Capítulo Ocho

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—Rose y yo terminamos nuestra relación poco antes de que yo me fuera a Londres.

—No me refiero a ella.

—No he tenido ninguna novia después de ella.

—¿Estás seguro?

—Claro que estoy seguro —le responde riendo.

Pero Jimin mantiene un semblante serio. No sonríe.

—¿Por qué crees que estoy con alguien ahora?

—Yoongi me lo dijo.

—Yoongi está mintiendo. Mi última novia fue Rose y después de ella o estuve con nadie más.

—Entonces Yoongi me mintió. ¿Por qué me mintió?

—Quiere indisponerte conmigo. Él sabe que tú me gustas. Se lo conté hace unos meses y desde entonces se distanció de mí. No te estoy mintiendo Jimin.

—Te creo Jungkook.

—Tú... ¿Sientes algo por él?

—¡No! No siento nada por él y nunca ha pasado nada entre él y yo.

—Está bien, si hubiese pasado algo no podría reprochártelo. Yo me fui de aquí sin haber sido capaz de decirte lo que siento. Y si algo hubiese pasado entre Yoongi y tú, hubiese perdido mi oportunidad contigo.

—Cuando salía con él, siempre anhelé secretamente que fueses tú. Y sé que suena terrible lo que te estoy diciendo, pero te extrañé en cada momento. Fue un error haber salido con él para olvidarte a ti.

—Tranquilo, todos cometemos errores. Eso no significa que tú seas una mala persona. De hecho tú eres el chico más noble, honesto y generoso que yo he conocido. Y llamaste mi atención desde el primer día que te conocí.

—-¿Y por qué nunca me lo dijiste?

—-Estaba... intentando descifrar qué me estaba ocurriendo. Nunca antes me había sentido atraído por un chico. Creí, ingenuamente, que podría resistirme a lo que estaba sintiendo, pero esto, Jimin, es más fuerte de lo que pensé. Y tampoco imaginé que yo te gustaba a ti.

—¿Estás bromeando? ¿Nunca te diste cuenta?

—Jamás. Yo supuse que querías mi amistad —Jungkook ríe.

Jimin ríe también y frota sus piernas con las palmas. Mira a su alrededor y toma una manta del sillón contiguo.

—¿Quieres cubrirte?

—Sí, gracias.

Ambos se meten debajo de la cobija mientras el primer resplandor suave y dorado del día se filtra por la ventana. Pronto la calidez de la cercanía de los cuerpos crean una sensación de bienestar en ambos.

—¿Quieres un chocolate caliente? —pregunta el mayor.

—Um, sí. ¿Quieres que te ayude a prepararlo?

—No, yo lo haré. Ya vuelvo.

Al alejarse, Jimin contempla el caminar de Jungkook. Seguro y confiado.

"Esto parece un sueño", piensa.

Rato después, el aroma del chocolate caliente inunda la habitación. Jungkook está sentado con la espalda apoyada en el brazo del sofá, mirando hacia Jimin con ojos llenos de ternura. El chico, acurrucada a su lado, sostiene la taza entre sus manos, disfrutando del calor que este le brinda. El tic-tac del reloj de pared marca el paso lento del tiempo en ese momento, mientras el suave susurro del viento al pasar por una ventana entreabierta crea una melodía apacible.

MI REFLEJO EN TUS OJOS (En edición) KookMin/JiKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora