Capítulo 19

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Tras llegar a casa de mi ejercicio para la relajación (cabe de mencionar que James nunca deja que vaya sola), nos alistamos, nos preparamos, y salimos de casa a un tiempo veloz. Los meses se han ido volando y Blake está más que grande, a veces quisiera que saliera ya. Habían programado un concierto aquí en el país, y empezaba justo a las ocho pm. Y son las 7:57 y aún estamos lejos del estadio.

-Joder, no llegaremos tarde. ¿Hora? - Pregunta James mientras maniobra en la calle con la camioneta.

-7:58. - ya pasó un minuto.

-¿En dos minutos recorremos tres kilómetros con cuatro cuadras?

-Nop, no creo.

Por otro lado, yo estoy sumamente tranquila y relajada, el ejercicio es maravilloso y hasta hay una piscina y hacemos ejercicio dentro, es muy relajante y quemó un poco de calorías, no como las que quisiera, pero algo es algo.

-¡NO PUEDE SER! -explota James- Todo por esos ejercicios de relajación... ejercicios de relajación, ¡Mi culo! No puedo llegar tarde y hacer esperar a mi público. ¡¿Hora?!

-8:00. -solo le contestó eso, ya que lo dejaré que se enoje. En realidad, falta un minuto pero no hace la diferencia, ¿Verdad?

-¡¿QUÉ?! Maldición... maldición...

Esquiva un auto y se adelanta en un semáforo rojo. Los demás autos al ver lo loco que va James, hacen sonar su bocina. Los músculos de James se contienen y se tensan bajo su chaqueta de cuero negra, debo admitir que se ve malditamente sexy así, enojado.

-James, calmate. Si sigues así, yo también me voy a estresar y...

-¡Es que mira la maldita hora, vamos malditamente tarde! -me corta.

-¡QUE TE CALMES, JODER! — Se calma.

James me mira, con los ojos abiertos ante mi grito chillón y fuerte. Le doy mi mirada más matadora, la más feroz y le fulmino con la mirada.

-Vale... vale... -empieza a respirar profundamente, se detiene en un semáforo rojo y con sus dedos llenos de tinta, saca un cigarrillo y empieza a fumar.

Yo no tendría que estar cerca de eso, no por mí, sino por Blake. No es saludable que huela cigarros... pero James está estresado... pero mi bebé no puedo sentir eso.

-James, deja de fumar cerca de mí, le hace daño a Blake.

-¿A Blake o a ti? -apaga el cigarrillo y lo lanza.

-A Blake, idiota. -pongo los ojos en blanco.

-Vale.

-¿Por qué Blake, James? -le pregunto, a la vez que doblamos en una esquina.

-Pues... Blake... black. Me recuerda al negro. -mira por el retrovisor.

Asiento en silencio y me dispongo a observar que ya estamos llegando, y para suerte James estuvo más tranquilo. Entramos por la puerta trasera, estaciona el auto y nos bajamos.

-¡Al fin llegamos! -James me toma de la mano y me guía.

Nos encontramos con los demás chicos detrás del escenario, todos desesperados.

-¡Mierda, James! -exclama Roy.- ¿Por qué no contestabas tu móvil?

James empieza a buscarlo en todos sus bolsillos, pero no lo encuentra. Dice -: creo que lo olvidé en el gimnasio.

-¡Bueno ya no importa! Al escenario.

James se gira y toma mis mejillas entre sus manos, roza levemente su nariz con la mía, para después darme un sonoro beso que hace que mis piernas tiemblen. Se va y al salir, escucho gritos a montones, la multitud se vuelve loca.

Touching Your Dark HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora