MISSANDEI II

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Seguían sin respuesta del paradero de su reina. Para este punto, si ser Jorah y Daario siguieran viajando a caballo deberían haber llegado a Vaes Dothrak, ya que según ellos allí debió haber volado la reina. Missandei tenía sus dudas sobre eso, ya que su dragón negro parecía volar más cerca de las costas de la bahía que hacia la tierra verde de los dothraki. Temía por la vida de su reina si los dos hombres tuvieron razón. Daenerys era una Khalessi viuda y la tradición dictaba que debía residir junto a las demás viudas por el resto de su vida. Su reina no lo había hecho y había ganado más poder con el tiempo.

Tomó un buen trago de agua y miró hacia el horizonte, donde pronto podrían extenderse velas enemigas para asediar la gran ciudad de Meereen. Los esclavistas habían hecho muchos atentados ahora que era de conocimiento público que la reina no estaba en la ciudad. Las guardias de los Inmaculados habían sido aumentadas casi al doble, eso dejando poco descanso para los hombres, pero todos ellos estaban dispuestos a asegurar la paz que la reina había intentado crear.

Gusano Gris comenzó sus guardias de nuevo, aunque por súplicas de ella solo cerca de la pirámide. Seguía doliéndole el abdomen, pero era necio y estaba decidido a continuar con su labor para que cuando la reina llegue encuentre algo mejor. Missandei también lo deseaba con todo su ser. Tyrion había mencionado que lucían en ese momento como gallinas sin cabeza corriendo por el establo. La reina tenía ese poder para inspirar y temer, algo que poca gente tenía según las propias palabras de Tyrion.

—Ya ha pasado más de una luna desde que la reina Daenerys se fue —comentó Tyrion, caminando hasta pararse a su lado con la vista un desviada hacia la ventana—. Si no la encuentran Jorah y ese mercenario entonces volverán pronto.

—Ella regresará —dijo Missandei sin mirar al pequeño hombre de Poniente.

—Por supuesto, pero no sabemos con seguridad si regresará por su propia cuenta o con los hombres que fueron por ella.

Missandei suspiró y bebió un poco más de agua. Tyrion tenía razón, bien podrían regresar ambos hombres con las manos vacías. No quería pensar en que algo malo le pasó a su reina, pero ya había pasado demasiado tiempo para que ella estuviera vagando por todo Essos.

—¿Cuáles son los siguientes planes, lord Tyrion? —preguntó, se giró para verlo con las cejas arqueadas.

—Varys ha descubierto un poco sobre los esclavistas —el solo nombre del hombre (eunuco, siempre lo repetía Tyrion cuando no estaban cerca de los Inmaculados) la hacía estremecerse—. Ha encontrado lugares y nombres de quienes los subsidian. Por supuesto, la mayoría son de Volantis. Temen a la "Rompedora de Cadenas" y quieren que caiga su gobierno.

—Volantis —murmuró Missandei—. No sería prudente ir a la guerra contra ellos.

—¿Por qué iríamos a la guerra? —Tyrion sonrió para sí mismo y luego sus ojos irregulares la miraron—. Admito que las cosas aquí son muy diferentes de casa, pero son hombres. Los hombres siempre buscan más, así que podríamos jugar con ellos hasta que la reina decida qué hacerles. Lamentablemente no tienen aliados en este momento, eso hace las cosas muy difíciles.

—Entonces no hay mucho por hacer hasta que regrese. —Missandei miró por última vez el mar y caminó hacia dentro de la pirámide.

—No, todavía hay algo que podemos hacer —comentó Tyrion y Missandei esperó a que él continuara—. Bravoos es una ciudad fundada por viejos esclavos. Han liberado algunas ciudades de la esclavitud antes, como Pentos, así que quizá tengamos una oportunidad con ellos. Un trato comercial con Bravoos, a pesar de ser demasiado lejos, daría más poder al nombre de Daenerys. También podría ayudarnos a establecer una relación sólida con el Banco de Hierro y tener subsidios para cuando los esclavistas decidan atacar.

El Lazo entre el Hielo y el Fuego | GOT fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora