Capítulo 5

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Los cuerpos sudan, la música resuena, el alcohol llama y el humo del cigarro se eleva al cielo. Camino con la frente en alto a la barra, donde pido un trago. El chico me lo da muy rápidamente y deja de atender a los demás, ante su gesto le guiño el ojo. Me siento en una mesa donde tengo una vista impresionante de toda la gente que baila en la pista de la primera planta, las luces de neón hacen que mi visión se dañe pero aún así mantengo mis ojos abiertos.

No observo el lugar ya que siento muchas miradas sobre mí y es hasta cierto punto, incómodo. Durante seis años mi vida se había reducido a fiestas y alcohol, no era nada nuevo para mí estar sola en una.

Algo muy dentro de mi empezaba a decaer, estaba acostumbrada a que James siempre me perseguía. Y está vez, no lo había hecho. Él se había ido con Alicia, por su orgullo. ¿Qué había cambiado exactamente? Porque algo está mal. Lo puedo sentir. ¿Será que no debemos estar juntos? Si James se fue con la perra esa, yo no dudaría en levantarme de aquí e ir por ese chico guapo de ojos negros que en estos instantes me está viendo. ¿Qué perdería? Sólo bailare con él, tampoco es que vaya a besar esos carnosos labios. Desde que conocí a James, mis ojos quedaron atrapados en él y por más que mire a otro chico, definitivamente, no es lo mismo. Jamás será lo mismo.

El hombre de ojos negros camina hasta mí con una sonrisa seductora que cualquiera se podría derretir. Yo no.

-Hola, ¿Cómo estás? — Saluda.

Yo pongo mi sonrisa seductora también, le miró y me muerdo el labio. Su mirada se queda perdida en mis labios. Ah, presa fácil.

-Hola, bien, gracias.— Respondo amable.

-Soy Derek, mucho gusto.— Se inclina y me da un suave beso en la mejilla. Hugh.

-Soy Bella.— Le guiño.

-Oh... claro, eres muy bella.— Sonríe incómodo.

El pensó que a mi misma me estaba elogiando, ¡Vamos! Suelto una risita. El tipo escuchó mal.

-No, mi nombre es Bella.

-¡Ah! Lo siento, ¿Puedo sentarme? — Mira la silla frente a mi.— Espera, ¿Estás sola?

-Sí.

-¿Puedo sentarme?

-OK.— Derek se sienta frente a mi y me observa, según él, con una mirada sexy. Estoy conteniendo la risa.

-¿Eres de por acá, cerca?

-No, soy de Estados Unidos.

-A puesto que los ingleses son mejores que los estadounidenses, he.— Dice observando su cuerpo, tomándolo como ejemplo.

-No lo creo. — Contestó con una sonrisa burlona.— Cualquiera es mejor que tú.

Sus ojos se abren ante el arrebato de mis palabras y yo solo sonrió más.

-Derek, deja de perder el tiempo aquí. No cogeré contigo, ni siquiera llegaremos a bailar. Adiós.— Canto la palabra «adiós»

-¿Segura que quieres perderte esto? — en su mirada puedo ver el dolor ante el rechazo.

-Segurísima.

Derek se va enojado. Sonrió. Demonios, ése no era plan. ¡El plan era bailar! No sé porqué actúe así y sin pensarlo lo mandé a la mierda. No es por James. ¡Definitivamente, no! Me niego a reconocer eso, es obvio que no. Llamo al camarero con la mano e inmediatamente se acerca a mí.

-¿En qué le puedo ayudar? — Sonríe.

-Traeme algo bien cargado.

-Enseguida.— asiente con la cabeza.

Touching Your Dark HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora