Capítulo 4

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-¿Qué ocurre?-Preguntó Marta desde el otro lado de la línea.

-Marta; esto es más que un desastre.

-¿En serio?, ¿tan mal ha ido?

-Sí; pone en duda todo lo que le digo, me menosprecia, se ríe de mí...

-¿Pero está bueno?

-Sí; está muy pero que muy bueno.

-Piensa que eso es lo que importa.

-No; porque eso no es lo que importa.

-Vamos, no me vengas con ese rollito de que la personalidad es lo más importante.

-Ah, Marta; no digo que el físico no importe, pero es que no sabes lo irritante que es este chico.

-Bueno; más interesante.

-¡No!; de verdad, solo quiero marcharme de aquí.

-Venga, casi no te queda nada.

-Y pensar que todo esto saldrá en la tele...

-Estoy deseando que lo emitan para echarnos unas risas.

-Yo no sé si tengo tantas ganas...

-¿Pero tanto lo odias? Si apenas no lo conoces.

-Créeme, Marta, si tú estuvieras en mi lugar ya le habrías estampado varios platos en la cabeza.

-Joder, tía, pues qué mala suerte...

-Y lo peor es que es muy guapo.

-Sí; como decía, la mala suerte te persigue.

-A este paso me haré creyente.

-Bueno, tú no te preocupes, que la cena acaba de empezar. A lo mejor te sorprende y terminas enamorándote de él.

-Ya, claro.

-Pues sí, como en los enemies to lovers.

-Marta, lo enemies to lovers que tú lees tienen un libro entero para odiarse y amarse; yo solo tengo un par de horas.

-Que estás malgastando en hablar conmigo: Cuelga y sal ya del baño, haber si se va a pensar que te ha pasado algo.-Haciendo caso a su amiga, Tania colgó y después de asegurarse de que no se le notaba el disgusto, salió del baño. Bruno la esperaba sentado en su lugar, con la mirada perdida en el vacío. Tania hizo todo el ruido posible al sentarse para que se enterara.

-Bien, me toca a mí: Eres un maleducado que está acostumbrado a que todo el mundo le quiera y a que le den siempre lo quiere. Cuando no consigue algo se echa a llorar, y no soporta que nadie sea mejor que él. Lo peor, es que sabe que no es ni de lejos una persona que merezca la pena, ya que a parte de su buen físico no tiene nada más interesante. Eres aburrido, insoportable, irritante, maleducado, y egoísta entre otras cosas. Pero no eres tonto, porque tú ya sabes que eso es verdad y eres consciente de todas tus carencias: Por eso, decides joderles la noche a otras personas para no llorar solito y para no sentir que eres el único amargado que está solo en el puto mundo con una vida de mierda.-Después de expulsar todas esas palabras, Tania tomó una bocanada de aire y repuso la compostura.-¿Ves?, No eres el único que puede jugar a ser detective.-Él tragó saliva: Si aquello le había dolido, lo disimulaba bastante bien.

-Tania, no hace falta que te pongas así. ¿Sabes por qué estoy aquí? Porque mis amigos me lo retaron. Si tú tuvieras amigos no te habrían dejado venir a este programa a quedar de forma tan patética.

-¿Eres consciente de que mis amigos y los tuyos han hecho exactamente lo mismo?

-¿También te han retado?

-No; pero han respetado mi opinión. A ti, sin embargo, te han obligado a venir.

-Claro; porque yo no podría quedar en ridículo. No sé si eres consciente de que por mucho que esté aquí nunca quedaré mal.

-¿Ahora eres el chico popular del instituto? Qué original.

-¿Más original que la chica pobre a la que nadie quiere? No creo.

-¿Por qué eres así?

-¿Así cómo?

-Así: Es una puta cita, y me da igual que para ti no sea importante y que te la pele todo, pero soy una desconocida: Podrías tener un poco más de educación y de tacto.

-¿Lo dices después de encerrarte media hora en el baño?

-Venga; como si te hubiera dolido.

-Pues no: La única dolida aquí eres tú, que viene aquí esperando encontrase con un tonto y feo que la quiera.

-¿Ves?: No puedes evitar insultarme.

-Vaya, la santita que nunca ha matado a una mosca.

-Al menos al principio intentaba ser amable.-Tania se levantó de la mesa hartada.-Si tienes un mal día, te quedas en tu puta casa deprimiéndote y llorando debajo de las sábanas, pero no me lo estropees a mí, ¿de acuerdo? Porque mi vida también es una mierda pero no por eso voy riéndome de gente desconocida en su cara. Ten algo de tacto, ¿no? Eres... Eres una decepción.

-Oh...; ¡Me partes el corazón!-Pero para entonces Tania ya se estaba marchando del lugar. 


Recuerdos compartidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora