Miré hacia atrás y sí, Cristian estaba yéndose con pasos fuertes hasta su coche y se marchó sin mi. Ahí me derrumbé. Quería llorar y llorar y quedarme ahí tirada. Esperé media hora sentada en el bordillo pero no, no vino a buscarme. Saqué el móvil del bolsillo y busqué a quien llamar. No llamaría a mi madre porque no le iba a explicar todo, tampoco a Kayla porque estaría de fiesta, así que decidí llamar a Daniel.
- ¿Nat? - dijo al otro lado del teléfono
- Ho..hola - logré decir entre sollozos.
- ¿Estas bien? - preguntó
- No - dije - Necesito ayuda - solté.
- ¿Que pasa? - dijo
- Cris.. Cristian, nos hemos enfadado en medio del centro comercial y me ha dejado aquí sola.
- ¿Enserio?
- ¿Crees que te mentiria cuando estoy muerta de frío en la puerta de un centro comercial?
- Ya voy para allá, estoy cerca de allí.
Y colgó. No tardo en llegar, me recogió con el coche y empece a contarle todo mientras el se quedaba pasmado.
- ¿Como ha podido hacer eso?
- No lo se - dije mirando por las vistas de mi ventana.
- Dios.. y.. ¿se ha acabado? - preguntó
- No se.. - dije aguantando las lagrimas - Por ahora no quiero verle - dije llegando a la calle de mi casa.
- Tarde. - dijo mientras iba parando el coche
Giré la cabeza y vi a Cristian apoyado en la puerta de mi casa mientras que se fumaba un cigarro. ¿Desde cuando fuma?
- Mierda, ¿que hago? - pregunté
- ¿Que hago yo?... me va a matar - dijo asustado mientras se paraba delante de mi casa
- No, tranquilo - dije abriendo la puerta y saliendo del coche - Deséame suerte y sal pitando de aquí - dije antes de cerrar la puerta. Y así hizo.
Anduve hasta la puerta de mi casa y el pulso me temblaba muchísimo. Estaba asustada pero a la vez enfadada, se había pasado mucho y no me apetecía discutir de nuevo. Llegue a mi puerta y noté su olor a perfume.
- ¿Que haces aqui? - dije sin dejar de mirar a la cerradura mientras metía la llave. - ¿Y desde cuando fumas?
- ¿Que haces con Daniel? - dijo con un tono enfadado olvidando mi segunda pregunta
- Quizá mi ''novio'' me ha dejado plantada en un puto centro comercial - dije al abrir la puerta
Queria cerrar la puerta en sus narices pero no pude, el se adelanto, sujetó la puerta con su brazo y entró seguidamente.
- ¿Tenías que llamar a ese hijo de puta? - dijo entrando a mi casa
Quería echarle de aqui, pero una parte de mi no quiere.
- Pero, ¿que coño te pasa? - dije alzando la voz - Por lo menos me ha traído a casa, no como tú.
- No me compares con ese pringado. - dijo rodando los ojos
Bufé.
- Hace una hora estabas gritándome y faltándome el respeto y ahora entras a mi casa como si fuera tuya.
- Si quieres me voy - dijo acercándose a la puerta
- Sí - mentí
- Sé que no quieres que me vaya. - dijo. Que bien me conocía.
Bufé y rode los ojos.
- Me debes unas disculpas - solté mirándole a sus ojos negros.
Mordió su labio inferior.
- Emm.. perdón - soltó
Me crucé de brazos.
- Y te quiero - dijo y esbozó una pequeña sonrisa - mucho - añadió
- Y... -dije esperando algo más de el
- Me he pasado mucho, lo siento - dijo acercándose
Sus ojos negros estaban a centímetros de mi, y me separé un paso atrás.
- Señorita Hold - susurró llevando sus manos a mis caderas.
- Que - solté
- Que me beses, joder - dijo acercándose a mi.
Y seguidamente pegó sus labios con los míos.
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Cristian Anthon
RomantiekSoy como un libro. Aparentemente aburrido. Fácil de echar a un lado. No te das cuenta si esta o no; pero una vez que lo abres, te das cuenta por cada pagina, que esconde un secreto, que no soy como pensabas y que soy mucho mejor de lo que las person...