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Cuando finalmente terminé la videollamada con mis amigos, sentí una mezcla de nervios y emoción. Me levanté del sillón, ajusté la luz del cuarto y me miré en el espejo con atención. El conjunto color piel realmente resaltaba mi figura y combinaba perfectamente con las zapatillas estilo serpiente. Mis rizos estaban sueltos y definidos, justo como me gustaban, y el maquillaje en tonos nude daba un toque de elegancia sin parecer excesivo.

 Mis rizos estaban sueltos y definidos, justo como me gustaban, y el maquillaje en tonos nude daba un toque de elegancia sin parecer excesivo

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Conforme avanzaba con los últimos detalles, como aplicar mi perfume favorito y colocarme los accesorios, mi celular vibró sobre la mesa. Me acerqué rápidamente y vi el nombre de Alexis en la pantalla.

— Hola —contesté, tratando de sonar tranquila, aunque mi corazón estaba latiendo con fuerza.

— Hola, bonita. Ya estoy afuera.

— ¿Tan rápido? —dije mientras miraba el reloj. Me quedaban apenas un par de minutos antes de la hora que habíamos acordado.

— Quería llegar temprano, no quería hacerte esperar —respondió con esa voz segura que siempre lograba calmarme.

Sonreí, aunque sabía que no podía verme. — Eso es un punto para ti, Alexis. Dame cinco minutos y bajo.

— Tómate tu tiempo. Aquí te espero.

Colgué, mirándome una última vez en el espejo. Sí, estaba lista. Tomé mi bolso, repasé mentalmente todo lo que llevaba, y me dirigí hacia la puerta con una mezcla de emoción y nervios.

Cuando salí del edificio hacia el estacionamiento, lo vi. Alexis estaba recargado contra su camioneta, vestido impecablemente con una camisa negra que resaltaba su tono de piel muy bien y unos pantalones oscuros.

En sus manos tenía un pequeño ramo de peonías, envuelto en un papel blanco con un lazo delicado

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En sus manos tenía un pequeño ramo de peonías, envuelto en un papel blanco con un lazo delicado. Mis pasos se detuvieron por un segundo. Esa pequeña sorpresa me dejó sin palabras.

— Wow —murmuré sin darme cuenta mientras me acercaba a él.

— ¿Te gustan? —preguntó, extendiendo el ramo hacia mí con una sonrisa encantadora.

𝖨𝗆𝗉𝗈𝗌𝗂𝖻𝗅𝖾 |𝖠𝗅𝖾𝗑𝗂𝗌 𝖥𝗂𝖾𝗋𝗋𝗈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora