Trampa a plena Luz

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10 años habian pasado desde el nacimiento de la princesa Katarina. Ahora, esa linda bebé había convertido en una niña adorable y educada, a pesar de que su madre, la emperatriz Isabella, falleció dos años después de su nacimiento debido a una enfermedad. Su padre la había criado con todo el amor posible, tanto a ella como a su hermana.

—Rita, llegaremos tarde—, le llama la atención su hermana menor. Rita, la hermana mayor, es esa hermosa niña pelirroja que el emperador conoció hace 10 años, después de perder a su propia familia en el bombardeo que destruyó su ciudad. Sin embargo, Joseph y Isabella se encariñaron con ella en cuanto la vieron, y por ende, la pequeña Katarina también.

Debido a esta conexión especial, los gobernantes del infierno decidieron adoptar a Rita. Y aunque Rita obtuvo el título de princesa y hermana mayor, al no ser hija de los emperadores, no podia heredar el trono del infierno.

—Tranquila, pequeña. Tengo todo bajo control—, afirmo Rita mientras se limpiaba el sudor de su rostro con una toalla. La chica de cabello carmesí habia desarrollado una gran fascinación por el combate de todo tipo, por lo que su padre le ha proporcionado todo tipo de lecciones. Hoy les tocaba practicar combate cuerpo a cuerpo.

Por otro lado, su hermana Katarina era una niña bastante tranquila y pacífica, que habia desarrollado un gran gusto por la lectura, especialmente por los mangas y novelas de la cultura japonesa. Devorando y re leyendo toda su colección cada que tenia la oportunidad de conseguir. ¿Cómo los conseguia exactamente? Bueno, los viajes a la Tierra estaban permitidos siempre y cuando se tomasen precauciones extremas, aunque obviamente la princesa nunca iba personalmente, sino que enviaba a sus subordinados.

—¿Cómo van tus lecciones? ¿Ya dominas la espada?—, pregunta Rita cariñosamente.

—Es fácil, pero... ya sabes lo mio es la paz.— respondio Katarina, y Rita, siendo capaz de entenderla, sonrio de vuelta revolviendo un poco su cabello.

Como mencioné anteriormente, Kata era más pacífica por naturaleza, lo cual resultaba curioso dado que nació en medio de un contexto bélico. Sin embargo, debia tomar lecciones de combate a regañadientes, ya que era una de las muchas normas impuestas a la familia real.

Después del entrenamiento, ambas princesas se arreglaron para salir dirigiéndose antes a la sala del trono, donde el viejo emperador Joseph las esperaba sentado en su ostentoso trono.

—Recuerden regresar a la hora indicada y saluden a Severus de mi parte—, les recordó el emperador.

—Sí, padre—, respondieron ambas de manera educada, para luego abandonar el castillo y dirigirse a la casa de Severus, lo cual no les tomo mucho tiempo.

—Gracias por recibirnos hoy—, dijeron al unísono con tono educado, mientras Severus les despeinaba ligeramente el cabello.

—No se preocupen, princesas. Siempre serán bienvenidas en nuestro hogar—, agrego Severus con su característico tono noble. Al igual que el emperador, habia sido afectado por el paso del tiempo, pero adquiriendo una apariencia mucho más sabia.

—Perdón por tardar, princesas—, dijo Sho acompañado por su hermano Fernando.

Sho era el otro chico que llegó al castillo del emperador hace unos años. Tuvo la suerte de ser adoptado por la familia Severus, convirtiéndose así en el nuevo hijo mayor de la familia. Ambos chicos fueron entrenados duramente por su padre, ya que su familia era una destacada familia miliar.

Esto fue tomado con mayor seriedad por el joven Fernando, quien se propuso convertirse en el guerrero más fuerte en la historia del infierno para no parecer débil debido a su enfermedad.

Sin perder tiempo, los cuatro chicos salieron de la casa de los Severus para dirigirse a su destino: los campos de las flores de fuego, unos campos repletos de hermosas flores capaces de generar calor.

—Bien, escuchen todos, nuestra misión es conseguir tantas flores de fuego como sea posible. El ganador recibirá un beso de la princesa Rita—, anuncio Fernando emocionado.

—Sigue soñando, Fer—, respondio Rita burlonamente al reto de Fernando, lo que provoco risas entre todos los presentes. Luego comenzo la recolección de las flores de fuego. A medida que avanzaron, algo los hizo adentrarse cada vez más en aquellos hermosos campos considerados relativamente seguros. Sin embargo, ninguno de los chicos estaba preparado para lo que estaba por suceder.

—¡Y con 30 flores, la ganadora es... la princesa Katarina!— Exclamo Fernando en tono burlón. —Cielos, Kata, tendrás que darle un beso a tu hermana, cochina...—. Antes de verse afectado por un intenso mareo que lo dejo en el suelo.

—Me siento mal...—, afirmo Katarina, quien al igual que Fernando y el resto de sus amigos, comienzaba a experimentar un mareo intenso que la dejo abatida. Sin saber qué hacer, los protagonistas sucumbieron en aquel lugar cayendo en un sueño profundo, quedando a merced de sus captores.

—Pero... ¿qué ha pasado?— Pregunto Katarina mientras despertaba confundida. Se da cuenta de que ella y sus amigos estaban encerrados en un lugar con una única ventana que muestra el mundo exterior.

—¿Piensas lo mismo que yo, Rita?—, pregunto Sho.

—Exorcistas...—, respondio Rita.

Sin darse cuenta, los chicos habian caído en las garras del enemigo. Capturados por los exorcistas, un grupo repudiado tanto por la facción del Paraíso como por la del Infierno. Estos exorcistas no conocian puntos intermedios, consideraban a ángeles y demonios como criaturas extrañas de las que se podia aprender o, mejor dicho, experimentar. representando un verdadero problema que ha causado muchas bajas en ambos grupos.

—Es-espera, hermana. ¿Dijiste exorcistas? Eso no puede ser—, objetó Katarina con miedo. —Ellos no van al Infierno. Deben ser ángeles.

Katarina se negaba a creer que han sido capturados por ese temible grupo.

—Debemos preparar la sala de operaciones. Quiero diseccionar a una de las princesas cuanto antes—, se escucho una voz ronca desde el otro lado, haciendo que todos los jóvenes demonios sintieran un escalofrío recorrer sus espaldas.

Ya no habia duda en la mente de los chicos cautivos. Todo se habia vuelto claro: Eran prisioneros de este temido grupo y no tenian mucho tiempo. No podian esperar a que sus padres notasen su ausencia. Debian encontrar una forma de escapar antes de convertirse en sujetos de experimentación.

Inferno (Inferno 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora