Capítulo 8

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UN AÑO DESPÚES

Tanjiro y Gyutaro corrieron hacia el grito que estaba a la vuelta de la esquina. Se detuvieron en la siguiente curva y vieron a hombre con traje de negocios y un demonio parados en medio del estrecho camino. Sus corazones dieron un vuelco cuando vieron el panico y miedo presente en el rostro del hombre, ambos inmediatamente tuvieron el mismo pensamiento. Él va a morir.

Tanjiro fue el primera en actuar, con el corazón lleno de preocupación y corrió hacia el demonio singular que estaba a 10 metros frente a ellos. Aproximadamente a mitad del camino, Tanjiro fue detenido por una fuerza invisible. Todo su cuerpo se estrelló contra una pared invisible. El cayó al suelo, el ruido de su espada interrumpió el silencio que resonaba en la tensa atmósfera.

Solo pudo sentir el shock en todo su cuerpo. El demonio miró en dirección de el y Gyutaro con una sonrisa maliciosa en su rostro.

Una tecnica de sangre —Penso, recomponiendose y con guardia alta —Debe ser una que le permite crear barreras invisibles para evitar el paso.

Ali miró fijamente a los ojos del demonio. Con una inimaginable sensación de ira fluyendo por su cuerpo. El demonio siguió hablando.

—¡No hay forma en que puedan salvarlo! ¡¿Qué van a hacer cazadores?! —Se rió y haciendo que la persona que tenia entre sus garras se orinara por el miedo.

—No podemos acercanos sin arriesgarnos que uses tu tecnica demoniaca —Hablo Gyutaro, acercandose lentamente —Tampoco podemos arriesgar la vida de el. Asi que estamos acorralados....

—Vamos. ¿Qué van a hacer? —El demonio rió de alegría. La batalla se había multiplicado por diez a su favor.

—Solo decirte algo —Dijo Tanjiro —No debiste bajar la guardía.

El demonio se quedo confundido, y en el momento perfecto, la espada de Ume le atravesó el cuello por detras. El demonio gritó de agonía al sentir que su cuerpo era cubierto por una sensación helada que se extendía por todo el cuerpo. Se decía que la muerte como demonio se sentía caliente y ardiente, pero sentía todo lo contrario. Era como si todo su cuerpo se estuviera congelando y lentamente fuera desmenuzado.

Su cuerpo se hundió en el suelo y pronto las manos desaparecieron. Luego el torso. Finalmente, los gritos cesaron cuando la cabeza desapareció. Los tres guardaron silencio. Todos se miraron.

—Y ese fue el ultimo —Anuncio Ume, enfundando su espada —Terminamos aquí.

—Los kakushis ya deben estar ocupandose de los desastres hechos por ellos —Tanjiro dijo, revisando al hombre que tenia el demonio —El esta bien, desmayado, pero bien.

—Quien diria que quince demonios pudieran coexistir en la misma ciudad —Gyutaro acomodo sus hocez en su lugar—Si no supiéramos de sus rivalidades, no lo hubiéramos notado. Sin duda algo raro.

—Demasiado —Coincidio su hermana.

—Hablaremos de esto con Oyakata-sama despues, ahora debemos enfocarnos en que los kakushin hagan su trabajo —Tanjiro cargo al hombre desmayado —Vamonos.

Tanjiro salio de aquel callejon, siendo seguido por ambos hermanos. Caminaron hasta llegar donde unas personas vestidos con uniformes de policia. Al explicar la situacion, los oficiales tomaron al hombre y se fueron en su patrulla, y un momento despues, un auto blanco se estaciono frente a ellos, donde entraron. Estando adentro, el auto tomo rumbo hacia su destino.

—¿Todos los kakushis saben la coartada para las reconstrucciones? —Pregunto Ume, mirando su rostro por un espejo de mano.

—Si señorita, todos fueron informados sobre lo que deben decir por si la gente pregunta —Respondio el conductor.

Luna SangrientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora