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El equipo se encontraba en la oficina de la Hokage, el ambiente cargado de tensión. Los murmullos se habían convertido en una cacofonía de preocupación y desconcierto después de la impactante revelación de que Naruto estaba vivo y que era un miembro de Akatsuki.

—Escuchen todos —dijo Tsunade, su voz cortando el aire como un cuchillo—. Lo que han escuchado aquí no debe salir de esta sala.

Todos los presentes miraron a Tsunade con una mezcla de sorpresa y comprensión.

—¿Por qué? —preguntó Shikamaru, siempre pragmático—. Esto podría ayudarnos a prepararnos mejor.

Tsunade negó con la cabeza. —No. Si esta información se filtra, Naruto podría estar en grave peligro. Gente como Danzō o los consejeros podrían pedir su cabeza por desertar la aldea. Ya tenemos suficientes problemas con Akatsuki. No podemos permitir que nuestro enemigo utilice esto en nuestra contra.

Hubo un murmullo de acuerdo entre los presentes. Todos comprendieron la gravedad de la situación y asintieron.

—Entendido, Hokage-sama —dijo Jiraiya, rompiendo el silencio—. Nos aseguraremos de que esta información se mantenga en secreto.

Uno a uno, los shinobi comenzaron a salir de la oficina. Los murmullos continuaron mientras descendían por las escaleras, discutiendo en voz baja sobre la situación actual y lo que significaba para ellos y la aldea.

Entre ellos, una kunoichi permanecía en silencio. Sakura Haruno estaba sumida en sus pensamientos, apenas procesando el hecho de que Naruto estaba vivo. La misión que acababan de completar no le había permitido tiempo para reflexionar adecuadamente. Todo se sentía como un torbellino, y su mente estaba llena de preguntas y preocupaciones.

Minutos después, Sakura se encontraba en el cementerio, mirando la lápida de Naruto. El lugar donde había llorado su pérdida durante tres años ahora se sentía diferente. Se arrodilló frente a la tumba, sus dedos rozando las inscripciones.

—¿Quién diría que estás vivo? —murmuró, su voz quebrándose—. Después de tres años en los que todos pensábamos que estabas muerto...

Cayó de rodillas, apretando los puños contra la tierra húmeda. —Me hiciste pensar que no te volvería a ver nunca más en esta vida, idiota. Pero resulta que haces parte de la organización que quiere acabar contigo para tener al zorro de las nueve colas. Naruto... ¿qué te hicieron creer de nosotros para que te comportes así, como que ya tienes el alma más negra que el mismo Itachi?

Unas lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas. —Pero bueno, al menos sé que estás vivo —dijo, su voz ahogada por el llanto. Los sentimientos encontrados solo pudieron expresarse a través de las lágrimas, mientras no sabía bien lo que sentía.

En ese momento, sintió una mano en su hombro. Era Sasuke, quien la miraba con una expresión seria pero comprensiva.

—No estés triste, Sakura. Recuperaremos a Naruto así sea a la fuerza —dijo, su voz llena de determinación.

Sakura, con lágrimas en los ojos, miró a Sasuke y luego al cielo. Reflexionó sobre sus sentimientos y encontró la respuesta en su corazón.

—No, Sasuke, no estoy triste —dijo en voz alta, volteándose para mirarlo a los ojos—. Estoy tan feliz de que Naruto esté vivo.

Una sonrisa genuina apareció en su rostro, una sonrisa que expresaba tanta felicidad y alivio. Era una sonrisa que Sasuke no había visto en años y que pensó que nunca volvería a ver. La expresión de Sakura provocó una pequeña sonrisa en el rostro de Sasuke.

—Tranquila, Sakura. Te traeré a Naruto de vuelta —dijo, con una promesa firme en sus palabras.

En una guarida de Akatsuki, Naruto golpeaba con rabia una pared de una habitación. La ira y la confusión lo consumían mientras pensaba en lo que había sucedido durante su enfrentamiento con el equipo 7. Afuera, Nagato y Obito discutían sobre la situación.

Entre la Luz y la OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora