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¡Llegamos al concierto súper emocionadas y llenas de expectativas, listas para vivir una noche que sabíamos sería épica! Desde el momento en que pusimos un pie en el recinto, el ambiente electrizante nos envolvió por completo

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¡Llegamos al concierto súper emocionadas y llenas de expectativas, listas para vivir una noche que sabíamos sería épica! Desde el momento en que pusimos un pie en el recinto, el ambiente electrizante nos envolvió por completo. La música que resonaba en el aire era como un imán que nos atraía, y la energía que se respiraba era tan contagiosa que no pudimos evitar sentirnos parte de algo grande. Nos dirigimos a nuestros asientos con el corazón latiendo a mil por hora, ansiosas por el espectáculo que estaba a punto de comenzar.

El ambiente estaba cargado de anticipación y emoción, era palpable en cada rincón. Las luces parpadeaban en tonos vibrantes, creando un juego de colores que hacía que todo se viera aún más mágico. Podías ver a la gente moviéndose de un lado a otro, tratando de encontrar sus lugares o simplemente dejándose llevar por el ritmo de la música que salía de los altavoces. Todo el mundo parecía estar conectado por esa misma sensación de expectación y alegría. Mientras el escenario se preparaba para recibir a Oscar, las pantallas mostraban imágenes y clips que avivaban aún más nuestras ganas de que comenzara el concierto.

Después de disfrutar de increíbles actuaciones durante hora y media, viendo a diferentes artistas y grupos dar lo mejor de sí sobre el escenario, finalmente llegó el momento que todas estábamos esperando: ¡Oscar hizo su entrada triunfal y el público estalló en gritos! La forma en que las luces se intensificaron y la música alcanzó un nuevo nivel cuando apareció fue indescriptible. Cada canción que interpretó desató gritos de emoción y nosotras, por supuesto, no nos quedamos atrás. Cantamos a todo pulmón, sintiendo cada nota y cada palabra como si fueran nuestras. Nos dejamos llevar por completo por la magia del momento, entregándonos a la pasión y la emoción que transmitía su música. Era como si cada acorde nos transportara a otro mundo, uno donde solo existíamos nosotras y la música.

En medio de la euforia y la diversión, un guardia de seguridad se abrió paso entre la multitud para acercarse a nosotras con una noticia que nos dejó boquiabiertas: ¡nos invitaban al after! Al principio no pudimos creer lo que estábamos escuchando. La adrenalina se apoderó de nosotras al saber que tendríamos la oportunidad de seguir la fiesta junto a Oscar y su equipo. Nos miramos con una mezcla de alegría y asombro, sin poder creer la suerte que teníamos. ¡La noche prometía ser aún más increíble de lo que habíamos imaginado! Sentíamos como si hubiéramos ganado la lotería, y la emoción era tan intensa que apenas podíamos contenerla.

Con el corazón latiendo de emoción, nos preparamos para lo que venía. Sabíamos que esta experiencia sería única, llena de música, risas y momentos especiales que recordaríamos para siempre. Y lo que más me emociona es la posibilidad de volver a ver a Alexis y, si tengo suerte, compartir más tiempo con él. Había algo en él que siempre me había llamado la atención, y esta podría ser la oportunidad perfecta para conocerlo mejor. Estaba emocionadísima de saber que al final del concierto nos esperaba un after exclusivo junto a ellos.

A medida que avanzaba el concierto, cada canción parecía más intensa que la anterior. Oscar interactuaba con el público, compartiendo anécdotas y haciendo bromas que nos hacían sentir aún más conectadas con él. La química entre él y su banda era evidente, y juntos creaban un espectáculo que no solo se escuchaba, sino que se sentía en el fondo del alma. En esos momentos, el tiempo parecía detenerse y nada más importaba. Éramos solo nosotras, Oscar y la música que llenaba el aire.

Cuando finalmente llegó la última canción, una mezcla de alegría y melancolía nos invadió. Sabíamos que el concierto estaba llegando a su fin, pero también estábamos emocionadas por lo que venía después. Al finalizar, los aplausos y los gritos de "¡otra, otra!" resonaron por todo el lugar, y aunque Oscar hizo un bis con una interpretación emotiva, sabíamos que era el momento de prepararnos para el siguiente capítulo de esa increíble noche.

Mientras nos dirigíamos al lugar del after, no podíamos dejar de hablar de lo impresionante que había sido el concierto. Cada detalle, cada canción, cada momento, estaba grabado en nuestras mentes. Llegamos al sitio designado, y la emoción en el aire era palpable. El lugar estaba decorado con luces suaves y música ambiente que creaba una atmósfera íntima pero llena de vida.

Ver a Oscar y su equipo relajados, disfrutando después del concierto, fue una experiencia surrealista. Nos acercamos tímidamente, pero pronto nos sentimos como parte del grupo. La conversación fluía fácilmente y las risas eran constantes. La oportunidad de ver a Alexis nuevamente me tenía con mariposas en el estómago. Finalmente, allí estaba, y nuestra charla fue incluso mejor de lo que había imaginado.

𝖨𝗆𝗉𝗈𝗌𝗂𝖻𝗅𝖾 |𝖠𝗅𝖾𝗑𝗂𝗌 𝖥𝗂𝖾𝗋𝗋𝗈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora