Touching Your Dark Heart

Capítulo 7

-Mierda, mira en lo que te has metido.— Vuelve a decir James cuando observa mi cuello dañado.

-Pero valió la pena, ¿O no?

-Le diste una paliza, pero eso no quiere decir que haya valido la pena.

-Lo sé, pero, ¡Se lo merecía! Llegó a mi casa como si nada.

James niega con su cabeza mientras me toma del brazo y me lleva a la cama, me arropa y se acuesta conmigo.

-¿James?

James apaga la luz y quedamos en completa oscuridad. Ya no escucho a los chicos por lo que, pienso que los demás se fueron y también esa perra de cabello teñido.

-¿Sí? — Dice mientras rodea mi cintura con sus brazos.

-¿Tú mandaste a quitar la entrevista de hoy de toda la red? — Susurro.

-¿Qué? ¿De qué hablas? — James se confunde.

¡Maldita perra! Lo dijo para enojarme... y yo caí. Nunca lo creí a ciencia cierta pero me enojé mucho.

-Alicia dijo eso.— murmuro.

Veo por la ventana la Luna y cómo los árboles se mueven al compás del sol.

-¿Dijo que yo había mandado a quitar la entrevista?

Asiento.

James se levanta y se sienta a la orilla de la cama. Miró su espalda y cada facción de ésta, observó sus tatuajes  y lo maravilloso que es.

-¿Es verdad..., James? — Susurro.

-¿En realidad me lo estás preguntando? ¿De verdad estás dudando de mí? — Dice mientras se levanta, se voltea y me observa.

Me quedo en silencio. James lo toma como un sí, se voltea y se va.

-¡James...! — es un grito ahogado.
Me levanto y voy detrás de él, pero justo cuando voy a alcanzarlo, se adentra a una habitación y cierra la puerta en mi cara. No...

-¿James? — golpeo la puerta.— ¡James!

Pero nadie sale. Dañe a James con sólo el hecho de dudar en él. Yo... solo quería saber. Quizás una parte de mí sí dudó. Pero... ag. Me volteó y camino a mi habitación.

Por más que trate de dormir, me es imposible, mis ojos se se niegan a cerrarse y mi mente se niegan a descansar. ¿Cómo pude creer, aunque sea un poco, en ella? ¡Sus palabras eran viles mentiras! Y yo caí. Joder, tenía suficiente y esto es demasiado. ¿Por qué todo se ha vuelto tan complicado? Antes, nuestra relación no era la mejor pero... Oh, carajo, siempre hemos estado llenos de peleas. ¡Siempre malditas peleas! ¿Por qué ambos tenemos que ser tan explosivos? Nuestro carácter choca y explota, destruyendo todo a su paso.

Me siento en la cama, mirando la oscuridad. Siento la ansiedad florecer en mí, así que me levanto y voy a la sala de música. Enciendo la luz y paso mis dedos sobre cada instrumento habitante en esta habitación. El piano se encuentra más reluciente que nunca, así que me detengo en el y me siento enfrente. Tocó las teclas pero no le doy ningún tipo de melodía lógica, solo sonidos.

James se la ha pasado fijado en mi, tratando de hacerme sentir bien y demostrando sus sentimientos hacia mí... pero... ¿Qué he hecho yo por él? Nada. Y se supone que James era el frío, el alejado y ahora lo soy yo. ¿Qué mierda estoy haciendo? Él está tratando de cambiar... por mí y yo no lo valoro. He dejado que mis miedos me ganen. James está poniendo todo de sí para que esto funcione. Y yo solo lo arruino. Podría decir todas las cosas buenas que James está haciendo y no acabaría nunca. Jesús, soy una idiota.

Me levanto y corro directamente hacía donde él está. Pero la puerta está abierta y por más que busco por toda la casa, no lo encuentro. Mi corazón empieza a latir muy asustado. ¿Se fue? James... ¿Se fue? Me resigno y sin pensarlo, voy al garaje pero ahí están ambos autos. Salgo de la casa en pijama, buscando por todas las calles pero... no lo veo. La calle a penas está iluminada y la gente ya duerme. ¿Qué horas son? Las farolas son débiles y aunque camine por la oscuridad, no me importa porque quiero encontrarle. Si se fue caminando, no tiene que andar lejos. ¿Pero, por dónde fue? Mi respiración se acelera ya que he caminado bastante pero no es suficiente, así que empiezo a correr. Mis piernas desnudas lloran al sentir el frío pero no es obstáculo. Puedo ver mi aliento en el aire. A lo lejos, diviso una silueta... una sombra. Su cuerpo está grabado en mi mente, con o sin ropa y sé qué es él. Empiezo a correr más rápido, tanto que la distancia se corta y quedan sólo tres metros de distancia.

-¡James! — Grito.

Pero no se detiene. Avanzo, está vez caminando.

-¡James! — vuelvo a gritar. Se detiene y hago lo mismo también.— ¡No te vayas! — Le gritó a su espalda.

Ni siquiera se voltea.

-¡POR FAVOR, NO ME DEJES! — Grito con las lágrimas rodando sobre mis mejillas. Mis fuerzas se agotan tanto, que caigo sobre mis rodillas y me abrazo a mi misma, miro al suelo.— No me dejes... no otra vez... por favor...

De pronto, lo siento a la par mía y me envuelve entre sus brazos fuertes y grandes. Mi necesidad de tenerlo cerca es tan grande que lo abrazo también, muy fuerte, me lanzo sobre él y éste cae sentado conmigo encima. Tomo sus mejillas y clavo mi ojos en los suyos, en ese hermoso verde limón que me consume. Su aliento se mezcla con el mío y su corazón está igual de agitado que el mío. Su mirada es triste y vacía, y eso me preocupa.

-No me dejes...— Ruego.—Te amo... y te amaré por el resto de mi vida. Pero... no... me dejes.

Sin esperar respuesta, me acerco y rozó delicadamente mis labios con los suyos, mientras una lágrima brota y baila en mi mejilla.

-No te atrevas a dejarme.

-No lo haría ni porque tuviera un arma en la cabeza amenazándome  con hacerlo.

Nos miramos a los ojos nuevamente. Inspecciono su rostro... Jesús, es tan hermoso. James hace que me levanté y él hace lo mismo, pone sobre mis hombros su chaqueta de cuero y caminamos de regreso a casa, ambos descalzos, bajo la noche fría en plena oscuridad. Estamos tan locos.