Kafka permaneció de pie, firme en su posición, mientras Narumi salía de entre los escombros del impacto. La mirada de Narumi parecía más afilada que nunca, y sin decir una palabra a nadie, se dirigió directamente hacia Kafka.
Sin previo aviso, Narumi atacó a Kafka, lanzándolo por los aires con un poderoso golpe. Mientras Kafka se estrellaba contra la pared, Narumi lo miró con una expresión de furia.
"Tú y ella... son kaijus", escupió Narumi con desprecio. "No permitiré que estén entre nosotros, los humanos".
La tensión en el ambiente era palpable. Todos observaban atónitos cómo la situación se había tornado tan agresiva y violenta. Mina, la amiga de la infancia de Kafka, parecía profundamente preocupada por la confrontación que se desarrollaba frente a ella.
Kafka, recuperándose del impacto, se puso de pie con dificultad. Sus ojos mostraban una mezcla de determinación y dolor por la reacción de su compañero. Parecía claro que intentaría razonar con Narumi, a pesar de la creciente hostilidad que se había apoderado de la sala.
Como soldado de la tercera división y ahora como capitán de la Quinta División, he protegido a Japón durante mucho tiempo. Hanako es una niña humana, y no permitiré que le hagas daño", declaró Kafka con firmeza, mirando directamente a Narumi.
Kafka se limpió la sangre que goteaba de su frente con la mano, y luego se peinó el cabello hacia atrás, usando su propia sangre como fijador. "Y te haré reconocer eso, incluso si tengo que hacerlo a golpes", afirmó, avanzando hacia Narumi.
Cuando Kafka lanzó su golpe, Narumi lo interceptó con su brazo. Narumi intentó contraatacar con su mano libre, pero Kafka se anticipó y le asestó un poderoso rodillazo en el estómago, haciendo que Narumi retrocediera mientras escupía saliva debido a la fuerza del impacto.
La confrontación entre los dos hombres se había intensificado aún más. Kafka, determinado a hacer que Narumi reconociera la humanidad de Hanako, estaba dispuesto a enfrentarlo físicamente si era necesario. Por su parte, Narumi seguía aferrado a su creencia de que los kaijus no podían ser de confianza y debían ser tratados como armas.
La tensión era palpable en la sala, y Mina, la amiga de la infancia de Kafka, observaba con creciente preocupación cómo se desarrollaba el enfrentamiento. Ella nunca había visto a Kafka reaccionar de esa manera tan violenta, y le preocupaba el rumbo que estaba tomando la situación.
Ambos hombres se miraban con una intensidad que parecía a punto de desencadenar una batalla a gran escala. La división entre sus posturas se había vuelto irreconciliable, y parecía que solo la fuerza física podría determinar el desenlace de este conflicto
Narumi se detuvo y miró a Kafka con una expresión grave. "Te propongo un trato", dijo, captando la atención de Kafka.
"Si logras vencerme, los aceptaré", continuó Narumi. "Pero si pierdes, tanto tú como la Número 15 se convertirán en mis armas".
Kafka se quedó en silencio, sopesando la oferta de Narumi. Sabía que esto era algo que tenían que resolver entre ellos, como capitanes.
Mina, visiblemente alterada, intentó protestar, pero Isao la detuvo, reconociendo que esto era algo que Kafka y Narumi debían resolver por sí mismos.
Después de un momento de reflexión, Kafka habló: "Si te gano, además de aceptarnos, le pedirás una disculpa a Hanako".
Narumi asintió, aceptando las condiciones de Kafka. Ambos hombres se miraron con determinación, kafka consciente de que el resultado de este combate determinaría el futuro de Hanako y de su familia.
La tensión en la sala era palpable mientras Kafka y Narumi se preparaban para enfrentarse. Mina y Isao observaban con preocupación, conscientes de que nada les garantizaba que la confrontación terminaría de manera pacífica.
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un hermoso accidente [KAIJU NUMERO 8]
RandomTodo sucedió en aquella noche donde Kafka fue oficialmente aceptado en las fuerzas anti kaiju, con un par de bebidas de más, Kafka y kikoru pasaran una situación que los pondrá a prueba en todos los aspectos posibles. "kafka... Estoy embarazada" Aqu...