Capítulo 13

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Tanjiro y Ume se bajaron del auto que los trajo hacia su destino. Un edificio de cinco pisos se alzaba frente a ellos. Para la gente parece un edificio común y corriente, pero para los que conocían la verdad, era algo completamente diferente e importante.

Los dos entraron al edificio, pasando entre personas con trajes hasta llegar al ascensor, donde habian dos hombres custodiandolo.

—¿Contraseña? —Pregunto uno de ellos, mirando a los dos.

—La era Taisho pudo ser el fin de la guerra —Tanjiro dijo en voz baja, pero audible para los hombres.

—Pueden pasar —El hombre presiono un boton y las puertas del ascensor se abrieron.

Los dos subieron al segundo piso, y encontraro los pasillos diferentes. El primer piso era uno usado para poder engañar a la gente. En lo que la gente pensaba que era un edificio de una compañia, en realidad era un hospital para los cazadores heridos por sus misiones.

Los dos pilares caminaron por los pasillos hasta llegar a una puerta, Ume giro la perilla y entro sin tocar.

—Hola hermano —Saludo ella, viendo a Gyutaro usando una camisa manga larga azul, pantalones de tela, una bata de doctor y sentado detras de un escritorio.

—Hola Ume, Tanjiro —Dijo Gyutaro con pesadez, no sorprendiendole la entrada de su hermana sin tocar. Organizo sus papeles y los puso en una carpeta —¿Que hacen aquí?.

—Te trajimos el desayuno —Ume levanto su mano, donde tenia envuelto el desayuno de Gyutaro —Conociendote, no desayunaras hasta que termines, y eso no es bueno.

El pilar del rayo suspiro, eran esos días donde el estaba ocupandose como jefe de doctores/as y enfermeros/as del hospital. Puede que el sea muy joven para tal cargo, pero entre todos los doctores, el es el unico que ha estudiado la fisiología demoniaca junto con los archivos antiguos y prohibidos que los antiguos medicos del cuerpo de cazadores dejaron atrás. Ha salvado muchas vidas con aquellos conocimientos, lo que hizo que se ganara el respeto de todo el personal del hospital.

—A veces creo que no merezco ser tú hermano —Murmuro, levantandose y estirandose.

—Sabes bien que serias un desastre sin mí —Dijo la peliblanca.

—No lo dudo —Gyutaro tomo el paquete envuelto —Lo comere despues, tengo un paciente que revisar antes. ¿Quieren venir?.

—No tenemos nada que hacer —Dijo Tanjiro, encogiendose de hombros —¿Por que no?.

Los tres salieron de la oficina y fueron al ascensor, llegando al cuarto piso, ahí caminaron hasta una habitación, donde al acercarse, escucharon fuertes gritos. Era una voz un poco aguda, como si alguien estuviera quejándose desagradablemente de algo.

—¿Cinco veces? ¿¡Tengo que tomar esto cinco veces al día!? ¡¿Y tomarlo durante dos meses?! —Gritó la voz en voz alta.

El trio finalmente llegaron a una de las habitaciones de los pacientes y se pararon en la puerta, Gyutaro fruncía el ceño mientras sacudía la cabeza de lado a lado con desdén por la persona que gritaba. El murmuró algo en voz baja que Tanjirō no pudo oír, pero a él no le importaba quién estaba haciendo toda esa conmoción.

Con una mirada, vio a una joven pelinegra con ojos rosados sentada en una de las camas mientras agitaba las mangas de sus brazos mientras una mujer vestida de enfermera intentaba calmarla.

Gyutaro se cansó de sus divagaciones y se movio hacia el lado de la cama de la chica, poniendo sus manos en los bolsillos de su bata mientras la enfermera se hacía a un lado, mientras Tanjirō y Ume permanecían de pie en la puerta.

Luna SangrientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora