Capítulo 3

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A Tania se le aceleraron las pulsaciones mientras se acercaba a la mesa. No se podía creer la suerte que había tenido con su cita: Era uno de los chicos más guapos que había visto jamás. Tez pálida, ojos oscuros, pelo recién cortado rizado y bien texturizado... Y la ropa... ;¡Sabía vestir! Llegó hasta la mesa y fue allí donde él se dio cuenta de que ella estaba allí. Se levantó para saludarla con dos besos. Esto hizo que el intenso perfume llegara al olfato de Tania, que lo disfrutó de verdad. Se sentaron y comenzaron a pedir sus platos. "¿Cómo quieren que me concentre en la carta teniendo semejante belleza delante mío?" Terminaron de decidir lo que querían comer cada uno y se fijaron el uno en el otro. Tal vez el chico no fuera consciente, pero estaba mirando a Tania fijamente a los ojos de forma un poco incómoda. Ella carraspeó para llamar su atención.

-Creo que no nos hemos presentado: Yo soy Tania.

-Es verdad: Yo soy Bruno.-Conque Bruno...: Interesante.-Bueno... Tania: ¿Qué te trae por aquí?

-¿Podemos dejar esa pregunta para el final?-La verdad es que no le apetecía contarle que su novio la acababa de dejar y que estaba completamente desesperada. Él alzó las manos a modo de disculpa: Incluso así era sexy.

-Bueno, ¿pues cuántos años tienes?

-18.

-Creo que te gano: 21.

-Así que supongo vas a la universidad.

-Sí, aunque solo porque tengo que ir: Yo realmente juego al fútbol.-Conque futbolista, ¿eh?

-Ah... ¿Y piensas dedicarte a eso?

-Sí. 

-¿Y qué estudias?

-Física.

-¿Ciencias?

-Exacto.

-Oh.

-Por la cara que pones supongo que tú eres de letras.

-Sí; la verdad es que los números nunca han  sido lo mío.

-Ya... me lo imaginaba.

-¿Y eso?-Preguntó ella enarcando una ceja.

-Te pega.

-¿Ser tonta?

-No... Pero tampoco pareces inteligente.-Ella no pudo distinguir si se trataba de una broma o de si lo decía en serio, pero por si acaso sonrió.

-Bueno... ¿eres de salado o de dulce?-Preguntó ella tratando de cambiar de tema.

-Dulce.

-Salado.

-Vaya...; Veo que no tenemos mucho en común.

-Bueno, si fuéramos iguales sería un poco aburrido.

-Puede ser.-¿Era imaginación de ella, o él estaba haciendo el menor esfuerzo posible para que aquello funcionara?-¿Tienes ideas políticas?

-Sinceramente me encantaría entender de política, pero como no sé mucho prefiero no opinar.

-¿Y qué haces en letras?

-Quiero estudiar para ser abogada.-Él comenzó a reírse a carcajadas.

-¿Y defender asesinos?

-O inocentes.

-O asesinos.-Tania tensó la mandíbula.

-Quiero trabajar para y con la justicia.

-Pero imagínate que te toca defender a un asesino.

-El caso es que no todos los asesinos son iguales: Un chico al que su padre lo maltrataba y que en defensa propia decide matarlo no puede recibir el mismo castigo que un psicópata que se ha pasado meses planeando una masacre. No es justo.

-¿Y si te toca defender a uno de esos psicópatas?

-Si realmente mereciera lo peor, no lo defendería.

-Y para eso sirven los abogados.

-¿Estás menospreciando el trabajo al que me quiero dedicar?-Tania empezaba a cansarse.

-Solo estoy opinando.

-Pues si me dejas opinar sobre el fútbol, tampoco es que sea muy serio.

-Bueno, tal vez no me dedique al fútbol. ¿Sabes qué se me da bien también? Ser detective. Eso es porque calo muy rápido a las personas. Apuesto lo que sea a que tú estás aquí porque tu novio te acaba de dejar. Pensabas que vivías una historia de amor perfecta hasta que te dejó. Y entonces te diste cuenta de que tan solo eras uno más de sus jueguecitos. Y mientras tú intentas hacer lo que sea para no pensar en él, él a ti ya te olvidó hace mucho tiempo.-Tania comenzó a respirar más rápido y sintió como se le llenaban los ojos de lágrimas.

-Lo... Lo siento, tengo que ir al baño.-Y tratando de disimular lo máximo posible, se encerró en los aseos.


Recuerdos compartidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora