Después de un corazón destrozado solo queda recuperar los pedazos.
El problema está en que cuando creías qué finalmente tu camino y el suyo se habían separado vuelven a coincidir.
Cassandra soñaba con una vacaciones ideales, para relajarse de todas...
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En la tarde decidí por dar un pequeño paseo por el crucero para conocer mejor los lugares. Me llamó mucho la atención que en el último nivel hubiera una especie de "acuario".
Bajé mientras tomaba un jugo de naranja y abrí la boca maravillada al ver que todo el último nivel era de cristal dejando ver el océano.
Me acerqué al vidrio y apoyé una mano sintiendo el vibrato por la presión del agua, a mis pies veía la flora marina. Algas, moluscos, corales y algunas piedras mientras algunos peces pasabam por afuera.
Caminé observando todo sonriendo, el lugar era tranquilizante a decir verdad. Me acerqué a una pegatina qué decía que el vidrio era polarizado y blindado para evitar accidentes lo que me relajo demasiado.
Me seguí paseando observando los peces, unos cuantos peces globo y decenas de caballitos de mar. Solté una risa cuando vi a un caballito dar a luz, era algo que no esperaba ver en vivo.
Sonreí al ver una tortuga, una manta raya y un sin fin de peces de los cuales la mayoría no conocía el nombre. Podría quedarme aquí horas y no aburrirme.
Me giré al oír pasos y después abrí los ojos al ver a Finn y negué con la cabeza, era una coincidencia muy grande.
—Vaya casualidad —habló mirándome y después se acercó al vidrio—. ¿Nos podrán ver?
—No —respondí—. El vidrio es blindado y polarizado.
—Es hermoso —aseguró y asentí—. ¿Cuáles son los que te gustan?
—El pez espada —respondí y después observé a mis pies—. Mi hermana estaría teniendo un ataque de ansiedad.
—¿Talasofobia? —Asentí cuando preguntó y después me senté en apoyando las manos en el cristal sonriendo—. Pareces una niña chiquita.
—Ya la cagaste —aseguré mirándolo con molestia haciéndolo reír para que después se sentará a mi lado.
—No lo decía para ofenderte —aclaró—. Te brillan los ojos de emoción Cass.
—Nunca fui a un acuario —confesé abriendo los ojos al ver a un pez en medio de las algas con aletas hermosas y colores brillantes.
—Nunca me dijiste que querías ir a uno —respondió y lo miré unos segundos—. Con un indicio te habría llevado.
—Eso hiciste con el planetario —Sonreí al recordar ese día, me sacó de mi casa a las nueve de la noche para llevarme al planetario y ver una lluvia de estrellas—. Eres muy detallista, lo reconozco.
—Gracias —Solté una risa por eso—. Mira Cass.
Observé al frente y sonreí emocionada al ver a una ballena pasando frente a nosotros.
—Hace rato vi a un caballito de mar dando a luz —Soltó una carcajada por eso y yo reí—. Dio a luz a una civilización completa, eran muchos.
—Si crecieran más dominarían el mundo —opinó haciéndome reír—. ¿Ves? Nos podemos llevar bien Cass.
