Chicago en llamas

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—No podemos distraernos, aunque matemos a esa cosa, todavía estaríamos en la mira de esos exorcistas—, recalco Sho mientras ajustaban por última vez el plan para asegurarse de que nada salga mal.

—Ya hemos roto las reglas en este mundo, de todas maneras tendremos problemas, así que no creo que importe si tomamos—, hizo un gesto de comillas con sus manos, —"prestadas"—, volvio a la normalidad, —unas cuantas armas para defendernos—, respondio Rita en tono burlón. Las armas humanas eran totalmente diferentes a las que tenían en Inferno, pero no por eso eran desconocidas. De hecho, eran bastante estudiadas debido a que la mayoría de los exorcistas eran humanos, por lo que sus armas eran tomadas para su investigación.

—Tú y mi hermano son muy buenos con las armas—, agrego Fernando con orgullo empujando a Sho hacia un lado de Rita, lo que hizo que ambos rocen sus brazos y se sonrojen, —así que ustedes nos cuidarán.

—Co...cómo sea, sus armas están modificadas para ser letales contra demonios y humanos. Tengan cuidado, princesa Rita—, expreso Sho nervioso girando sus ojos en dirección contraria a la de Rita, lo que hizo que Katarina tuviese un brillo en sus ojos debido a lo tierno de la escena desde su perspectiva.

—Mucha suerte, cuñado—, agrego Katarina con una leve risa mientras abrazaba el brazo de Sho.

—¡Ka... Katarina!—, grito Rita nerviosa mientras reprimiendo a su hermana, lo que provoco que los demonios más jóvenes se echaran a reir fuertemente.

Una vez todos se tranquilizaron, revisaron dividiéndose en equipos según lo planeado.

Katarina y Fernando fueron los primeros en salir a poner en marcha el plan.

—Ya no estoy tan segura de esto...—, Katarina volvió a ser la niña dulce y temerosa que era en un principio caminando lo mas cerca que podía de su compañero para no sentirse sola.

—Deja de llorar, princesa, estoy aquí para cuidarte

Fernando actuo como un pequeño caballero tomando la mano de su princesa haciendo que esta se sonroje sintiendo un poco del cariño que está destinada a sentir de su parte en un futuro, pero ya hablaremos de ello.

Después de caminar un rato, los dos niños llegaron al lugar donde deben preparar su trampa. Consistia en cuatro hilos mágicos que Katarina crearía gracias a círculos mágicos ocultos estratégicamente.

—Aún no sé volar muy bien, pero al menos creo que puedo llegar a la punta de la farola — Katarina abraza su tierna seriedad desplegando sus majestuosas alas de color rojo oscuro en su espalda. Elevándose con dulces, a la vez que tiernos aleteos novatos dignos de alguien de su edad hasta que por fin logra llegar a su objetivo.

De esta forma pronuncio el hechizo colocando el primer lazo de cuatro, el mismo proceso repitió tres veces más con Fernando acompañándola y confortándola cada vez que le tocaba volar haciendo que el miedo en su corazón se alejase.

—¡Roger, Santiago, no dejen que los vean! —grito Katarina dirigiéndose a los chicos que se encontraban en el techo de uno de los edificios cercanos.

—¡Entendido! —exclamaron al unísono, agachándose nuevamente en el techo del edificio para esperar.

—Sabes, nos dieron el trabajo más fácil — Roger hacia saber a su hermano confiado que se sentía mientras se recostaba en el techo. Sin embargo, en un momento dado, se percató de que su hermano estaba sentado a su lado con un rostro que refleja tristeza y dolor.

El motivo es simple a la vez que compresible, él se lo hace saber; tiene miedo, miedo de lo que puede pasar al regresar a su mundo, no es para menos pues lo han perdido todo. Su propia familia los había vendido como simples objetos sin gran valor ¿Cómo te repones a eso? No puedes, o no con facilidad, al menos los hermanos nunca lo hicieron... Cuando los conocí aun tenían secuelas de esos días.

Inferno (Inferno 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora