Capítulo Diecinueve

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Luego del ameno almuerzo corporativo, Jungkook regresa a la compañía. Se sienta en su puesto de trabajo y no tarda en comenzar a desempeñar sus funciones como coordinador de proyectos en la prestigiosa empresa. Al principio, procura ser cauteloso, estando atento a las instrucciones de su jefe y siendo cuidadoso en el desarrollo de las actividades que este le encomienda. Durante lo que resta de su jornada de trabajo, se esfuerza por no pensar demasiado en su exnovio y en lo ocurrido el día anterior. Guarda la secreta esperanza de que tarde o temprano reflexionará sobre su actuar. Piensa que se dará cuenta de que Lisa y Seojun están mintiendo y volverá a confiar en él.

Horas después, al salir del trabajo, se apresura a comprar un nuevo cargador para su teléfono. Dentro del centro comercial, busca un lugar donde conectarlo y espera pacientemente a que su teléfono encienda. Minutos después, la pantalla del móvil se ilumina dejando en evidencia las llamadas perdidas de Jimin y lo más importante: el mensaje que le había dejado durante la mañana.

—Oh, Jimin —susurra al terminar de leer el mensaje.

Su rostro refleja alivio, aunque mucha angustia también.

Su corazón encuentra el consuelo que necesitaba al saber que Jimin, su preciado novio, le profesa su amor y confianza.

Súbitamente, se pone de pie y abandona el lugar. Con desesperación, busca un taxi que lo lleva hasta la casa de Jimin.

Al llegar, la tía del chico abre la puerta con suavidad y algo de recelo. Lo recibe con una cálida sonrisa.

—Hola... ¿Puedo verlo?

—Hola Jungkook. Pasa —le dice con amabilidad —está en su habitación.

—Permiso.

Jungkook, camina por el pasillo frotándose las manos e intentando calmar su agitada respiración. La puerta de la habitación está cerrada.

Toc, toc.

—Pasa tía —se escucha una frágil voz del interior de la habitación.

Sigilosamente, Jungkook abre la puerta y ve que Jimin está recostado debajo de una manta, dándole la espalda y mirando hacia la ventana.

Se acerca lentamente, sin decir nada. Ansioso por estar cerca del rubio.

Ante el silencio, Jimin se incorpora solo un poco y voltea a verlo.

—¡Jungkook! —abre los ojos a más no poder y queda sentado sobre su cama.

—Hola mi amor —lo saluda Jungkook sonriendo con alivio. Su rostro ahora está más relajado.

Jimin se levanta de un salto de la cama y lo abraza. Lo rodea con sus brazos y piernas con tanta fuerza que por un momento, logra desestabilizarlo. Los fuertes y protectores brazos del mayor, acogen el cuerpo del rubio.

Exhalando todo el aire que tiene dentro, Jungkook se aferra a su pequeño koala.

—Jungkook, yo te creo. Creo en ti, amor. Sé que no me engañaste. Ya me di cuenta de eso y quiero pedirte perdón.

Jimin lo mira fijamente a los ojos, le acaricia el rostro y lo besa. Saborea los labios de su chico como si no hubiese un mañana. Siente como si su alma se hubiese reencontrado con su cuerpo. Hace tan solo unos momentos sentía que su mundo estaba derrumbado por completo sin él. El mismo Jimin había alejado a Jungkook por un malentendido, por su falta de confianza y por su inmadurez.

—Jimin, yo jamás te engañaría —le dice a separar sus bocas.

—Lo sé, ahora lo sé. Y estoy convencido de eso. Jamás volveré a dudar de ti. No sé cómo pude haber sido tan tonto.

MI REFLEJO EN TUS OJOS (En edición) KookMin/JiKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora