Capítulo 18

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Fui directamente a aquel baño, era la única habitación que conocía de esa casa, estaba abarrotada de gente, por lo menos el baño estaba vacío. Entré y cerré la puerta, me dejé caer apoyada en la puerta del baño. Las lagrimas caían por mis mejillas y me ardía el pecho. ¿Como pude confiar en el? Sabía que era como los otros. Mi corazón estaba roto, ¡que cara tiene de liarse delante mía! ¡Y aunque no fuera delante mía! Solo me quedaba llorar y llorar, me quería ir de ahí. La puerta se abrió y me acordé de que no había echado el cerrojo.

- ¿Nat? - dijo Cristian.

- ¡Ni se te ocurra hablarme más! - dije

- Déjame pasar.

- ¡No!

- Por favor.

- Cristian.

- Que.

- Vete a la mierda.

- Primero déjame hablar contigo - bufó

Le dejé pasar, necesitaba explicaciones a si que me daba igual si me veía llorar, me aparté de la puerta y pasó.

- ¿Estas llorando? - dijo

- Tu que crees - dije mientras le fulminaba con la mirada.

Se sentó al lado mía y me cogió la mano.

- Porque.. - susurré

Me miró y se acercó a mi.

- ¡Porque has hecho eso! - lloro - ¡Que necesidad tienes - sollozo - de hacerme ese daño! 

Apoyé la cabeza en la pared llorando.

- ¡Tu ibas a besar a Dani! 

- ¡Pero no he llegado a besarle! - grité - ¡En cambio tú, la besas!

- Joder lo siento - susurró, apenas podía oirle.

- Crees que con eso lo solucionas, pero no. - digo

- Te lo juro, no ha sido a proposito.. 

- Entonces dime una razón para besarla, ¡encima a mi peor enemiga! - sollocé

- ¿Tu peor enemiga? 

- Si Cristian, mi peor enemiga ¡JODER!

- Deja de llorar por favor - se acercó a mi y juntó sus labios con los míos.

- ¡Cristian joder!

- ¡¿Que?! - gritó - Estoy intentando arreglarlo ¡Me cago en la puta! - se levantó con lagrimas en los ojos.

- ¿Que? ¿Cristian que pasa? - sollocé

- Te quiero Natasha Hold, te quiero desde que te conocí joder, sabía que eras tú, la chica que necesitaba, lo siento, lo siento por lo de esta noche, te lo compensaré y no lo volveré a hacer. Te quiero, y me casaría contigo todos los días de mi vida ¡Joder!. 

Seguidamente me besa y me levanta del suelo.

- Te quiero - dije.

- Vayamonos a casa - dijo mientras me agarraba del culo y gruñia. - Hoy duermes conmigo - sonríe

Asentí y salimos de aquella fiesta repugnante.

Cristian AnthonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora