El resto de los candidatos miraban atónitos la impresionante demostración de Kikoru y Kafka. Incluso Mina, que hasta entonces había permanecido imperturbable, se quedó momentáneamente sin palabras ante la magnífica coordinación y destreza que habían mostrado.
Mina sabía que ella también tenía que dar unas palabras de animo, pero en ese momento sentía una presión en el pecho que le impedía articular palabra. Parecía que la hazaña de sus compañeros la había dejado profundamente confundida, aunque no lograba comprender del todo esa sensación.
En ese momento, el Vice capitán dio un paso al frente y aplaudió con ambas manos, llamando la atención de todos los presentes.
"Tengo que decir que me han sorprendido. Ustedes dos, Kikoru y Kafka, hicieron un excelente equipo. Cada uno supo contrarrestar las debilidades del otro, y gracias a esa coordinación lograron la puntuación perfecta. Kikoru, Kafka, felicitaciones. Obtuvieron 100 puntos, y si logran ocupar los puestos de Capitán y Sub capitán de alguna división, estaría realmente tranquilo. Como verdaderos amigos, se han apoyado mutuamente, como los mejores amigos".
Las palabras del Vice capitán estaban cargadas de una inusual seriedad, y parecía que tenía grandes expectativas depositadas en Kikoru y Kafka.
"Bueno, solo faltan dos demostraciones más. Pueden retirarse", concluyó Soshiro.
Kikoru y Kafka asintieron y se retiraron del campo de entrenamiento. Mina los observaba con una mirada que reflejaba una mezcla de emociones que ella aún no lograba comprender por completo.
* * *
-Kafka dejó escapar un profundo suspiro mientras se dejaba caer en una de las sillas, el cansancio evidente en su rostro después de la intensa sesión de entrenamiento. Kikoru, con una mirada llena de preocupación, se acercó a él y le extendió una lata de refresco.
"¡Uff! Eso fue más intenso de lo que pensé", dijo Kafka, aceptando la bebida con una débil sonrisa. Kikoru se sentó a su lado, sosteniendo su propia lata de jugo.
"Gracias", musitó Kafka, su voz reflejando el agotamiento físico y mental que lo agobiaba. Kikoru, en un gesto instintivo de cariño, negó con la cabeza mientras abría su bebida.
Durante unos instantes, un silencio cómodo llenó el espacio entre ellos, interrumpido únicamente por el suave sonido del líquido al deslizarse por sus gargantas. Kafka observaba a Kikoru de reojo, apreciando la forma en que el brillo de la lata iluminaba su rostro, suavizando sus rasgos.
En ese momento, Kafka sintió una calidez en su pecho que iba más allá de la simple amistad. Kikoru era más que una compañera de entrenamiento; era una persona que lo había acompañado en los momentos más difíciles, que había visto más allá de su fachada de soldado y había descubierto al hombre que se escondía detrás.
Tragando saliva, Kafka se atrevió a romper el silencio. "Kikoru, yo... Quiero que sepas que aprecio todo lo que has hecho por mí. Sé que no soy fácil de tratar, pero tu paciencia y comprensión han sido un bálsamo para mi alma." Sus ojos se encontraron, y en ellos Kikoru pudo ver una sinceridad abrumadora.
Kikoru, visiblemente conmovida, sonrió y colocó suavemente su mano sobre la de Kafka. "Kafka, tú eres más de lo que crees. Eres un hombre valiente, con un corazón noble que se esconde detrás de esa fachada inquebrantable. Yo... Yo estaré aquí para ti, sin importar lo que pase."
Las palabras que acababan de pronunciar colgaban en el aire, llenando el espacio entre Kafka y Kikoru de una tensión palpable. Antes de que "aquello" hubiera sucedido, su relación había sido algo peculiar, marcada por una dinámica de constantes bromas y desafíos entre ellos. Kikoru solía molestar a Kafka con facilidad, y él tampoco se contenía a la hora de devolverle las pullas.
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un hermoso accidente [KAIJU NUMERO 8]
AcakTodo sucedió en aquella noche donde Kafka fue oficialmente aceptado en las fuerzas anti kaiju, con un par de bebidas de más, Kafka y kikoru pasaran una situación que los pondrá a prueba en todos los aspectos posibles. "kafka... Estoy embarazada" Aqu...