notaria su presencia para los ciudadanos. Si su pista es cierta, entonces estaba en el lugar correcto. Solo tenía que esperar.
—Vaya vaya, ¿Qué tenemos aquí?.
Y ahí terminó su espera.
Fijando su mirada en quien hablo, pudo distinguir a, lo que parecía ser un humano, solo que este tenía cuernos en su cabeza, hombros y espalda. El ser abrió la boca, revelando sus afilados dientes y larga lengua, con la que se lamio sus labios, como si no hubiera comido en días y estuviera viendo un plato de comida justo frente a él.
—Vaya, no veo ningún rastro de miedo en tu rostro o cuerpo. ¿Acaso no me tienes miedo? o ¿Yo no soy el primer demonio que ves?.
—......
—No dirás nada? tranquilo ¡Haré que grites por piedad!.
—...¿Cuántos?..
— ¿Eh?....
— ¿Cuántos humanos has matado?.
-¿Que...?.
Antes de que el demonio pudiera decir algo más o atacar, se escuchó el sonido de un metal siendo sacado de algo junto con unas palabras dichas por el humano frente a él en voz baja. Y cuando el demonio pudo reaccionar, se dio cuenta de que el humano ya no estaba frente a él, junto con saber que su cabeza ya no estaba sobre sus hombros, sino tirada en el piso.
— ¿¡Como!?.
—Tu error... Fue encontrarte conmigo.
El demonio escucha la voz del humano justo detrás de él, haciendo lo que pudo, movió su ojo hacia donde le era posible ver. Aunque haya sido por un segundo, pudo ver al humano que estaba antes frente a él, ahora parado detrás de él, con una espada en su mano, sin ningún signo de cansancio en su cuerpo.
—Se terminó —Murmuro el humano.
La figura misteriosa envaino su espada y camino, como si nunca se hubiera topado con el.
— ¿¡En qué momento se movió!? ¡No pude verlo!.
Fueron los últimos pensamientos del demonio antes de convertirse en cenizas y que están se fueron con el viento, como si nunca hubiera existido.
[.....]
— Hmp.... La actividad de demonios ya no es como antes —Pensaba aquella figura, viendo la ciudad desde la azotea de un edificio — Últimamente ya no puedo encontrar aquí, lo que es bueno, ya que así no habrá más víctimas. Pero ¿Será que solo es aquí donde estan la mayoría? ¿Será Kioto él único ya a salvo por los demonios? ¿Qué pasa con los demás? ¿Qué pasa con el país?.
Aquella figura miraba la ciudad, con el viento de la noche y altura moviendo levemente su ropa. Pensaba en si solo era en su ciudad donde habían demonios, aquellas criaturas que parecen humanos o cosas horribles que comen hombres, mujeres y niños, sin importarles sus vidas.
Para el, que le enseñaron a pelear desde muy joven, se propuso en matar a todos sin dudar.
— Se que hay más, pero no se que tanto habrán en las otras ciudades. Las vidas de muchos corren riesgo —Se dijo así mismo, viendo el cielo casi nocturno, lo que supuso que no faltaba mucho para el amanecer — Quisiera averiguarlo, pero incluso si viajara por todo Japón para eliminarlos ¿Qué me asegura que no vendrán más en lo que no estoy presente?. ¿Qué puedo hacer? .
Aquella figura se quedó ahí parado, perdida en sus pensamientos. Hasta que un sonido lo hizo volver a la realidad. Fijo su mirada en su muñeca izquierda, donde había un reloj, el cual estaba sonando. Marcando las seis en punto en la pantalla.
—Bueno, parece que se acabo la casería por esta noche —Dijo, viendo la hora en el reloj.
Levanto su vista, volviendo a ver el cielo, viendo como empezaban a aparecer los primeros rayos solares, los cuales daban la bienvenida a un nuevo día. Pero para el, significaba tiempo de descanso, hasta de volver a la casería.
[.....]
TOKIO.
TRES DÍAS DESPUES.
—Ya veo, muchas gracias por informarme.
Hablo un hombre que estaba sentado en un lugar abierto de su hogar, donde podía sentir la luz del sol sobre su piel. El hombre sentía como una mano se ponía sobre su hombro, y de inmediato supo de quién pertenecía esa mano. Es la mano de su esposa.
—¿Crees que haya sido 'el'?.
—Puede ser.
—Entonces, ¿Qué vas a...
—¿Qué voy a hacer? —Terminó por ella.
—Si—Respondió la mujer.
—Sinceramente, no se.
— ¿Dejaras que siga haciendolo solo? —Cuestiono la mujer.
—Sabes bien que no, lo he buscado por mucho. Pero es decisión de él si quiere nuestra ayuda.
—Pues debes ofrecercela. Recibí un informe de la policia esta mañana, ya tienen un sospechoso.
—Haz nuestras maletas, y llama al chofer —Ordeno el hombre, decidido en lo que estaba por hacer —Nos vamos a Kioto.
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Luna Sangrienta
FanfictionUn mundo. Una guerra. Dos bandos: cada uno luchando durante muchas eras. Un solo ganador. Y una Luna sangrienta que no se veía desde aquella noche para él.. Algunos personajes no son míos, los créditos a sus respectivos/as creadores/as. Kny no...