Capítulo 9 ⵂ Acción y consecuencia

623 69 0
                                    

Puedo sentir como te alejas, como te olvidas de mi más rápido que un parpadeo nervioso ¿Qué he hecho mal?

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Él azabache se encontraba con una terrible inquietud que ocasiona que su corazón latiera de manera dolorosa, golpeando fuertemente su pecho que como consecuencia traía su respiración levemente agitada, se encontraba sentado en el suelo del frío pasillo recargándose en los casilleros, mirando fijamente la puerta en espera que esta se abriera dejando ver el rostro de su amado padre, pero no salía, ya llevaban exactamente hablando unos treinta y dos minutos, ¿de qué tanto hablaban? seguramente no de su comportamiento en clases o del incidente cuando se peleó con él por estar desvelado y haber faltado a su clase, algo dentro de él se lo decía, aunque quizás era el miedo hablando con fuerza, o los celos...

— Estaremos en contacto.

Esa voz junto a la puerta abrirse dejando ver a su padre, le hicieron poder respirar con algo de paz, se levantó rápidamente del suelo sacudiendo un poco su pantalón y tomando nuevamente su mochila.

— Eso espero, no vuelvas a desaparecer, Tae — Habló Hoseok regalándole una radiante sonrisa que ocasionó que él menor de cabellos azabache sintiera algo de náuseas y celos, oh bueno, más celos de los que ya sentía.

— No lo haré — Le contestó sonriéndole de igual manera, se atrevía a decir que era de las primeras veces que miraba que le sonreía a alguien así, exceptuando a él y a su amigo Jimin.

Con el propósito de interrumpir aquella pequeña escena que hacían en medio del pasillo (que le provocaba un muy gran malestar a Jungkook aunque sólo se estuvieran mirando con una sonrisa) estornudo casi de manera sonora haciendo que su padre por fin rompiera su pequeña burbuja, sonrió de manera nerviosa mientras sus mejillas se pintaban de un ligero color carmesí, al darse cuenta de como se había dejado absorber por la mirada del adverso.

— Papá ¿no tienes qué ir al trabajo? — Preguntó con la esperanza de que la respuesta sea si y se fuera de la escuela, aunque en realidad quería alejarlo del mayor.

— No, pedí adelantar mi día de descanso cuando me diste el citatorio — Respondió sacando su celular del bolsillo de su pantalón para mirar la hora tratando de calmar sus nervios, aunque sus manos temblando delataban demasiado, más de lo que desearía en presencia de su ex, acto que no paso desapercibido por su hijo que sentía el corazón en la garganta. — Pero aprovecharé para ir al mercado y comprar algunas cosas para los postres que haremos — Agregó guardando nuevamente su celular, dejó un beso en la mejilla de su hijo para así despedirse de él, hizo una leve reverencia ante él mayor y se marchó del lugar con una sonrisa que era casi imposible de borrar.

Jungkook esperó hasta que su padre desapareciera de su vista por el gran pasillo del Instituto para poder demostrar su verdadero ser en esos instantes que quemaba por dentro mientras cada segundo pasaba, sintiéndolo casi una eternidad, fijó su mirada en él contrario frunciendo levemente su ceño poniendo en evidencia sus sentimientos, sin embargo Hoseok estaba con una sonrisa aún mirando por el pasillo como si aún pudiese ver al castaño, tenía tantas preguntas que hacerle, su mente estaba cegada por los celos y envidia, por ende las consecuencias estaban esfumadas para él.

— ¿Ya dejó de comerse con la mirada a mi papá? — Soltó de manera inesperada sacando de sus pensamientos al maestro, que no dudó en sonrojarse y mirar a su alumno rebelde.

— ¿Pasa algo, joven Kim? — Preguntó tratando de actuar normal, como si la presencia del anterior hombre que estuvo ahí no le hubiera afectado en lo absoluto, aunque las evidencia en su contra estaban más que claras en ríos vírgenes.

— No lo sé, tú dime — Se cruzó de brazos mirando de manera fija al adverso, como si pudiera ver a través de él.

Como era de esperarse, no le contestó nada, solo mordió levemente su belfo inferior buscando alguna respuesta, podría ser un muy buen mentiroso, sin embargo ¿Qué decir si él menor había visto todo?, solo quedaba evadir el tema.

— Entra, en unos momentos comenzarán a venir los demás — No le permitió hablar, simplemente abrió la puerta adentrándose al salón.

Pov. Jungkook

Sentía que lo había perdido antes de tan siquiera tener la oportunidad de intentar tenerlo, cada vez que lo miraba era como si fuera alguien... totalmente nuevo desde que se encontró con mi maestro, pero hablando en el sentido ¿bueno? mierda, que complicado es todo esto del amor. Me sentía un maldito egoísta, si mi padre se veía más vivo, con sus mejillas sonrojadas, brillo en sus ojos y una radiante actitud... como un adolescente viviendo su primer amor ¿no se suponía que debía ser feliz por ello? pero no era así, me sentía derrotado y destruido ¡yo quería causarle esa sensación de volver todo de colores brillantes! ¡solo yo! ¡no otra persona! era un maldito intruso en nuestra vida.

— Jungkookie — Esa melodiosa voz me sacó de mis pensamientos, voltee en su dirección mirando a mi papá, había salido de la cocina llenó de harina en su cabello y parte de su rostro, ¿Cómo podía lucir así de inocente y tierno?

— ¿Sí? — Hablé dando mi mejor sonrisa fingida, no quería que se diera cuenta de mi devastador estado, aunque al pasar los días cada vez se me complicaba más, hasta podría apostar que mis recientes problemas en la escuela se debía a mi tratando de desquitarse con algo.

— Te hice galletas y un rico pastel de fresa — Comentó con orgullo y felicidad, así había estado últimamente, mimándome más de lo normal.

— ¿Más? — Pregunté riendo de manera suave, recién ayer me había hecho galletas, tantas que me había visto obligado a guardar algunas en un cajón de mi cuarto, si seguía así de seguro subiría de peso.

— ¿Más? — Ladeo su cabeza delatando su confusión, sus ojos desprendían una inocencia encantadora, maldición, tenía tantas ganas de besar aquellos labios rojizos como cerezas, de seguro saben más ricos que cualquier postre.

— Ayer hiciste galletas, muchísimas a decir verdad, papá, ni siquiera me las he acabado.

— Oh... e-es que creí que te las habías acabado — Llevó una de sus manos a su nuca delatando lo avergonzado que estaba.

— No te preocupes, aún tengo espacio para más de esas deliciosas galletas y postres que haces — Me levanté del sofá para caminar a él, aún no podía creer que sea más alto que él, me hacía sentir la responsabilidad de cuidarlo. Acaricie su mejilla retiraron con mi pulgar algo de harina que poseía. — Me encantan, eres muy buen cocinero.

Maldito Hoseok, de seguro él podía también deleitarse con la suavidad de seda que tenía las mejillas de mi papá, al igual que admirar sus tiernos sonrojos, cómo el que tiene ahora mismo mientras me mira con un brilló que hacía a mi corazón alocarse.

— Jungkook... — El movimiento de sus belfos me hacían sentir en un trance, deseaba poder besarlo algún día, aunque sea por error o accidente, lo deseaba demasiado. — Jungkook...

Y en ese instante caí en cuenta de lo que hacía ¡mierda! ¡mierda! ¿¡qué carajos me ocurre!? podía notar la confusión en sus orbes, rápidamente me alejé de él sintiendo todo mi rostro enrojecer ¿acaso se habría dado cuenta? mierda mierda, maldita mierda, no creó en Dios pero ¡Dios, por favor, que sea un no!

— E-es que tenías harina en la mejilla — Me excuse rápidamente antes de tomar mi celular de la mesita de centro, dispuesto a huir como siempre a mi habitación. — Iré a terminar mi tarea

Me alejé a paso normal a mi habitación queriendo no levantar sospechas.

él es mi papá | kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora