Capítulo 18

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James lanza la puerta sobre la cara de su padre... Y se va. Se aleja de mí y sube los escalones, le sigo pero James se adentra a la habitación y cierra con llave. Toco pero nadie abre.

-James, abre la puerta.— digo.

-¡Vete! — Grita.

-No me iré hasta que abras la maldita puerta.

-¡Qué te vayas, joder!

-Idiota.— murmuro mientras me volteó y bajo, cuando abro la puerta me encuentro con el señor.

-Hola.— me saluda con una mirada triste.

-Hola. Lo invitaría a pasar pero no creo que sea correcto. — explicó.

-Lo sé, lo entiendo. Solo... dale esto, ¿Sí? — me entrega un sobre.— Me voy del país y sé qué él no quiere verme. ¿Tú quién eres?

-Ah, sí. Soy Arabella, novia de James y madre de su futuro hijo. — sonrío. Trato de ser amable.

-¿Estás embarazada? Vaya... seré abuelo. Muchas felicidades. — sonríe pero una lágrima se desliza por su mejilla.

-Gracias. Yo le daré esto, no se preocupe.

-Gracias... — gira y se va. Cierro la puerta y subo donde James, que aún no sale.

Toco la puerta y trato de abrir la puerta, pero aún está cerrada. ¿Cómo demonios vino ese señor y así sin más se va, nuevamente?

-James, abre la puerta. Ya se fue.

-Vete.

-No me iré. ¿Quieres que me quedé aquí toda incómoda y embarazada? — Le suelto un chantaje.

De pronto, la puerta se abre y James sale, se lanza a mí y me abraza. No solloza, no se mueve, pero nada lágrima cae en mi hombro. Me aferró a él para que me sienta, para que sepa que estoy a su lado.

-él dejo algo para ti.— susurro.

Le entregó el sobre y lo guarda en su bolsillo. Le tomo de la mano, lo guío y lo lanzó a la cama, me acuesto con él y lo abrazo muy fuertemente.

-¿No vas a leerlo? — pregunto.

-No quiero...

-¿Por qué?

-No quiero leer sus excusas baratas.

-Ni siquiera sabes qué dice. Intenta leerla.

-No sé.

-Vamos, James, eres todo un hombre y aquí estoy junto a ti. Y también está este bebé, junto a ti.

James saca la nota y la extiende, empieza a leer con esa voz tan sexy, clara y sensual. Tan... whisky.

-Quizás sea un inconveniente haberte ido a ver o entregarte esto, pero creo que era necesario para mí alma. No diré cosas que no siento y cosas que no te creerás, pero pese a todo este tiempo, te estuve buscando. Tu madre te dio en adopción sin autorización mía, solo me enteré que un par de ancianos nos reemplazaron y sé qué fueron mejor que nosotros y aunque me duela, me alegra, pues nunca estuviste solo. Te vi muchas veces en revistas y hasta busqué tu biografía en Internet, pero no me decía a ciencia cierta dónde estabas exactamente para encontrarte, solo que eras residente de Estados Unidos y que ahora, viajabas por el mundo como el mejor artista. Escuche tu música y sentí un atisbo de culpa pero a la vez, una gigantesca alegría me invadió al escuchar tu voz.

Quizás no convivo contigo y jamás lo haré, pero llevas mi sangre. Y la sangre es un vínculo. En este caso, nuestro vínculo fue dañado y roto, pero de mí parte hacía ti, con mucho cariño. No espero que sientas lo mismo, sería estúpido. Quizás fue lo mejor que te pasó al haberte alejado de nosotros, pues, tu madre tenía esquizofrenia y con el tiempo eso sólo empeoró. Tanto que... llegó a matar a la vecina. Y yo... como esposo fiel, le ayude a que las autoridades no la descubrieran. Si tu hubieses vivido todo este infierno, jamás me lo perdonaría. Aunque, pese a eso, viviste otro infierno, no con otras personas, sino contigo mismo.

Después, con tu madre decidimos venir a Inglaterra, para empezar de nuevo. Eso fue hace 10 años, pero ahora vi cómo toda Inglaterra se volvía loca por un cantante de rock famoso... y eras tú. Quizás no sea lo mejor decirte esto, pero le conté a tu madre hace dos semanas. Y se suicidó antier. No es por ti, te lo aseguro, pero la culpa la mataba, se despertaba por las noche llorando y gritando que la perdonaras. Ella ahora está bien y en un mejor lugar, siempre añoró más la muerte que la vida y ahora obtuvo lo que siempre quiso.

Ahora, voy de camino a Irlanda, quizás encuentre una mejor vida allá. Perdón por no buscarte como era debido y no encontrarte. Perdón por ser un mal padre, pero te arrebataron de mis manos. Te quiero.

Hasta luego, James.

*  *  *

Saco mi guitarra y tocó una melodía, sé que en estos momentos James no sabe cómo sentirse, y quizás una canción funcione en algo, ¿No?

Como puedo, coloco la guitarra sobre mi gran panza.

-No pude borrar la lluvia de la montaña,
pero siempre estuviste ahí,
aguardando mi llamado
y me hiciste feliz.
Ahora estoy aquí,
esperando un bebé para ti
y para mí.
Seremos felices.
Lo prometo, amor mío.

Me invento la letra en ese instante y James me observa, con una mirada brillante y una pequeña sonrisa tímida.

-¡Lo tengo! — Dice James.

-¿Qué tienes? — sonrío.

-Quiero que se llame Blake. ¿Te parece?

-Por mi esta bien.

James aleja la guitarra, a la vez que hace que me acueste sobre la cama y me da besos en mi gran panza.

-¿Te gusta, Blake? — Le dice a mi panza.

Sin poder evitarlo, una lágrima se desliza por mi mejilla. Pero no es una lágrima de tristeza, es de felicidad.

-Juro que nunca te faltara nada, Blake. Tu mami y yo siempre estaremos para ti.— Acaricia mi vientre.— Estoy seguro que tu habitación te va a gustar, es celeste y tienes mucha ropa. Y te compraré muchos juguetes. Nunca te va a faltar nada. Te daré consejos para que los apliques con las chicas, pero eso será más adelante.

Reprimo un sollozo, pues me da ternura presenciar está escena y las lágrimas corren por mis mejillas de pura felicidad. ¿Quién iba a decir que este bebé me iba a hacer tan feliz?

James al escucharme, se levanta y se acuesta a la par mía, se coloca de lado y muy suavemente con su mano acaricia mi mandíbula y borra mis lágrimas. Evitó sus ojos.

-Arabella, mirame. — hace que le mire con su mano.

Mis ojos se encuentran con los suyos y sonríe.

-No sabes cuánto te amo, muñeca.

Touching Your Dark HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora