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Tuvimos algo hermoso que terminó, Keigo. A veces, cuesta pensar que alguien como tú es capaz de dañar a quien amo. Porque creía que eras más que eso, más que un ex resentido.

POV NARRADOR

El rubio no había conseguido dormir esa noche, y en la mañana decidió irrumpir en la casa de Toya. Aún hervía de ira, sus pasos eran fuertes, y gracias a que tenía la llave de la casa del pelinegro pudo ingresar. Caminó a paso fuerte por la sala de estar, sus pensamientos divagaban entre la actitud fría de su pareja y la mención de Tenko. No podía evitar sentir frustración. Pudo darse cuenta de que el azabache no estaba allí. Respiró profundamente tratando de calmarse mientras subía hacia el dormitorio gritando el nombre del más alto. -"Toyaaa"-
Cuando el policía entró en la habitación entrecerró los ojos al notar el ambiente extrañamente desordenado. Vió un bulto en las mantas en el lado de la cama del ojiazul, asumiendo que era su pareja retiró lentamente las sábanas. Divisó una maraña de cabellos blancos. Conmoción y sorpresa se apoderaron de su ser al darse cuenta de que no era Toya, sino Tenko. La cabecita albina estaba enterrada en la almohada, durmiendo pacíficamente con la respiración tranquila y las mejillas sonrojadas.
El corazón de Keigo se aceleró, su mirada se alternaba entre el vaso de agua sobre la mesita de noche y el bonito chico que llevaba puesta la camisa de su novio.

Con sus puños apretados y su mente girando en torno a pensamientos de odio escucho un ruido, al girar su cabeza vio el musculoso torso de Toya desnudo mientras salía del baño. Pudo escuchar las palabras del de cabellos negros diciendo -“Mi amor… Espero que no te hayas dormido, tienes que desayunar"-
El rubio se sentía completamente desorientado, escuchar la voz de su novio dirigiéndose amorosamente hacía el precioso albino que dormía en su cama hizo que su corazón se estremezca de dolor. Notó que el más alto lo miraba con confusión, era evidente que no lo esperaba. -"T-toya... ¿Qué carajos está pasando? Habla, ¡AHORA!"-  No pudo evitar alzar la voz.
-"¿Qué haces aquí?"- Preguntó rápidamente el ojiazul dirigiéndose a la cama para comprobar que Tenko estuviera bien, al observar que continuaba dormido tanteó su frente y en voz baja dijo -"Mira... hablemos afuera"- Tiró del brazo de Keigo, sin siquiera vestirse, sintiendo la urgencia de sacarlo de allí para no despertar a su angelito, ya no quería causarle más angustia a su bebé.
El de orbes ámbar se sorprendió por la reacción del azabache y por la forma en que estaba siendo empujado hacía la puerta. Los celos lo invadieron, no podía creer que ese mocoso recibiera un trato tan afectuoso. Se apartó y habló con la voz rebosando de ira -"No. No hasta que te expliques. ¿Por qué está él en tu cama? ¿Por qué estás prácticamente desnudo? La forma en que lo tratas es completamente opuesta a cómo me has tratado a mí últimamente. Quiero respuestas, ahora."- El oficial exigió, le costaba creer que alguien a quien él consideraba inferior le estuviera quitando a su amado.
-"No vamos a tener esta conversación aquí. Vayamos a otro lugar"- Espetó el mayor. De repente Tenko se removió en la cama, con un bostezo adormilado gimió suavecito el nombre del pelinegro, Toya detuvo sus palabras, hizo una pausa y se dió la vuelta para mirarlo. Cuando el de orbes rojizos abrió los ojos y vió a Keigo de pie, su rostro inmediatamente mostró una mezcla de sorpresa y un dejo de culpa. La habitación se sumió en un silencio incómodo a medida que la tensión entre los tres aumentaba.
El de cabello oscuro se acercó rápidamente al peliblanco, percibiendo su ansiedad y su inquietud al rascarse las muñecas. Tomó las pequeñas manitas del bebito entre las suyas y las sujetó con suavidad con un toque firme pero cariñoso.
-"Oye, oye mi amor... Está bien. Estoy aquí. Necesito salir y hablar un rato con Keigo, ¿De acuerdo? Mantén la calma y relájate. Volveré pronto. Lo prometo"- Su voz era suave, tratando de tranquilizarlo. Keigo no pudo evitar apretar los puños con más fuerza mientras observaba a Toya acercarse rápidamente a Tenko, tratando de calmarlo. La imagen del ojiazul sosteniendo tiernamente sus manos, reprimiendo sus ansiosos rasguños y murmurando palabras tranquilizadoras hizo que se le revolviera el estómago, no pudo contener un comentario sarcástico. -"Sí, sigue mimándolo un poco más. ¿Por qué no lo arropas mientras tú novio está aquí?"-

Estaban en el piso de abajo, Keigo echaba humo de la rabia que sentía -"¿Hablar?"- Dijo en voz alta y luego añadió -"¿Quieres hablar ahora? ¿Después de todas las tonterías por las que me has estado haciendo pasar? ¡Y ahora, para colmo, encuentro t...

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Estaban en el piso de abajo, Keigo echaba humo de la rabia que sentía -"¿Hablar?"- Dijo en voz alta y luego añadió -"¿Quieres hablar ahora? ¿Después de todas las tonterías por las que me has estado haciendo pasar? ¡Y ahora, para colmo, encuentro tu maldito calentador de colchón en tu cama, con tu camiseta puesta!"
El azabache se apoyó contra uno de los muebles, su postura era relajada a pesar de la tensión del ambiente. Respiró profundamente ordenando sus pensamientos antes de responder. -"Mira, sé que estás enfadado, pero necesitas calmarte para que podamos discutir esto como es debido. Las cosas con Tenko no son lo que crees. Yo... ahora me doy cuenta de que tengo sentimientos por él. Profundos. No es algo que yo pretendiera, pero sucedió. Y la relación entre tú y yo... Ambos sabemos que no ha funcionado desde hace un tiempo."-
Los ojos dorados se abrieron de par en par con incredulidad y dolor cuando los sentimientos por el de orbes rubí fueron revelados. Sacudió la cabeza, tratando de procesar lo que había escuchado. -"¿No funcionaba? ¡Funcionaba perfectamente! Teníamos buena química, nos llevábamos bien, ¡Todo iba genial! ¡Y luego tuviste que sacar a relucir a ese maldito mocoso durante el sexo!"- El mayor dejó escapar un suspiro cansado -"No fue perfecto, y tú lo sabes. Siempre había algo que faltaba entre nosotros, algo que simplemente no encajaba tanto como pensábamos. Y haberlo nombrado en ese momento... Admito que fue un error, pero me mostró los sentimientos que tenía por él y que había estado ignorando hasta entonces"- Toya se acercó a Keigo, tratando de alivianar el ambiente -"Pero esa no es la única razón. Hay más, problemas que ambos arrastramos del pasado"-
El policía sintió que se le formaba un nudo en la garganta mientras escuchaba sus palabras -"Se suponía que íbamos a superar todo juntos. ¡Eso fue lo que nos prometimos mutuamente! ¿Pero ahora quieres sacar a relucir el pasado y usarlo como excusa? No quiero oír eso. ¡No quiero oír más tonterías!"-
El pelinegro inclinó la cabeza, en su voz se notaba lo mucho que pesaban esas palabras -"Tienes razón. Nos prometimos eso... Pero ya no quiero poner más excusas. Necesito ser honesto contigo y conmigo mismo. Y la verdad es que mis sentimientos han cambiado. Ya no puedo fingir más y seguir adelante con nuestra relación cuando tengo estos sentimientos por Tenko. Cometí un error y no debería haberme acostado con él antes de terminar contigo. Lamento haberte lastimado. Te aprecio y el tiempo que pasamos juntos, pero... Ya no te amo."-
El corazón del rubio se rompió cuando el azabache reveló sus sentimientos por Tenko. Sus manos temblaban por la mezcla de ira y dolor mientras reprimía sus emociones -"¿Ya no me amas? ¿Después de todo lo que hemos pasado? ¿Después de todas las promesas que hicimos? ¿Y ahora has decidido tirarlo todo por la borda por un drogadicto cualquiera? ¡Eres un cobarde! ¡Un maldito cobarde!" Dando zancadas se dirigió hacia la puerta de entrada -"Y no te olvides de cuidar bien a ese mocoso que está ahí dentro."- Gritó antes de salir. -"No te atrevas a lastimarlo"- —Espetó el de ojos marinos, con voz fría y autoritaria -"No tiene nada que ver con esto. Si aún tienes algún respeto por lo que teníamos, déjalo en paz."- Una mirada fulminante salió de los ojos ámbar -"¿Respeto? Lo único que siento por ti ahora es repugnancia. Y no creas que me he olvidado de ese mocoso que está ahí dentro. Él es la razón de todo esto, ¿No? Bueno, recuerda lo que te digo, me aseguraré de que se arrepienta de haberse cruzado contigo."- Con una última mirada furiosa, Keigo giró sobre sus talones y salió del lugar, cerrando la puerta de golpe detrás de él.

Tenko, si hay algo que siempre me va a quedar grabado en los recuerdos es el no haber podido hacer más por ti. En mi mente, una y otra vez, me vienen a la cabeza pensamientos sobre ti, y cómo hubiera sido lo nuestro si te hubiera protegido mejor.

Estos próximos capítulos serán soft, pero sólo es la calma antes de la tormenta...

Triángulo Amoroso (DabiHawks - DabiShiga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora