Capítulo 3

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Isabella

Mis pasos se detienen en seco al ver a Valentino sentado en la barra con un tazón grande de cereales de colores y al otro lado a mi esposo tomando una taza de café. Mis cejas se elevan, siempre que despierto ya se ha marchado.

—Buenos días —saludo llamando su atención. Valentino levanta la cabeza y me sonríe apenas me ve, mientras que Ramiro se tensa en su lugar y aprieta su taza —. Pensé que no estarías, siempre te vas temprano.

—Estamos esperando a la niñera —me responde el niño. Mis ojos se abren.

—¿Niñera? Yo puedo cuidar a Valentino —fijo mi atención en Ramiro. Él me escanea de arriba abajo y veo que hace una mueca de disgusto. Te entiendo, hago la misma expresión cuando me veo en el espejo todas las mañanas. Jalo las mangas largas de mi blusa para que también cubran parte de mis manos.

—Claro que no.

—¿Por qué no? Estoy todo el día aquí sin hacer nada, puedo cuidar de él, ¿verdad Valentino? —El niño asiente emocionado, me he ganado a mi cuñado sin duda alguna.

—No pienso dejar a Valentino a solas contigo ni un solo segundo.

—Yo quiero que ella me cuide.

—No.

—Vamos Ramiro, no hago nada en casa, la señora que limpia no me deja hacer nada ni cocinar, ya me cansé de mover los muebles de mi habitación, estoy segura de que no puedo salir de aquí, me he dado cuenta de los guardias.

—Me importa una mierda cómo te sientas Isabella.

Suspiro cansada.

—De acuerdo. Necesito una tarjeta de crédito —No puedo salir de compras, al menos puedo pedir ropa en línea, solo tengo tres camisas de manga larga.

—¿Qué quieres que yo haga?

—Que me des una —digo frustrada.

—No.

Maldito tacaño de mierda.

—Entonces quiero ir a casa de mi padre para recoger la mía.

—No.

—¿Qué pretendes que haga? No tengo dinero, Ramiro, y necesito comprar algunas cosas —aprieto los dientes y trato de no levantar la voz por la presencia de Valentino.

—Me importa una mierda, Isabella.

Mis ojos se llenan de lágrimas por la frustración y el enojo.

—Imbécil —murmuro mientras me doy la vuelta rumbo a mi habitación. Algo se me tendrá que ocurrir, me detengo en seco —. Al menos puedo trabajar, de verdad necesito comprar algunas cosas.

—¿De qué vas a trabajar? Hasta donde no estudiaste nada, solo vivías del dinero de tu padre. ¿Sabes hacer algo? —pregunta con burla.

Inhala, exhala Isabella, inhala, exhala.

—Tu actitud de mierda me tiene cansada. Te recuerdo que eres mi esposo y tu deber es proveerme —Veo que está a punto de hablar, así que me adelanto —. Te estás haciendo más rico con las propiedades y negocios de mi padre. Así que vete a la mierda.

Con la cabeza en alto, me dirijo a la habitación. Mi estómago no está muy feliz con la idea de encerrarme, pues tengo hambre, pero con él presente no me siento cómoda; en cualquier momento podría saltar de mí y arrebatarme la comida. Doy un portazo y me dejo caer en la cama. Antes de salir de casa de mi padre, él me susurró que pronto me iba a sacar de este infierno. Espero que no se tarde mucho, estoy cansada de este imbécil.

DESTROZAME +18 L.2 [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora