somos humanos ultima parte

268 45 2
                                    

Narumi ni siquiera lo dudó, decidido a acabar con Kafka de una vez por todas. Se lanzó directamente hacia él, dispuesto a asestarle un golpe mortal. Pero Kafka no estaba solo en esta batalla.

De la nada, y como envuelto en una especie de neblina azul, una katana apareció entre las manos de Kafka. El choque de los aceros resonó en el aire, generando un estruendo ensordecedor. Narumi frunció el ceño, dando un salto hacia atrás, y dijo:

"Tengo que reconocerlo... eres bastante fuerte... pero no lo suficiente".

Narumi miró a Kafka, pero sus ojos se ensancharon por la sorpresa. "¿Por qué no puedo verte?", exclamó impactado. Su habilidad para ver el futuro parecía haber desaparecido, dejándolo desorientado y vulnerable.

Kafka, por su parte, mantenía la calma, su katana firmemente empuñada, listo para enfrentar cualquier movimiento de Narumi. Ambos contendientes sabían que esta batalla había trascendido los límites de un simple enfrentamiento. Ahora, en medio de un campo de energía cargado de tensión, se jugaban mucho más que sus vidas.

Narumi, consciente de que había perdido su ventaja, tuvo que replantearse su estrategia. ¿Cómo podría vencer a Kafka si no podía anticipar sus movimientos? La incertidumbre se apoderó de él, mientras Kafka aguardaba, decidido a proteger a su familia a toda costa.

La tensión en el aire era palpable mientras Narumi y Kafka se miraban fijamente, ambos preparados para la batalla. Narumi, quien hasta ahora había tenido la ventaja gracias a su habilidad para ver el futuro, se encontraba desconcertado al darse cuenta de que esta ya no funcionaba en presencia de Kafka.

"¿Sorprendido?", preguntó Kafka, con una ligera sonrisa en los labios. "Sinceramente, no sabía si funcionaría", admitió, mientras caminaba lentamente hacia Narumi.

Kafka continuó hablando: "Desde que acepté a mi kaiju, poderes sorprendentes me fueron dados. Uno de ellos es la capacidad de bloquear las habilidades de otros kaijus. Tus ojos son de kaiju, ¿no?" Sin decir más, Kafka concentró su energía y, en un movimiento rápido, asestó un poderoso golpe con la empuñadura de su katana directo al estómago de Narumi.

El impacto fue demoledor, y Narumi se dobló en dos, escupiendo sangre. La pelea, que hasta entonces había sido un duelo de estrategias y habilidades, se había vuelto una contienda brutal de fuerza bruta.

Narumi, herido y sin poder anticipar los movimientos de Kafka, se vio en desventaja. Aun así, no estaba dispuesto a rendirse. Con un gran esfuerzo, logró retroceder unos pasos, preparándose para contraatacar.

Kafka, por su parte, no le dio tregua a su oponente. Impulsado por la determinación de proteger a su familia, avanzó implacablemente, blandiendo su katana con maestría. Los aceros chocaron una y otra vez, generando un estruendo ensordecedor que resonaba en todo el campo de batalla.

Narumi, consciente de que ya no podía confiar en su visión del futuro, tuvo que recurrir a sus habilidades de combate cuerpo a cuerpo. Lanzó una serie de ataques rápidos y precisos, buscando encontrar una abertura en la defensa de Kafka.

Pero Kafka, gracias a sus nuevos poderes, parecía anticipar cada uno de los movimientos de Narumi. Bloqueaba y esquivaba los golpes con una gracia y una velocidad sobrehumanas, dejando a su rival cada vez más frustrado.

La batalla se convirtió en un baile mortal, con ambos combatientes dando todo de sí. Narumi, aún herido por el golpe anterior, luchaba por mantenerse en pie, mientras Kafka parecía no ceder ni un ápice de su determinación.

En un momento de descuido, Narumi lanzó un ataque desesperado, impulsando su espada con toda su fuerza. Kafka, anticipando el movimiento, se deslizó hábilmente a un lado y contraatacó con un golpe certero de su katana, que se estrelló contra el hombro de Narumi.

un hermoso accidente [KAIJU NUMERO 8]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora