Capítulo 28

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Me desperté por una llamada en mi telefono. Entreabrí y pestañeé antes de coger el telefono. 

- ¿Sí? - gruñí con voz ronca.

- ¿Nat? - dijo una voz familiar. 

>>Cristian<<

- ¿Sí? - contesté.

- ¿Podemos hablar? -dijo en mitad de un sollozo.

- ¿Cuando? - dije en un hilo de voz

- Esta tarde - sollozó 

- He quedado.

- ¿Con quien?

- No te incumbe.

- Nat... - susurró

- Que.

- Lo siento, ¡Joder! - lloró - Soy imbécil.

- No llores. - me limité a decir

Me sentía mal, pero estaba harta de que se enfade. Lleva unos días muy raros y no me cuenta que le pasa.

- ¿Porque te fuiste ayer? - interrumpí

- Mis tíos, han venido. - soltó

- ¿Y? - canturreé

- Ya te lo contaré.

- Amm.. Okay - dije

- ¿Con quien has quedado?

- Déjame en paz.

- Me vas a dejar, ¿verdad?

- ¿Que?

- Nada.

- Olvídame por un rato.

Y colgó, me quedé paralizada unos instantes pero me levanté.

- ¡Ugh! ¡Es muy orgulloso! - grité a la almohada

 Miré la hora, las 12 de la mañana. Fui al baño y me duché. Me sequé el pelo y seguidamente me maquille cuando Daniel estaba abajo. Maldecía entre dientes. Fui corriendo al armario y cogí lo primero, unos leggins y una camiseta blanca con las air max moradas. Bajé corriendo y le dije adiós a mi madre. 

- Hola - dije saliendo de mi casa.

- Hola, estas preciosa, y mira que solo llevas unos leggins - dijo riéndose a lo que me uní.

- Gracias, tu tampoco estas muy mal - dije mirando lo que llevaba puesto. 

Me recordaba a Cristian, pero eran muy diferentes, y ahora.. se llevaban de puta pena.

Me siguió hasta el coche y me abrió la puerta, a lo que yo agradecí y el entro por su puerta después de haber cerrado la mía. Encendió el motor y empezó a conducir. El camino era silencio, silencio y más silencio, a no ser que fuera por la radio, Ed Sheeran sonaba de fondo a lo que me dio por canturrear tan bajo que estaba segura que no podría alcanzar a oírme. El coche era bastante grande y espacioso, era parecido a el de Cris, pero en blanco. Entró por la autopista y fruncí el ceño. 

- ¿A donde vamos? - pregunté.

- Dame 5 minutos - dijo girando hacia el carril derecho.

Pude ver como, minutos después, estábamos llegando a la playa mas cercana de nuestras casas. Una playa de piedras, cuando aparcó, salimos del coche y seguidamente me quité los zapatos. El suelo estaba frío, por lo que me estremecí. Eramos los únicos en esa playa, a si que nos sentamos junto a la orilla. Estábamos callados y permanecíamos tímidos, a pesar del mar, el clima no ayudaba. Parecía que iba a llover dentro de nada, el clima de Reino Unido no es el mejor. 

- ¿Que tal con Cristian? - preguntó haciendo que bajara de la nube.

- Umm.. - suspiré - La verdad que mal.

- Entiendo..

Bufé.

- Es muy orgulloso - me interrumpió

- Y aveces muy serio - solté.

Rió.

- Típico de él Nat - dijo

- No me llames Nat - dije - Bueno ya da igual - suspiré

- ¿Porque? 

- A Cris.. Cristian no le gusta que alguien más me llame Nat.

- Ah Okay.. - suspiró - Pues.. - dijo mirando a las piedras - Nashi - dijo sonriendo

Se me hizo un nudo en la garganta.

- No.. Mi padre me solía llamar así.

- Natasha y punto. - dijo riendo pero yo seguía seria.

De repente, no se como pasó, pero note como me miraba fijamente y mi corazón latía a mil, se acercaba lentamente y segundos después, noté sus labios en los míos. Un beso corto y se separó de mi.

>>Mierda<<

Joder, fue un beso jodidamente doloroso. Pero tengo que admitir que me gustó. No. Mierda Natasha, no. No me gustó, es más me quería ir de ahí, correr a casa de Cris y abrazarle. ¡No! ¡Tampoco! ¡Joder! ¡Tierra trágame!

- Lo.. lo siento - dijo

- No.. no pasa nada - dije

- Es mejor que nos vayamos - dijo

Nos levantamos y justo empezó a llover así que corrimos hacia el coche. Noté como la calefacción del coche empezaba a funcionar y me acurruqué al asiento. Percibía algo dentro de mí que no quería volver a casa. Encendió el motor y salimos de ahí. Se metió en la carretera de dos carriles y había tráfico, pero Daniel adelanta por el carril opuesto. Había niebla y no se veía a penas nada.

- Pon las luces de niebla, o no te verán.

- ¡Joder! - dijo dando un frenazo haciendo que me sobresaltara. - Lo siento las tengo fundidas - dijo el.

- Joder - susurré

- Ugh, que lento van, voy a adelantar a esta tortuga. - dijo girando el volante hacía la derecha.

En ese momento, ví como dos grandes luces venía hacia nosotros, no iba lento, iba más rápido que nosotros. Daniel intentó girar de nuevo pero había una cola larga de coches. Ibamos a tener un accidente y quizás era el momento de morir. 

Solo recuerdo ver un gran camión y a metros de nuestro coche, cerré mis ojos mientras que Daniel intentaba girar bruscamente hacia la derecha, pero no hubo remedio, solo oía mis gritos mezclados con un gran pitido. De repente sonó un gran ruido y noté un gran dolor a mi costado, Daniel al girar hacia la derecha hizo que me llevara todo el camión. 

No recordé nada más.






Cristian AnthonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora