Isabella
Todos están actuando completamente raros: mis padres, Ramiro e incluso mi pequeño aliado, que amo con mi alma, Valentino.
Ramiro me ha estado dando evasivas y no nos hemos visto en una semana completa, no después de que tuvimos el mejor sexo de mi vida. Quisiera preocuparme y pensar mal, pero a pesar de no verlo, todos los días recibo un arreglo de flores con tarjetas donde él se disculpa por las cosas que me hizo pasar durante nuestro matrimonio. Aun así, se niega a verme. Luego están mis padres, que parecen estar muy ajetreados con algo que desconozco y hablan en voz baja; cuando me acerco a ellos, se quedan en silencio. Y Valentino, el pequeño traicionero, me ha abandonado y se ha ido con Ramiro e ignora mis llamadas.
—Cariño, tenemos que hacernos la manicura una vez que terminen de cortar nuestro cabello. —Mi madre llama mi atención.
—De acuerdo.
El día de hoy me ha arrastrado al salón de belleza. Nos hemos retocado el color de nuestros cabellos y ahora estamos despuntándolo.
—Mañana necesito que me acompañes a un lugar.
—¿Dónde? —Me ignora y posa su atención en la mujer que está cortando su cabello —. Mamá, ¿dónde?
—¿Qué? —Finge demencia.
—Dijiste que quieres que mañana te acompañe, y te pregunté que a dónde.
—Ah.
Guarda silencio y decido dejar de preguntar. De cualquier forma, me va a arrastrar a donde sea que vaya.
(...)
—Mamá, ¿qué es lo que te tiene tan pegada en ese celular? —Me ha ignorado el resto del día por estar respondiendo llamadas y mensajes.
—Cosas.
Se desliza fuera de la camioneta y corre dentro de la casa, dejándome atrás. Raro, está actuando raro.
Arrastro mis pies hacia la entrada de la casa.
Las voces se apagan cuando aparezco en la gran sala.
Mi corazón brinca emocionado en mi pecho al ver a Ramiro junto a mi padre.
—Cariño, ven aquí —Papá llama mi atención cuando me nota congelada en mi lugar.
Ramiro me sonríe y solo quiero lanzarme a sus brazos.
—¿Por qué no me avisaste que venías? —Me acerco a él con una gran sonrisa. Me siento como una colegiala feliz de que su novio la esté visitando en su casa por primera vez —. ¿Valentino?
—En el colegio.
Sujeta mi mano entrelazando nuestros dedos, me jala a su costado y deposita un casto beso en mi sien.
—¿Qué haces aquí?
Veo con curiosidad a mi padre, sorprendida de que los dos hayan estado solos y no se hayan matado.
—Vine a verte.
Mi madre chilla emocionada y tapa sus labios con ambas manos. Papá le pide que guarde silencio y la jala a su regazo.
La miro sin entender y mi madre barre la mirada para no verme fijamente.—¿Qué está pasando? ¿Por qué están actuando tan raro? —Miro a Ramiro cuando se separa de mi lado —. ¿Qué estás haciendo?
Me quedo sin aliento al verlo arrodillarse frente a mí. Una de sus manos se cuela dentro de su chaqueta, sacando una pequeña caja de terciopelo negro. Con cuidado y lentamente, levanta la tapa, revelando un impresionante anillo en el interior. La pieza central es un hipnótico diamante rojo grande, su tono ardiente destellando bajo la luz. Delicados diamantes incoloros rodean la preciosa gema. Su brillo sutil agrega profundidad y dimensión. El toque final es una delgada alianza de color plateado. Mis ojos se abren de par en par mientras contemplo la impresionante vista.
ESTÁS LEYENDO
DESTROZAME +18 L.2 [TERMINADA]
RomanceIsabella tiene una cruz demasiado pesada sobre su espalda. Ramiro ya se equivocó una vez e hizo sufrir a una inocente. Esta vez no se va a equivocar y enmendará su error, e Isabella deseará no haber nacido.