El frío siempre había estado con él desde que tiene memoria. Para Jon Snow todo era frío, desde el clima hasta la mirada que algunas personas le daban. Sabía el por qué, por ser un bastardo y ser criado junto a sus hermanos legítimos. Le dolía, pero tuvo que aprender rápido a ocultarlo y mejor enfocarse en las pequeñas cosas buenas. Sus hermanos eran una de ellas, al menos la mayoría. Al menos así fue hasta que todos tomaron caminos separados y la desgracia cayó ante todos.
Caminó en ese prado verde brillante y con el sol encima de él sobre un cielo completamente azul. Había estado allí antes, al menos en sus sueños. Ese lugar siempre fue seguro para Jon desde que era un niño con solo seis onomásticos, justo cuando se dio cuenta de lo que era ser un bastardo. Fue pacífico, al menos allí nadie lo juzgaba o lo veía como alguien de mejor importancia. En un principio la soledad era aterradora, pero había aprendido muy bien a sobrellevarla en este lugar.
Nunca habló de esto con alguien, sentía miedo de que lo tildaran de loco o algo más. Al menos eso fue así durante los primeros tres años, pues cuando tuvo sus ocho onomásticos, hubo un gran cambio. Cuando todo inició, era un lugar frío como Winterfell a pesar de que había hierva verde y el sol siempre parecía tan abrasador. Había creído el pequeño Jon que era así porque nunca había estado en algún lugar tan caluroso. Pero todo comenzó a encontrarse cálido, casi como si estuviera arropado bajo la cama o cerca de un fuego pequeño.
Con los años, ese fuego fue aumentando en intensidad de poco en poco. Casi fue imperceptible para él, pero con los años ese pequeño calor se convirtió en algo abrasador, como si estuviera cerca de los hornos de las cocinas cuando había alguna fiesta en Winterfell. Siempre fue gradual hasta que tuvo diez y siete onomásticos, cuando estaba cerca de Castle Black junto a los nuevos reclutas (criminales) y Tyrion. Fue abrasador, como si él mismo estuviera en llamas. No era cálido ni reconfortante como antes, sino que era muy doloroso. Parecía que el fuego sufría (obviamente creyó que eso último era estúpido) por algo.
La segunda vez fue peor para Jon. Fue poco después de que se enterara que su padre había sido asesinado por el maldito cabrón de Joffrey. Lloró esa noche por su padre y su promesa incumplida de hablar con él sobre su madre. Luego vino el fuego que lo envolvió y fue abrasador, como si estuviera dentro de una enorme llama. Duró toda la noche, aunque lo extraño fue que cuando estaba por despertar, escuchó chillidos, como los de un cuervo, aunque más graves. Después de eso esos sueños fueron disminuyendo mientras se ocupaba con las cosas de la guardia. El calor aún era reconfortante las pocas veces que tuvo los sueños, pero eran tan esporádicos que ya no les tomaba mucha importancia como cuando era niño. Al menos no hasta esa noche.
Estaba parado sobre la hierba que se movía por una ligera briza. Estaba demasiado caliente bajo sus pies descalzos, pero también parecía menguar de vez en cuando, casi como si parpadeara cada dos o tres segundos. Eso en sí era extraño, ya que nunca había estado así desde que tenía estos extraños sueños. A pesar de ello, disfrutó del silencio y la paz que le generaba estar allí. Sabía que cuando despertara todo volvería al caos y tenía que tomar el mando para controlar a todos sus hermanos de la guardia y evitar así que se asesinaran unos a otros.
En ocasiones se arrepentía de no haber aceptado la propuesta de Stannis sobre legitimarlo, pero no era lo correcto. Tenía deberes con la guardia y con la amenaza que se cernía sobre ellos y que todos parecían negar. Rezó a los dioses antiguos por el triunfo de Stannis, no porque apoyara su causa y su misión de tomar el trono de hierro, sino para que hicieran pagar a los malditos Bolton después de todo el daño que le hicieron a su familia.
Con ello, el tiempo pasó y luego todo comenzó a volverse más borroso. Estaba por despertar, así que con un suspiro cerró los ojos y esperó a abrirlos ya en su habitación.
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El Lazo entre el Hielo y el Fuego | GOT fanfic
FanfictionJon Snow desde niño había sentido esa llama crecer con él durante los sueños pacíficos esporádicos. Por el otro lado, para Daenerys Targaryen la briza helada la acompañó durante mucho tiempo hasta que estuvo completamente envuelta por ello. Los sueñ...