Capítulo 26

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Miré hacia atrás y sí, Cristian estaba yéndose con pasos fuertes hasta su coche y se marchó sin mi. Ahí me derrumbé. Quería llorar y llorar y quedarme ahí tirada. Esperé media hora sentada en el bordillo pero no, no vino a buscarme. Saqué el móvil del bolsillo y busqué a quien llamar. No llamaría a mi madre porque no le iba a explicar todo, tampoco a Kayla porque estaría de fiesta, así que decidí llamar a Daniel. 

- ¿Nat? - dijo al otro lado del teléfono 

- Ho..hola - logré decir entre sollozos.

- ¿Estas bien? - preguntó

- No - dije - Necesito ayuda - solté.

- ¿Que pasa? - dijo

- Cris.. Cristian, nos hemos enfadado en medio del centro comercial y me ha dejado aquí sola. 

- ¿Enserio?

- ¿Crees que te mentiria cuando estoy muerta de frío en la puerta de un centro comercial?

- Ya voy para allá, estoy cerca de allí.

Y colgó. No tardo en llegar, me recogió con el coche y empece a contarle todo mientras el se quedaba pasmado. 

- ¿Como ha podido hacer eso?

- No lo se - dije mirando por las vistas de mi ventana.

- Dios.. y.. ¿se ha acabado? - preguntó

- No se.. - dije aguantando las lagrimas - Por ahora no quiero verle - dije llegando a la calle de mi casa.

- Tarde. - dijo mientras iba parando el coche 

Giré la cabeza y vi a Cristian apoyado en la puerta de mi casa mientras que se fumaba un cigarro. ¿Desde cuando fuma? 

- Mierda, ¿que hago? - pregunté

- ¿Que hago yo?... me va a matar - dijo asustado mientras se paraba delante de mi casa

- No, tranquilo - dije abriendo la puerta y saliendo del coche - Deséame suerte y sal pitando de aquí - dije antes de cerrar la puerta. Y así hizo.

Anduve hasta la puerta de mi casa y el pulso me temblaba muchísimo. Estaba asustada pero a la vez enfadada, se había pasado mucho y no me apetecía discutir de nuevo. Llegue a mi puerta y noté su olor a perfume.

- ¿Que haces aqui? - dije sin dejar de mirar a la cerradura mientras metía la llave. - ¿Y desde cuando fumas?

- ¿Que haces con Daniel? - dijo con un tono enfadado olvidando mi segunda pregunta

- Quizá mi ''novio'' me ha dejado plantada en un puto centro comercial - dije al abrir la puerta

Queria cerrar la puerta en sus narices pero no pude, el se adelanto, sujetó la puerta con su brazo y entró seguidamente.

- ¿Tenías que llamar a ese hijo de puta? - dijo entrando a mi casa

Quería echarle de aqui, pero una parte de mi no quiere.

- Pero, ¿que coño te pasa? - dije alzando la voz - Por lo menos me ha traído a casa, no como tú.

- No me compares con ese pringado. - dijo rodando los ojos

Bufé.

- Hace una hora estabas gritándome y faltándome el respeto y ahora entras a mi casa como si fuera tuya.

-  Si quieres me voy - dijo acercándose a la puerta

- Sí - mentí

- Sé que no quieres que me vaya. - dijo. Que bien me conocía.

Bufé y rode los ojos.

- Me debes unas disculpas - solté mirándole a sus ojos negros.

Mordió su labio inferior.

- Emm.. perdón - soltó

Me crucé de brazos.

- Y te quiero - dijo y esbozó una pequeña sonrisa - mucho - añadió 

- Y... -dije esperando algo más de el

- Me he pasado mucho, lo siento - dijo acercándose

Sus ojos negros estaban a centímetros de mi, y me separé un paso atrás.

- Señorita Hold - susurró llevando sus manos a mis caderas.

- Que - solté

- Que me beses, joder - dijo acercándose a mi.

Y seguidamente pegó sus labios con los míos.

Cristian AnthonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora