Vingt-quatre

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Segundo año...

Minho durante este año tuvo algunas dificultades.

Estudiar, trabajar y cuidar de su bebé al mismo tiempo era difícil. Le era cansado tanto física como mentalmente, pero debía ser fuerte por su bebé.

Sana le había dado trabajo permanente en su florería y sólo trabajaba cuatro veces a la semana, por suerte trabajaba de tarde, después de sus clases en la universidad.

Había dejado su trabajo en la cafetería ya que la paga no era tan buena, prefirió dedicarse solo a la florería, a sus estudios y a su hijo.

Ryujin y Yeji se habían casado hace unos meses en Canadá ya que era legal el matrimonio para parejas del mismo sexo. Recuerda lo emocionados que se sentían todos, lamentablemente Hyunjin no asistió, talvez no pudo o simplemente no sabía de la boda de su hermana.

Él había tenido la pequeña esperanza de verlo ahí y que formarán la familia que eran al fin. Lamentablemente no fue así.

Minho se sentía estúpido por esperar algo que talvez nunca llegaría, pero en serio quería a su pequeña familia completa. Tal y como Hyunjin le había dicho en la carta que Yeonjun le entregó.

A veces se sentía demasiado solo a pesar de la compañía de sus amigos, su familia y por sobretodo su hijo.

¿Estaba mal desear alguien a su lado? Él quería compañía, no solo la de su familia y amigos. Él quería la compañía, el calor y sobretodo; el apoyo de una pareja.

Agradecía demasiado a su familia y amigos lo que hacían por él y por su hijo, pero enserio se sentía incompleto sin alguien a su lado.

Es aquí donde maldice a Hwang Hyunjin por estar metido en lo más recóndito de su ser y no salir de su mente en ningún momento.

Porque sí, aunque hayan pasado ya dos años desde la última vez que lo vió y algunas semanas desde que hubo noticias de él, aún así lo seguía amando.

Porque Hwang Hyunjin no era cualquier persona, por supuesto que no. Hwang Hyunjin era su primer amigo, su primer mejor amigo, su primer amor, su primer "pareja", su primera vez y el padre de su primer hijo.

Hwang Hyunjin era el amor de su vida sin duda alguna y aunque prometió olvidarlo alguna vez, no podía hacerlo porque cada vez que veía a su hijo, Hyunjin llegaba a su mente instantáneamente, su sonrisa, su risa, sus gestos. Todo, absolutamente todo, y para su desgracia Hwang Sunoo había heredado todo eso de Hwang Hyunjin.

Ver a su pequeño retoño era como ver al amor de su vida.

"Oh, Hyunjinnie, Hyunjinnie. Me tienes tan jodido, ¿cuándo será la última vez que deje de pensarte?". Pensaba Minho cada que veía a su hijo.

Minho había desarrollado una forma de desahogarse al igual que un pasatiempo; escribía cartas dirigidas a Hyunjin, le escribía una cada fin de semana. Explicando lo que pasó durante la misma.

En cada una se encontraba alguna travesura de Sunoo, las más relevante de todas. En ese caso, fue la siguiente:

"...Hoy también Sunoo hizo otra "travesura", la llamo así porque no encuentro otra forma.

Christopher vino a casa hoy, llevo a Sunito al parque de diversiones, cuando regresaron y Chan se fue... Sunoo le dijo "adiós, Papá Chris".

Me sorprendió tanto que hasta ganas de llorar me dieron, me pregunté cómo te sentirías al saber que tú hijo llama "padre" a alguien más y eso me partió el alma.

Hyunjinnie, espero verte pronto. Hasta luego.

Te amo.

–Minho".

Ese pedazo de papel y tinta contenía restos de agua salada, fragmentos del alma.

Fragmentos de un alma en espera de su complemento, en espera de su otra mitad.

↫✬↬

615 palabras

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615 palabras.

Publicado: 19/07/24

Lamento mucho la inactividad, pero he estado muuuy ocupada, pero prometo actualizar más seguido.

Por cierto, ¿ya escucharon ATE?
YO AMÉ, LOS PERDIDOS LITERALMENTE DEVORARON.
Aún no superó, siento que me desmayo cada que se reproduce una de las canciones KAJDKLA.
En fin, me voy, ¡baisss!
(🫐)

Wish I were... ★𝙷𝚢𝚞𝚗𝚑𝚘★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora