CARIÑO, RESPIRA.

3

"Dame una oportunidad, yo me encargo de que sea eterna"

Estaba sentado bajo un árbol en el patio de la escuela estaba algo deprimido porque aún no hablábamos y porque mi obra de arte seguía sin aparecer cuando ella.

—O sea tú —le toque la nariz.

Se sentó a mi lado, eso me dejo frío pues no lo esperaba.

—¿Que vas a hacer hoy en la noche? —me pregunto como si fuera un chico más, ella a veces no era muy femenina.

—Probablemente salir con amigos como siempre ¿por qué?

—Curiosidad —comenzó a mover el dije de su cadena, estaba un poco nerviosa, yo también lo estaba, era raro volver a estar así luego de tantas peleas y todo eso.

—Vamos suéltalo —sugerí—, ¿qué quieres?

—Solo sales con amigos, ¿no haces otras cosas? ¿no tienes citas? —pregunto sin mirarme.

—Si tengo —respondí, es cierto que estaba enamorado de ella, pero ella estaba con Alex y yo debía intentar seguir con mi vida mientras ella volvía a la mía—, hoy no, por supuesto, hoy estaré con amigos —y allí se me ocurrió—, ¿quieres tener una cita conmigo? ¿Es eso?

—No, yo no... Solo tenía curiosidad, estaba algo aburrida, no me pongas cuidado. —respondió, pero su voz sonó triste, o eso me pareció.

—Puedo tener una cita contigo —solté, puse mi mejor cara de no estoy tan interesado, pero si ella quiere no le voy a decir que no—, aunque sería raro, no te veo de ese modo, ya sabes Natt —seré mentiroso— y sé que tú tampoco, ya sabes, Alex —espero estar equivocado.

—¡Diablos no!

Fingir que eso no dolió, debió darme un Óscar o un premio de algo.

—Puedo mostrarte como suelo ser en las citas —sugerí, obviamente debía aprovechar todo esto—. Por lo menos será divertido.

—No, no tengo ningún interés en ello —respondió, no le vi muy convencida—, no, yo solo, pensaba en salir con un amigo es todo, es algo que no suelo hacer.

—Pero no somos amigos —maldita lengua la mía ¿por qué dije eso? —, ni siquiera conocidos ¿Por qué no vas con tú novio? Él tiene hasta más amigos que yo—¿acaso soy estúpido?

—Porque quería ir con un amigo normal, pero es cierto tú y yo no lo somos, y pensé en Gus, pero es demasiado amistoso, quería ir contigo porque serás tú mismo, digo no vamos a coquetear, no vas a ser un caballero, ni amistoso y no intentaré ser educada.

—Mmm entonces sí que quieres —le sonreí y ella miro al cielo clamando tal vez paciencia, me corregí—. Suena bien, seria relajado, bien, pasa por mí a las cinco —dije levantándome.

—¿Por qué? tú tienes una moto y tienes el auto de tu hermana.

—No me dejaran sacarla a esa hora, no retomemos la razón y menos para volver tarde.

— ¿En qué iremos entonces? porque mi moto está en el taller y sí, yo tengo una. —admito que no lo sabía, pero por alguna razón no me sorprendió.

—No sé, ¿en el transporte público? ¿un taxi? Resuélvelo.

La forma en la que me miro se me hizo tan encantadora que casi, casi, le digo, que le prestaría mi moto.

—Ish, bien, yo resuelvo la ida, pero la devuelta te toca.

—Disculpa, pero me has invitado a salir, me ofende muchísimo que me digas que será mitad y mitad, ¿en qué clase de citas te metes?

—Bien, me encargo yo —responde pensativa e intenta contener una sonrisa, pero sus labios no cooperan lo que me hace suspirar.

—Otra cosa, recuerda que vivimos en polos opuestos, no quiero que de regreso quedemos en tu casa y me toque caminar a la mía.

— ¿Puedes quedarte en mi casa? hablaré con mis padres, hay al menos dos habitaciones con camas extra, supongo que alguna podrás ocupar —eso... ¿ella quiere que me quede en su casa? Mi corazón late como loco y mis mejillas se tornan rojizas.

—A las cinco entonces, no llegues tarde, me choca esperar.

— ¿Por qué debo ir yo por ti?

—Ya te lo dije, eres tú quien me invita, me ocuparé de la cita, pero tú te encargas del resto, además, no tengo que ser un caballero —respondí y me fui riendo se veía indignada y confundida.